Después de que Eduardo Duhalde esquilmara pacientemente su armado en el Conurbano, Francisco De Narváez busca dar un golpe de efecto con el objetivo de reforzar su candidatura a gobernador de Buenos Aires: este fin de semana podría cerrarse un acuerdo entre el diputado-empresario y un grupo de dirigentes bonaerenses que venía trabajando con Felipe Solá.

“Felipe se bajó de algo que le reclamábamos: que pelee por la Gobernación. Entonces nosotros tenemos libertad de acción más allá de que él juegue su candidatura a presidente”, contó a LPO un dirigente de este grupo en disputa.

Las negociaciones las están llevando adelante Daniel Amoroso y Gustavo Ferrari y la intención es quedarse con aquellos dirigentes que en 2009 sacaron una muy buena cantidad de votos en la Tercera Sección Electoral.

Así, por ejemplo, en Berazategui la intención es sumar a Ricardo Giaccobe, uno de los principales armadores de Solá. En 2009 Unión Celeste y Blanco sacó el 11 por ciento de los votos en el distrito. En Avellaneda, en tanto, De Narváez se quedaría con el concejal José Alessi, ex Frente para la Victoria y ex directivo de los Cascos Blancos que en las últimas elecciones obtuvo 30 mil votos.

“Francisco tiene a Mónica López pero la puede llevar como vicegobernadora. En el distrito no mide”, resaltan desde el círculo íntimo del edil.

La Matanza también le aportaría gran cantidad de votos a De Narváez ya que sumaría al espacio del diputado provincial Juan Carlos Piriz, que tiene como candidato a intendente a Fernando Ascencio. Este grupo le ganó en las elecciones pasadas a las otras dos boletas del peronismo federal.

Además, también se agregarían los ex muchachos de Solá en Florencia Varela, donde son cuatro los dirigentes del peronismo federal que disputan ser el número uno. Ellos son Dardo Otonello, Gualberto Ríos, Carlos Lami y el siempre presente Julio Carpinetti. De todos modos, fuentes del espacio indicaron a este medio que el ex intendente estaría negociando una colectora del kirchnerismo.

En tanto, en Quilmes las esperanzas de De Narváez se centran en Eduardo Schiavo, que, de acuerdo a las últimas mediciones, ostenta unos 9 puntos de intención de voto. A él se suma el dirigente “Cuqui” Aquino de gran influencia en San Francisco Solano.

En Presidente Perón (donde todos los dirigentes que trabajaban con el Colorado se fueron con Duhalde), la intención es acordar con a José Espínola y en Lanús a la ex diputada Marcelina Pérez de Ibarra.

Eso sí, en caso de acordar, en los distritos en que las encuestas arrojen buenos resultados, los ex hombres y mujeres de Solá le pedirán a De Narváez la candidatura a intendente. Nada de rellenar listas.

“Donde ganamos no se jode. Unión- PRO juntó a sectores que mucho no tenían que ver desde la territorialidad. Los únicos ‘políticos-políticos’ éramos nosotros y eso se nota hoy. El resto eran nuevos en la política”, resaltó un dirigente del espacio que mañana asistirá al acto en La Plata en donde De Narváez y Ricardo Alfonsín anunciarán su acuerdo.

Lo cierto es que en caso de concretarse el pase De Narváez enfrentará las negociaciones con Alfonsín con mucha más fuerza de la que hoy muestra. Y podrá imponer esa idea de respeten las candidaturas radicales en el interior de la Provincia a cambio de los principales distritos del Conurbano.

Igualmente, parte del radicalismo no está tan seguro de entregarle las cabezas de lista al Colorado. En Lomas los dos sectores del alfonsinismo resisten y lo mismo ocurre en La Matanza, donde los radicales dicen contar con “candidatos propios”. Por eso, comenzó a correr la versión de que la UCR pediría ir a internas el 14 de agosto. De todos modos, es una idea de “las bases” y no de la dirigencia que negoció el acuerdo con De Narváez.

Por caso, el candidato de Alfonsín en La Plata Dardo Pérez señaló hoy a la prensa: “Sólo hubo contactos con De Narváez a través de los referentes provinciales. Nosotros nunca nos juntamos en la Ciudad”.