27 de abril, 2024
Repsol condicionó el cierre del acuerdo a nuevas negociaciones
Tras la reunión de hoy, el Consejo de la petrolera aseguró que "valora positivamente" el principio de acuerdo con el gobierno argentino, pero no dio por cerrada la "controversia" con el país. La empresa española buscará garantizarse el pago de los bonos a una tasa rentable y con valuación de mercado con el asesoramiento de una banca de inversión.
El Consejo de Administración de Repsol dio a conocer hoy un comunicado en el que "valora positivamente el principio de acuerdo anunciado por el gobierno argentino" en torno a la "compensación" por la expropiación del 51 por ciento de las acciones que la petrolera española tenía en YPF.
Repsol informó que el tema del preacuerdo con Argentina fue aprobado por unanimidad, pero no dio por cerrada la "controversia" con el país, ya que decidió "iniciar en breve plazo conversaciones" con el gobierno nacional "a fin de buscar una solución justa, eficaz y pronta", asesorado por un banco internacional.
El comunicado de Repsol:
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Según informó hoy el diario madrileño Expansión, especializado en temas económicos, la Casa Rosada habría ofrecido a Repsol un pago de 5.000 millones de dólares a realizarse a través de bonos soberanos a 10 años, con una rentabilidad de entre 8,25 y 8,75 por ciento, y un período de gracia de dos a cuatro años.
El medio asegura que "la intención es emitir los bonos cuanto antes de manera que estén en circulación antes de fin de año". Expansión menciona que el Congreso argentino deberá validar la operación, algo que el Gobierno argentino no explicó con claridad.
"Dos de los aspectos relevantes que quedan por afinar y que serán objeto de la negociación definitiva que se produzca a partir de ahora, son el calendario de los bonos y su rentabilidad. Son dos cuestiones aún abiertas", agrega el diario español.
Justamente estos dos variables son la razón por la que la aprobación que Repsol dio hoy al acuerdo no es completamente definitiva. La empresa española buscará garantizarse fechas de pago de los bonos y una tasa de rentabilidad que le resulte aceptable antes de desactivar las demandas que presentó ante el Ciadi.
Mientras tanto, ambas partes seguirán negociando sobre la letra chica del acuerdo. Queda aún por definir si el gobierno argentino pagará con bonos que se emitirán por un valor nominal de 5 mil millones de dólares o venderá títulos ya emitidos en su poder hasta recaudar esa cifra.
La contratación de un “banco de inversión” por parte de Repsol indica que la petrolera española se está preparando para recibir bonos argentinas y salir a venderlos rápidamente, de manera de convertirlos en efectivo de manera inmediata.
La interna con Pemex
Como anticipó LPO, el faltazo de Isidro Fainé, vicepresidente de Repsol y titular de Caixabank, a la reunión del Consejo confirmó que Antonio Brufau, el presidente de la petrolera española, finalmente votaría a favor del acuerdo.
Fainé fue uno de los principales impulsores de un arreglo con el gobierno argentino: la cesión de su voto a Brufau, que mantenía una dura posición frente a la Argentina, anunció el cambio de opinión de presidente de la compañía.
De todos modos, las internas en el directorio de Repsol volvieron a salir a la luz hoy: Emilio Lozoya, director y representante de Pemex en la reunión votó en soledad en contra de una moción de apoyo a la gestión actual de la petrolera española.
Lozoya se había mostrado molesto con Brufau por su reticencia a avanzar en un arreglo con la Argentina y por el mal resultado de las acciones de Repsol.
Repsol informó que el tema del preacuerdo con Argentina fue aprobado por unanimidad, pero no dio por cerrada la "controversia" con el país, ya que decidió "iniciar en breve plazo conversaciones" con el gobierno nacional "a fin de buscar una solución justa, eficaz y pronta", asesorado por un banco internacional.
El comunicado de Repsol:
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Según informó hoy el diario madrileño Expansión, especializado en temas económicos, la Casa Rosada habría ofrecido a Repsol un pago de 5.000 millones de dólares a realizarse a través de bonos soberanos a 10 años, con una rentabilidad de entre 8,25 y 8,75 por ciento, y un período de gracia de dos a cuatro años.
