05 de mayo, 2024
El massismo culpa a Larraburu y Garivoto por las caÃdas en BahÃa Blanca y Mar del Plata
El tigrense sufrió duras derrotas con 20 y 21 puntos y pobrÃsimas performances de las listas locales, armadas por los viejos operadores del PJ. Para los referentes regionales fueron los culpables indiscutidos y les restarán legisladores a Massa.Â
Entre tanta algarabía, anoche en el massismo también hubo tiempo para reproches y pases de factura y entre los más cuestionados sobresalen Damaso Larraburu y Juan Garivoto, referentes de Bahía Blanca y Mar del Plata y, sobre todo, dos viejos conocidos del submundo del peronismo bonaerense criados en el seno del duhaldismo.
Massa apeló a ellos en dos distritos que junto a La Plata dominan el voto del interior de la provincia de Buenos Aires, que concentra 3 de los 11 millones de electores bonaerenses.
El tigrense celebró una histórica victoria en el conurbano, lideró en la capital bonaerense pero en Bahía Blanca y Mar del Plata obtuvo sólo 20 y 21 puntos, con bajísimas actuaciones de los candidatos locales.
La pobre tarea de Massa en estas comunas echó atrás sus listas de legisladores de la quinta y sexta sección, que eligen 5 senadores y 11 diputados y tienen a Mar del Plata y Bahía con la mitad de sus padrones.
Entre los referentes de esas regiones las culpas recaían en los viejos caudillos, hábiles para caer parados. “Siempre trabajaron para perder y mantener la cuota de poder. El problema es que eso ahora no sólo repercute hacia adentro. La gente se entera”, confiesa a LPO un candidato de la quinta sección.
Garivoto fue por dos décadas el jefe del bloque PJ de la Cámara de Diputados bonaerense, donde en 2001 recibió a un joven y flamante legislador llamado Sergio Massa. Ese vínculo nunca se rompió y cuando estaba rezagado pudo volver con el Frente Renovador.
En Mar del Plata, la lista local del Frente Renovador hizo una actuación olvidable: quedó sexta con sólo a 10,7, detrás de la suma del Frente Progresista Cívico Social (24,61), Acción Marplatense (del intendente Gustavo Pulti, con 16,44), la vecinalista Agrupación Atlántica, las cinco nóminas del Frente Para la Victoria y el denarvaísmo.
Garivoto armó la lista con el ex defensor del Pueblo Cristian Azcona, el responsable de la UCA local Lucas Fiorini y Mercedes Morro, secretaria general de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) en Mar del Plata, la fililal del gremio de Luis Barrionuevo.
“Garivoto siempre jugó a perder para mantener su cuota de poder y nada nos hace pensar que pasó otra cosa”, reflexionan en la quinta.
En Bahía Blanca, Larraburu fue y es el símbolo del poder permanente del peronismo, hacedor de cuanto dirigente local surgiera de esas filas incluso del ex intendente Cristian Breitenstein, ahora ministro de Producción de Daniel Scioli.
Tanto monoplizaba la relación de su terruño con el poder central que en 2009 es recordado por haber armado la lista de Francisco De Narváez y querer influir en la del Frente para la Victoria, donde se topaba con la resistencia de Florencio Randazzo.
Decían esos días que fue él quien se resistió a que Breitenstein sea testimonial de Kirchner.
Su influencia negativa sobre Massa quedó a las claras cuando en plena campaña circuló por las redes sociales un video que lo mostraba jurando fidelidad al gobierno de Cristina Kirchner.
Ayer, el Frente Renovador quedó tercero en Bahía Blanca con 14 puntos, en un electorado que se mostró sumamente antikirchnerista, ya que el FpV quedó abajo con 13.
Quien capitalizó esa bronca fue la lista de Francisco De Narváez que lideró con 22,4, seguida por la vecinalista Integración Ciudadana.
Los candidatos que eligió Larraburu claramente tiraron para atrás a Massa. La encabezó Julián Lemos, hijo del un ex dirigente radical que integró listas de Unión Pro.
