El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se enfrentó antes de lo previsto con sus imprudentes declaraciones, cuando en al menos dos ocasiones dijo que la crisis de las policías era un problema de las provincias que no justificaban la intervención de la Nación.

La irrupción del fenómeno en el Chaco no pudo ser más inoportuna para Capitanich. De visita en Resistencia para participar de las festividades de la Inmaculada Concepción, se tropezó con una rebelión de la policía provincial que tuvo foco en esa ciudad.

Las protestas comenzaron frente a la comisaría primera de Resistencia y luego se sumaron la quinta, séptima y décima delegación.

Fuentes policiales chaqueñas dijeron que las protestas podrían extenderse, en reclamo de incremento salarial que lleve el básico de los actuales 4.000 a 12.000 pesos.

El vicegobernador de Chaco en ejercicio del Ejecutivo, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, fue quien se hizo cargo de la crisis ante el notable silencio de Capitanich, presente en Resistencia.

Bacileff Ivanoff anunció la regularización de los pagos de servicios adicionales y la incorporación de 1.200 nuevos agentes a la fuerza de seguridad y al Servicio Penitenciario, pero no logró calmar los ánimos.

Los policías decidieron tomar la alcaidía en la capital provincial y sus familiares cortaron las calles aledañas al lugar. Rápidamente el caos comenzó a apoderarse de Resistencia. Se suspendió el transporte público y la mayoría de los comercios que abren el domingo decidieron cerrar sus puertas ante el temor de saqueos.

La decisión de los transportistas fue dispuesta hasta que no haya una guardia mínima de policías en la ciudad, mientras el secretario de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) local, Raúl Abraham, anunció que se reunirá con los empresarios para analizar la situación.

El ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad de la provincia, Marcos Verbeek, desestimó que se haya producido un conflicto en el Servicio Penitenciario de Sáenz Peña, tal como había trascendido por la mañana.

Sin embargo, medios locales advirtieron sobre la realización de la protesta de los penitenciarios y también que los policías de la ciudad de Castelli se habrían declarado en estado de alerta.

El vicegobernador intentó poner paños fríos en una conferencia de prensa que brindó junto a su gabinete. "Hemos pagado salarios a la administración pública, tenemos los recursos para el pago de aguinaldos, la policía tiene sus salarios asegurados, y ahora procederemos a regularizar los adicionales", afirmó.

El vicegobernador agregó que a varias reparticiones "que adeudan meses a los policías, se les mandarán a partir del lunes las partidas correspondientes para regularizar la totalidad de los pagos".

Además, adelantó la incorporación de mil agentes de policía y 200 del Servicio Penitenciario y resaltó que de los mil nuevos efectivos, 150 serán oficiales y 850 suboficiales.