El GEN de Margarita Stolbizer resultó una pieza clave para que fuera sancionada la ley tributaria que ratificó la suba del revalúo rural y logró subir los ingresos brutos y el impuesto a sellos, además de un endeudamiento de la provincia y los municipios.

Aunque sólo este último artículo fue aprobado por la fuerza de Stolbizer, la sesión comenzó cuando sus diputados, los del Pro y hasta algunos de la Coalición Cívica se ubicaron en sus bancas.

Es que el Frente para la Victoria sólo podía garantizar 46 presencias, una menos del quórum necesario para iniciar una sesión. “Decidimos con el resto de los bloques que la táctica política de no dar quórum tiene un límite. Además, fuimos el único que hizo una propuesta de cambio”, aclaró Marcelo Díaz, jefe de la bancada del Gen.

El acuerdo no fue completo: envuelta en sus peleas internas, la UCR no bajó hasta que la sesión no empezó. Si el resto seguía sus pasos, el impuestazo habría dejado archivado el impuestazo.

Antes de dar el visto bueno, los jefes de bloque tuvieron contacto con el decreto que aumentó las valuaciones del campo. “Las propias entidades pidieron negociar el tema con el Ejecutivo cuando aprobamos el Código Fiscal”, se defendió Díaz.

Lo cierto es que en la Gobernación sostenían que sin ley no podrían aplicar las alícuotas sobre las flamantes valuaciones y así engrosar la recaudación.

Aun después de dar quórum, el propio bloque del Fap lo rechazó el impuestazo en un comunicado: “Esencialmente recaerá sobre los productos de la canasta básica, afectando a los sectores económicamente más vulnerables de la población”, denunciaron los legisladores.

Para bajar al recinto tuvieron el beneplácito de Stolbizer, quien ya había habilitado la negociación por la que casi hay sesión hace quince días, que incluía un prorrateo a cinco años de la suba de las valuaciones y una eliminación del aumento de ingresos brutos a las cooperativas.

“Margarita está siempre en contacto con nosotros y además respeta las decisiones del bloque”, aclaró Díaz.

No sólo ayudaron sentándose en sus bancas a la hora señalada, como no había ocurrido en las últimas dos sesiones, sino que además el Fap colaboró y mucho con las ausencias del diputado Juan Carlos Juárez y del senador Omar Foglia, ambos en Palestina, donde participaron de una jornada de paz.

El primero permitió que la sesión de diputados tenga 91 presentes y sólo sean necesarios 46 para aprobar los aumentos tributarios en particular. Para sancionar el endeudamiento, que favorecía a los municipios, el Fap y el Pro aprobaron en general la reforma tributaria, en una votación fugaz y a mano alzada, concluida cuando Horacio González dijo "aprobado por dos tercios".  

Sólo después, toda la oposición rechazó en particular el resto del artículado pero al kirchnerismo le alcanzaba con 46 votos para enviarlos al Senado. Si Juárez hubiera estado presente y votaba en contra, al kirchnerismo le habría faltado un aliado.  

En el Senado la ausencia de Foglia fue más trascendente. El proyecto con modificaciones de Diputados debía tener el aval de los dos tercios de los presentes para ser tratado.

Carlos Fernández, jefe del bloque radical, pidió que esa votación sea nominal, propuesta que Gabriel Mariotto pareció no entender cuando respondió que “por secretaría” quedaría expresado cada voto.

“Con 10 senadores se puede habilitar la votación nominal”, insistió Fernández. El resultado fue de 29 votos sobre 44, lo justo. Fue necesario el aporte de Esther Barrionuevo, hermana del gastronómico pero leal a Felipe Solá. Pero también las ausencias de Ricardo Zamperetti, del Pro; y de Foglia.