De Narváez lo superó con referentes de la sociedad civil como el periodista radial Héctor Gay y Martín Salaberry. El resultado se vio en las urnas.
Massa apeló a ellos en dos distritos que junto a La Plata dominan el voto del interior de la provincia de Buenos Aires, que concentra 3 de los 11 millones de electores bonaerenses.
El tigrense celebró una histórica victoria en el conurbano, lideró en la capital bonaerense pero en Bahía Blanca y Mar del Plata obtuvo sólo 20 y 21 puntos, con bajísimas actuaciones de los candidatos locales.
La pobre tarea de Massa en estas comunas echó atrás sus listas de legisladores de la quinta y sexta sección, que eligen 5 senadores y 11 diputados y tienen a Mar del Plata y Bahía con la mitad de sus padrones.
Entre los referentes de esas regiones las culpas recaían en los viejos caudillos, hábiles para caer parados. “Siempre trabajaron para perder y mantener la cuota de poder. El problema es que eso ahora no sólo repercute hacia adentro. La gente se entera”, confiesa a LPO un candidato de la quinta sección.
Garivoto fue por dos décadas el jefe del bloque PJ de la Cámara de Diputados bonaerense, donde en 2001 recibió a un joven y flamante legislador llamado Sergio Massa. Ese vínculo nunca se rompió y cuando estaba rezagado pudo volver con el Frente Renovador.
En Mar del Plata, la lista local del Frente Renovador hizo una actuación olvidable: quedó sexta con sólo a 10,7, detrás de la suma del Frente Progresista Cívico Social (24,61), Acción Marplatense (del intendente Gustavo Pulti, con 16,44), la vecinalista Agrupación Atlántica, las cinco nóminas del Frente Para la Victoria y el denarvaísmo.
Garivoto armó la lista con el ex defensor del Pueblo Cristian Azcona, el responsable de la UCA local Lucas Fiorini y Mercedes Morro, secretaria general de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) en Mar del Plata, la fililal del gremio de Luis Barrionuevo.
“Garivoto siempre jugó a perder para mantener su cuota de poder y nada nos hace pensar que pasó otra cosa”, reflexionan en la quinta.
En Bahía Blanca, Larraburu fue y es el símbolo del poder permanente del peronismo, hacedor de cuanto dirigente local surgiera de esas filas incluso del ex intendente Cristian Breitenstein, ahora ministro de Producción de Daniel Scioli.
Tanto monoplizaba la relación de su terruño con el poder central que en 2009 es recordado por haber armado la lista de Francisco De Narváez y querer influir en la del Frente para la Victoria, donde se topaba con la resistencia de Florencio Randazzo.
Decían esos días que fue él quien se resistió a que Breitenstein sea testimonial de Kirchner.
Su influencia negativa sobre Massa quedó a las claras cuando en plena campaña circuló por las redes sociales un video que lo mostraba jurando fidelidad al gobierno de Cristina Kirchner.
Ayer, el Frente Renovador quedó tercero en Bahía Blanca con 14 puntos, en un electorado que se mostró sumamente antikirchnerista, ya que el FpV quedó abajo con 13.
Quien capitalizó esa bronca fue la lista de Francisco De Narváez que lideró con 22,4, seguida por la vecinalista Integración Ciudadana.
Los candidatos que eligió Larraburu claramente tiraron para atrás a Massa. La encabezó Julián Lemos, hijo del un ex dirigente radical que integró listas de Unión Pro.
De Narváez lo superó con referentes de la sociedad civil como el periodista radial Héctor Gay y Martín Salaberry. El resultado se vio en las urnas.
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sin importarle si la persona que apadrinan es buena ó mala en su ciudad de residencia Asà arruinan por interés propio las posibilidades de otros candidatos Garivoto lo hizo en Gesell tratando de imponer a DAquila sobre Luna Los geselinos sabemos quien es DAquila