El medio asegura que "la intención es emitir los bonos cuanto antes de manera que estén en circulación antes de fin de año". Expansión menciona que el Congreso argentino deberá validar la operación, algo que el Gobierno argentino no explicó con claridad.
"Dos de los aspectos relevantes que quedan por afinar y que serán objeto de la negociación definitiva que se produzca a partir de ahora, son el calendario de los bonos y su rentabilidad. Son dos cuestiones aún abiertas", agrega el diario español.
Justamente estos dos variables son la razón por la que la aprobación que Repsol dio hoy al acuerdo no es completamente definitiva. La empresa española buscará garantizarse fechas de pago de los bonos y una tasa de rentabilidad que le resulte aceptable antes de desactivar las demandas que presentó ante el Ciadi.
Mientras tanto, ambas partes seguirán negociando sobre la letra chica del acuerdo. Queda aún por definir si el gobierno argentino pagará con bonos que se emitirán por un valor nominal de 5 mil millones de dólares o venderá títulos ya emitidos en su poder hasta recaudar esa cifra.
La contratación de un “banco de inversión” por parte de Repsol indica que la petrolera española se está preparando para recibir bonos argentinas y salir a venderlos rápidamente, de manera de convertirlos en efectivo de manera inmediata.
La interna con Pemex
Como anticipó LPO, el faltazo de Isidro Fainé, vicepresidente de Repsol y titular de Caixabank, a la reunión del Consejo confirmó que Antonio Brufau, el presidente de la petrolera española, finalmente votaría a favor del acuerdo.
Fainé fue uno de los principales impulsores de un arreglo con el gobierno argentino: la cesión de su voto a Brufau, que mantenía una dura posición frente a la Argentina, anunció el cambio de opinión de presidente de la compañía.
De todos modos, las internas en el directorio de Repsol volvieron a salir a la luz hoy: Emilio Lozoya, director y representante de Pemex en la reunión votó en soledad en contra de una moción de apoyo a la gestión actual de la petrolera española.
Lozoya se había mostrado molesto con Brufau por su reticencia a avanzar en un arreglo con la Argentina y por el mal resultado de las acciones de Repsol.
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Roberto dante – Lanús, Argentina -
No comparto el “Proyecto K” porque (entre otras disidencias) no acepto que “hay un capitalismo bueno” como afirmó, en reiteradas oportunidades Cristina Fernández.
Pero a pesar de grandes contradicciones en las medidas tomadas en el marco de este proyecto valoro su compromiso (histórico) en el ámbito del castigo a los criminales de delitos de Lesa Humanidad. Y lo actuado para lograr la descolonización de Malvinas junto a su respuesta frente al acoso de los fondos buitres. Decisiones que fortalecen el camino de un país que debe reforzar sus posiciones ante el establishment corporativo.
Estas medidas, explicitadas por el Gobierno, no indican una dependencia o claudicación ante el poder de las multinacionales; esta interpretación sólo puede ser sustentada por quienes, desde una óptica muy pequeña, buscan desacreditar cualquier acción del gobierno de Cristina Fernández.
Hay que reconocer que toda acción que se dirija hacia ocupar espacios que refuercen la independencia y la soberanía nacional va a ser fuertemente atacada por los intereses neoliberales.
Pero, ¿quién dijo que en las luchas por la soberanía no vamos a sufrir dolorosas consecuencias?
El Preacuerdo YPF/Repsol es una señal de este sufrimiento.
Todo cambio es indudablemente doloroso. Este dolor nos indica crecimiento. Muy lejos de las inseguridades adolescentes.
Los que sostienen que los problemas argentinos son “trágicos”, son cómplices de los intereses neoliberales. Porque “Tragedia” es lo que no se puede cambiar; es decir, nos condena a la inmovilidad. Es el fin de todo discurso de los medios oligopólicos de comunicación. Pero de esto nada dicen estos “compatriotas”.Por lo cual, hay que involucrar a la Sociedad TODA; para que se desnude a tanto reaccionario circulante, a los que tenemos que desenmascarar como a manzanas podridas.
