El PRO no tiene un plan B para la provincia de Buenos Aires si Gabriela Michetti se niega finalmente a ser candidata a diputada nacional en 2013 en esa jurisdicción.
Es por eso que el resto del macrismo cerró filas para forzar su pase a provincia, ante una nueva muestra de resistencia de la ex vicejefa, que salió por los medios a repetir que su lugar es la Ciudad y que si bien anunció que no se definirá hasta octubre, ya estaría decidida a anunciar su negativa.
En las últimas horas parecieron pintadas en 18 de los 19 distritos que conforman la Tercera Sección, la más populosa del Conurbano, con la consigna “Macri-Michetti” y “Grindetti-Jorge Macri”.
La movida habría surgido de manera consensuada entre el ministro de Gobierno, Emilio Monzó (cuya principal jugada como armador del PRO es el pase de Michetti a la provincia), el intendente de Vicente López y el ministro de Hacienda porteño.
Desde el entorno de esos dirigentes negaron a LPO la participación directa en las pintadas pero admitieron estar al tanto y agregaron que también hubo pintadas similares en la Primera Sección y en los accesos a la Capital.
Las fuentes señalaron que las pintadas provienen del propio impulso de los dirigentes distritales que comenzaron a presionar por la candidatura de Michetti como diputada en territorio bonaerense. En el mismo sentido, dos semanas atrás, Grindetti comió una picada y empanadas caseras en el partido de Ezeiza con concejales del PRO de Almirante Brown, Quilmes, San Vicente, Lanús, Esteban Echeverría, La Matanza, Carlos Reyes de Brandsen, Presidente Perón y Avellaneda. El acto se realizó exclusivamente para pedir que Gabriela sea candidata en provincia.
El “operativo clamor” tiene una explicación matemática: como todos los municipios del Conurbano son populosos, en 2013 eligen a 12 de los 24 concejales que integran sus Concejos Deliberantes.
En la provincia rige el sistema de cociente con para repartir los cargos en juego. Si un partido saca el 8,33% de los votos, se asegura 2 concejales. Y Michetti es la única dirigente del PRO que garantizaría un arrastre fácil de esos votos.
El PRO no tiene otro candidato que alcance los 20 o más puntos que está midiendo la diputada. Sin su candidatura, el macrismo se perdería la posibilidad de tener más representantes en todos los distritos del Gran Buenos Aires.
La jugada de De Narváez
Sin embargo, pese a ser consciente de ese escenario, Michetti se resiste y ello ya le valió algunos cruces con dirigentes de alto peso en el PRO. La semana pasada, un estrecho colaborador de Macri le advirtió de mala manera a la ex vicejefa que si se resiste, tendrá que ir a internas con Horacio Rodríguez Larreta por la senaduría de Capital Federal.
Michetti se fue un día antes del Congreso que el PRO realizó en Córdoba hace 10 días. No se quedó a escuchar el cierre que realizó el propio Macri.
Horas después, comenzó a circular la versión que indica que Francisco De Narváez se estaría acercando al PRO y que para eso mantuvo una reunión con Monzó y Nicolás “Nicky” Caputo, socio número uno de Macri.
Una nueva alianza con De Narváez, a quien se le vence su mandato de diputado nacional por la provincia el año que viene, sería la excusa perfecta de Michetti para competir por la Ciudad.
Sin embargo, el conjunto del PRO, incluido el jefe de gobierno, no traga a De Narváez y ya hicieron trascender que las encuestas que manejan lo dan muy mal al Colorado.