Cristina Kirchner quiere para su segundo mandato tener influencia y si es posible control directo de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires, territorio en el que confluyen los intereses de los intendentes y de Daniel Scioli.

El kirchnerismo nunca fue fuerte en esas dos cámaras y soportó de mala manera que durante sus ocho años en el poder, el histórico peronismo bonaerense articulara desde la Legislatura estrategias políticas autónomas, como fue la alianza que sellaron con Daniel Scioli.

Por eso, vía Carlos Zannini Cristina se aseguró lugares en las listas de la provincia para incondicionales de La Cámpora. A partir del 10 de diciembre se aseguró ocho fieles en Diputados y al menos cinco en el Senado. Lo que importa es el alineamiento absoluto con la Casa Rosada, más que la experiencia o el talento político.

En ese marco, fuentes de La Campora reconocieron a LPO que la instrucción que ya están recibiendo es "ir a la Legislatura a romper con la corporación del PJ bonaerense", y cuentan en esa embestida con el respaldo del candidato a vicegobernador Gabriel Mariotto, que Cristina le impuso a Scioli.

Las especulaciones sobre los motivos que tiene Cristina para meter una cuña entre Scioli y los intendente del Conurbano y los históricos del PJ que manejana la Legislatura, son varias. Pero la que más se repite es que quiere desde la Legislatura, meterle "dinamismo" y "control político" al gobernador.

“Mariotto no podrá hacer grandes cosas porque necesitará del PJ para definir al presidente de bloque; y de la oposición, para elegir a las autoridades de la Cámara”, advierten con cierta suficiencia los eternos conductores del Senado bonaerense.

Desde el kirchnerismo no desconocen esa realidad, pero hacen otra lectura: "Lo más posible es que se genere una escalada de confrontación política y mediática, para despues propiciar un nuevo acuerdo en el que el control quede para la Casa Rosada".

Los números fríos

Las autoridades de la Cámara no sólo abarcan el vicepresidente primero, sino también a al secretario administrativo y al legislativo, encargados de manejar los números y el destino de los proyectos.

Los números hablan por sí solos. Diputados tiene 92 bancas y el Senado 46 y el kirchnerismo, en este escenario, será una porción de bloques oficialistas que no alcanzarán la mayoría.

Entre los cinco senadores que supuestamente debería conducir Mariotto hay cuatro que tienen una buena historia en el PJ bonaerense y que acaso le planteen una guerra fría: Osvaldo Goicoechea, actual jefe de bloque; María Ehocosor de Acuña, esposa del intendente de Hurlingham; Raúl Torres, autoridad de la UOM; y Patricio García, histórico del peronismo, ahora bajo el amparo de Julián Domínguez.

En el Senado se rumorea que algunos de ellos recaerían en el Ejecutivo para amenizar una convivencia que no será fácil. El máximo candidato es Goicoechea, mencionado como posible ministro de Gobierno, en reemplazo de Camaño, que no acompañaría a Scioli en un eventual segundo mandato.

Goicoechea y Raúl Pérez, el jefe del bloque de diputados, visitaron ayer a Scioli para pautar lo que se avecina como un semestre complicado para aprobar leyes. Pérez será otro punto a resolver: tras empujar por tres años cada proyecto oficial, fue destratado por el sciolismo que le impuso a Nora de Lucía como candidata a senadora por La Plata, en desmedro de su protegida Marcela Pastore.

La orden de confrontar

La instrucción que recibió Mariotto no es la de conciliar y así lo demostró en estas dos semanas que caminó como candidato, en las que viajó varias veces a La Plata para reunirse con Scioli y sus ministros pero nunca pisó el Senado, donde desembarcaría si su fórmula resulta ganadora.

En la charla que ayer el binomio tuvo con los jóvenes de La Cámpora quedó claro como será la gestión. Santiago Carreras, director de Juventud y candidato a senador por la tercerea por gestión de Mariotto, remarcó el interés por modificar la política de seguridad, materia en la que Scioli se diferenció siempre de la Casa Rosada.

Muy cordial, el gobernador ahondó en su anhelo de descentralizar la administración de la provincia y enumeró una serie de obras que realiza en conjunto con la Nación, casi como buscando emisarios para repetir vías de financiamiento.

“Para nosotros Scioli no es lo mismo que el sciolismo. Él siempre estuvo alineado, pero a su alrededor sí buscan hacer su juego”, graficó a LPO un hombre de La Cámpora que estuvo ayer en la reunión con el Gobernador.

La referencia no deja de ser un subterfugio, ya que es difícil imaginar que el denominado sciolismo tome alguna iniciativa sin el visto bueno del gobernador. Lo que ocurre es que el cierre de listas dejó varios heridos, que ahora Scioli intentaría volver a atraer con puestos en el Ejecutivo.

Por ejemplo, entre los más enfurecidos aparecen los dirigentesde la quinta sección, ya que el sciolismo colocó al director de Subsidios y Subvenciones, Rodolfo "Manino" Iriart, y excluyó al diputado Tomas Hogan, quien ahora se menciona como ministro de Asuntos Agrarios.

El Gabinete también es motivo de especulaciones entre camporistas, sciolistas y pejotistas. Estos últimos creen que Mariotto intentará colocar hombres en el gobierno y hasta meterse en temas sensibles como la relación de Scioli con los medios, en especial aquellos con los que la Casa Rosada mantiene un conflicto abierto.

Como sea, se descuenta la continuidad del jefe de Gabinete Alberto Pérez, del ministro de Hacienda Alejandro Arlía y hasta se habla de la permanencia de Baldomero "Cacho" Alvarez en Desarrollo Social, ya que pese a que logró una candidatura a senador por la tercera sección, estaría por estas horas pujando para continuar en el cargo, luego de rechazar un pase a la cartera de Gobierno.

Entre los salientes, que van a cargos legislativos se menciona a los titulares de Educación, Mario Oporto; de Infraestructura Cristina Alvarez Rodríguez; de Asuntos Agrarios Ariel Franetovich y de Producción Martín Ferré.