El caso del gerente de compras de La Serenísima, Roberto Blousson, sigue generando polémica en el sector lácteo, conmovido luego de las tremendas repercusiones que tuvo el hecho en el Gobierno nacional y en la propia empresa.
Ahora resulta que las autoridades de la firma -cuyo propietario es Pascual Mastellone- se encuentran analizando la posibilidad de aplicar algún tipo de sanción a Blousson por las opiniones que fueron develadas la semana pasada por La Política Online.
Si bien desde la compañía negaron esta posibilidad, fuentes del entorno de Mastellone admitieron a este medio que las declaraciones realizadas por el gerente van en contra de las normas internas de La Serenísima y que la violación de las mismas prevé sanciones.
Entre los distintos tipos de castigos que contemplan las reglas internas de la empresa se cuentan desde el despido, hasta una sanción de índole económica, o bien, una suspensión por tiempo indeterminado.
Lo cierto es que las apreciaciones de Blousson en las Jornadas Forratec 2012 cayeron muy mal en la compañía láctea luego de la presión que ejerció el Gobierno a través de los funcionarios del ministerio de Agricultura Arturo Videla y Guillermo Martini.
“Blousson está muy molesto con la situación porque es una persona grande que trabaja hace más de 30 años en la empresa y que desde un inicio ha sido muy crítico de las políticas kirchneristas hacia el sector”, comentó una fuente cercana al directivo.
En el asunto surge un interrogante por develar: ¿Por qué Blousson criticó públicamente la presión impositiva, el cierre de exportaciones y el control de precios del Gobierno si sabe que su empresa tiene una estrecha relación con el oficialismo?
Las fuentes consultadas señalan que desde hace varias semanas el gerente de La Serenísima viene recibiendo presiones por parte de los tamberos que remiten la materia prima a la firma para que se aumente el precio de la leche.
De hecho, el mismo día de la polémica conferencia de Blousson se conoció que el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno autorizó un aumento mayorista de hasta un 18 por ciento en los productos lácteos para 2012.
“Fue su manera de explicarle a los tamberos que La Serenísima tiene una alta presión impositiva y un considerable aumento de costos por las trabas comerciales, que no permiten aumentar el precio de la leche al productor”, agregó la fuente.
De esta forma, el gerente intentó justificar que en el último año, por ejemplo, no se hayan incrementado las liquidaciones a los tamberos a pesar de las constantes subas que registran los productos lácteos en beneficio de las empresas y los supermercados.
Una realidad complicada
En tanto, a pesar de que el kirchnerismo obligó a La Serenísima “a reconocer y valorar la dedicación y el esfuerzo del Gobierno para asegurar el crecimiento sostenido del sector en su conjunto”, lo cierto es que el panorama lácteo es sumamente complicado.
Para tener una idea, en enero pasado el precio promedio de la leche de referencia en la provincia de Santa Fe fue de 1,492 $/litro (0,34 u$s/litro), mientras que en diciembre el valor de referencia se había ubicado en 1,476 $/litro.
Pero el dato es que en el último año cayó el precio relativo en dólares pagado a los productores dado que en enero de 2011 el valor había sido de 1,416 $/litro (0,35 u$s/litro), según datos publicados por el Ministerio de la Producción de Santa Fe.
Estos precios se ubican cada vez más lejos de lo que pretenden cobrar los productores para continuar en la actividad (1,80 $/litro) y por debajo, inclusive, de los 1,50 $/litro que dispuso Moreno a partir de los pedidos de los tamberos K.
Además, si bien el año pasado se produjo una producción récord de leche en el país, los empresarios advierten que el nivel de inversión está paralizado por las políticas oficiales. “Queremos ser dueños de nuestro propio destino”, se quejó un empresario.