La experiencia de vida nos enseña que una cualidad humana –muy importante- es la contradicción. El lenguaje es básicamente contradictorio. Con el podemos aclarar pero también oscurecer. Buscar –a ciegas- la verdad y no poder distinguirla de la falsedad. Pero, en este caso, la acción ilumina a las palabras.
¿Por qué? Porque “no somos lo que decimos, somos lo que hacemos”.
El neoliberalismo acciona a favor de los Grandes Medios Oligopólicos de Comunicación. Bien sabemos que estos Medios “dicen lo que dicen”, pero “NO hacen lo que dicen”. Usan “la palabra”. Es decir, la manipulan. Nos hablan de “libertades”, “de igualdades”, “de…de…”, mientras trabajan para los dueños del poder. ¿Los pueblos? Sufren… y se rebelan.
El mal llamado “sentido común”, no es otra cosa que una construcción de pensamiento elaborada a partir de la manipulación de la información que conduce a creer en la existencia de una “objetividad” inexistente. Es prioritario trabajar sobre estos a priori inducidos por el establishment mediático.
Tomo como ejemplo la durísima oposición neoliberal que enfrentamos en Argentina los que defendemos la nueva “Ley de Medios”. Pero, a pesar de los ataques, los pueblos resisten (accionan), como en África, Oriente Próximo y nuestra Indoamérica.
A la palabra imperial hay que asfixiarla con innumerables hechos políticos que desarrollen el campo popular. En el equilibrio y en la convivencia de la multiplicidad cultural de los pueblos, encontraremos la herramienta para derrotar a la propaganda de los fundamentalismos económicos y religiosos. Pues, “La Verdad”, es sólo una lucha por imponer interpretaciones.
Roberto dante – Lanús, Argentina -
No comparto el “Proyecto K” porque (entre otras disidencias) no acepto que “hay un capitalismo bueno” como afirmó, en reiteradas oportunidades Cristina Fernández.
Pero a pesar de grandes contradicciones en las medidas tomadas en el marco de este proyecto valoro su compromiso (histórico) en el ámbito del castigo a los criminales de delitos de Lesa Humanidad. Y lo actuado para lograr la descolonización de Malvinas junto a su respuesta frente al acoso de los fondos buitres. Decisiones que fortalecen el camino de un país que debe reforzar sus posiciones ante el establishment corporativo.
Estas medidas, explicitadas por el Gobierno, no indican una dependencia o claudicación ante el poder de las multinacionales; esta interpretación sólo puede ser sustentada por quienes, desde una óptica muy pequeña, buscan desacreditar cualquier acción del gobierno de Cristina Fernández.
Hay que reconocer que toda acción que se dirija hacia ocupar espacios que refuercen la independencia y la soberanía nacional va a ser fuertemente atacada por los intereses neoliberales.
Pero, ¿quién dijo que en las luchas por la soberanía no vamos a sufrir dolorosas consecuencias?
El Preacuerdo YPF/Repsol es una señal de este sufrimiento.
Todo cambio es indudablemente doloroso. Este dolor nos indica crecimiento. Muy lejos de las inseguridades adolescentes.
Los que sostienen que los problemas argentinos son “trágicos”, son cómplices de los intereses neoliberales. Porque “Tragedia” es lo que no se puede cambiar; es decir, nos condena a la inmovilidad. Es el fin de todo discurso de los medios oligopólicos de comunicación. Pero de esto nada dicen estos “compatriotas”.Por lo cual, hay que involucrar a la Sociedad TODA; para que se desnude a tanto reaccionario circulante, a los que tenemos que desenmascarar como a manzanas podridas.
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Tomo como ejemplo la durísima oposición neoliberal que enfrentamos en Argentina los que defendemos la nueva “Ley de Medios”. Pero, a pesar de los ataques, los pueblos resisten (accionan), como en África, Oriente Próximo y nuestra Indoamérica.
A la palabra imperial hay que asfixiarla con innumerables hechos políticos que desarrollen el campo popular. En el equilibrio y en la convivencia de la multiplicidad cultural de los pueblos, encontraremos la herramienta para derrotar a la propaganda de los fundamentalismos económicos y religiosos. Pues, “La Verdad”, es sólo una lucha por imponer interpretaciones.