El acuerdo para definir las nuevas autoridades de la Cámara de Diputados encontró un importante escollo: los diputados de La Cámpora se plantaron y no quieren saber nada con votar al randazzista Marcelo Feliú

El esquema acordado entre María Eugenia Vidal y Sergio Massa -que ubicaba a Manuel Mosca en la presidencia y a un massista en la poderosa vice- podría estrellarse si no logran convencer al peronismo de quedarse con la vicepresidencia primera.

La Cámpora no quiere saber nada con que un randazzista siga en ese cargo. Los diputados de Cristina plantean que ya ese sector se alzará con la Defensoría del Pueblo y reclaman para para ellos la vicepresidencia primera.

LPO había adelantado que podría haber una pulseada entre La Cámpora y el sector de los intendentes que lidera Walter Abarca.

El problema para el oficialismo es que -al igual que un castillo de naipes- esa postura podría hacer caer hacia abajo otros acuerdos que ya parecían cerrados.

Como un nudo gordiano, la clave para entender la dificultad está en los complejos reglamentos de la Legislatura bonaerense. Allí se establece que las autoridades tienen un mandato de dos años. Por lo tanto, para elegir nuevos nombres (tal como lo quieren Vidal y Massa) todas las autoridades actuales deberán renunciar.

No hay problemas con el massismo para renunciar a la presidencia y tampoco en el PRO para dejar la vice. Entre ellos pactaron un enroque que dejaría a Mosca con la presidencia y (con la salida de Jorge Sarghini) a un massista con la vice. Pero el problema es que Feliú no piensa presentar la renuncia si no le aseguran que mantendrá ese lugar en el nuevo esquema.

La Cámpora se plantó y en el arco peronista nadie quiere romper la fragil unidad que lograron mantener en los últimos meses de cara a la negociación del presupuesto.

En el oficialismo están preocupados. Si Feliú no renuncia es imposible avanzar con el nuevo esquema de autoridades. A eso se le suma la complejidad de negociar con los diputados que rodean a José Ottavis. Como muestra está el fracaso de la negociación de enero de este año por el presupuesto.

También debería renunciar el vice segundo, Leonardo Santiago (GEN), y la vice tercera, a cargo de Patricia Cubría del Movimiento Evita. En estos dos casos no habría mayores inconvenientes.

El acuerdo por la presidencia de la Cámara quedó sellado hace pocas semanas entre la Gobernadora y el líder del Frente Renovador. De cara a un año electoral, Mosca -uno de los hombres de confianza de Vidal- será el presidente y se presume que Massa se volcará por Ramiro Gutiérrez para la poderosa vicepresidencia.

En Diputados, el cargo de vice es clave en el funcionamiento diario. El reglamento establece un sistema de doble firma donde cada expediente requiere de una rúbrica tanto del presidente como del vice.