Elecciones en la UIA: un grupo pedirá internas abiertas
Es una decisión polémica, ya que el presidente de la entidad empresaria se elige por acuerdo desde 2003. La medida se genera en contra de algunas de las posturas del Grupo Techint, que se encuentra en el sector que debería elegir el nuevo presidente para este año. En la nueva propuesta suenan nombres de petroleros, constructores y financistas.
Es probable que la Unión Industrial Argentina (UIA) entre, la próxima semana, en su momento más convulsionado de los últimos años. Todo se desencadenará cuando un grupo conformado por al menos cinco empresarios plantee lo que varios saben y discuten desde hace unos tres meses: la posibilidad de llamar a elecciones internas abiertas en la entidad, algo que no ocurre desde 2003, momento en que las dos corrientes más importantes, Celeste y Blanca e Industriales, decidieron ponerse de acuerdo para alternarse en el poder cada dos años.

Según el diario La Nación, la propuesta es controvertida y tiene a todos al tanto, pero provendrá principalmente de integrantes de la línea Celeste y Blanca, el grupo que reúne a poderosas compañías como Aceitera General Deheza, Fiat y Ledesma, y que este año cederá el poder. Todos ellos, algunos de los cuales han admitido estar trabajando en la iniciativa, saben perfectamente que provocarán un cimbronazo en su pares del otro grupo, que debería elegir, según el cronograma oficial, un candidato para suceder al dirigente plástico Héctor Méndez en la primera semana de abril. Tampoco son empresas pequeñas: es la franja que integran, entre otros, las empresas Techint, Arcor, Acindar y Peugeot-Citroën.

Las razones del movimiento son varias. Los nuevos rebeldes se sienten incómodos, por ejemplo, con la deteriorada relación entre el Gobierno y grandes grupos como Techint, Shell o Clarín. "Es una cuestión de estilos: en el fondo compartimos todo, pero no las formas", resumió un ejecutivo que promete no estar en la UIA el año próximo si las cosas no cambian. De manera enigmática y sutil, un encumbrado dirigente del grupo Industriales lo había anticipado la semana pasada: "Van a venir tiempos complicados, van a intentar dividirnos; los industriales tenemos que estar más unidos que nunca".

El trato de la Casa Rosada hacia determinadas corporaciones fabriles, y viceversa, cambió drásticamente en los últimos tres años. En agosto pasado, por ejemplo, durante la semana previa al acto por la embestida oficial contra Papel Prensa, abogados que trabajaron en el informe "Papel Prensa, la verdad" reconocieron a ejecutivos ensayos que, después, por razones desconocidas, no llegaron a concretarse: el próximo objetivo, decían, era la Organización Techint. Y ejecutivos de primera línea han escuchado a la propia presidenta Cristina Kirchner utilizar, en charlas informales, la idea de la "expropiación" como posible sanción si no llegaban inversiones que el grupo que conduce Paolo Rocca finalmente anunció.
La divergencia se viene incrementando desde hace varios meses en conversaciones que han llegado a empresarios que todavía están fuera de la UIA, pero que prometen sumarse ante la posibilidad de internas abiertas y, como les gusta decir, "democráticas".

Ejemplos cabales son algunos petroleros, constructores, dirigentes del agro y del sector financiero que parecen entusiasmados y que ya se han comunicado con miembros de la junta directiva fabril. Otro caso, el que encarna un propietario que abandonó, en 2002, tanto la UIA como la Asociación Empresaria Argentina (AEA) por fuertes divergencias con ambas entidades: Javier Madanes Quintanilla, número uno de Aluar.

El empresario del aluminio se ha contactado en los últimos tiempos con varios de los involucrados en el nuevo proyecto. Fuentes del sector lo designan como el hombre que encabezará el proceso de apertura, dentro o fuera de la UIA. Esta hipótesis incluye, naturalmente, la posibilidad de la conformación de una nueva entidad gremial si se produjera una ruptura. ¿Volvería Madanes Quintanilla a la UIA? Su última aparición fue una sorpresa: en diciembre, en Costa Salguero, se mostró entre los asistentes a la conferencia fabril. Cerca del dueño de Aluar se negaron a hacer declaraciones públicas al respecto.

Méndez dejará el cargo en abril. "No voy a hablar, no voy a meterme en ninguna interna porque no sería ético: yo ya estoy fuera de la UIA", se resistió anoche el dirigente del sector plástico.

El Grupo Industriales, la fracción encargada de elegir al sucesor, no ha encontrado todavía un reemplazante que, por lo menos desde 2003, siempre era acordado en diciembre, cuatro meses antes. Así, casi con seguridad, la idea de las internas abiertas tendrá un aliado de gran porte: el gobierno nacional, siempre propenso a la división en sectores que le son hostiles. La UIA es claramente uno de ellos desde hace por lo menos un año. Un integrante de esa línea desconfió de la apuesta: "No sé, pero puede ser -afirmó-. Las grandes empresas siempre inventan esas cosas para entrar. Ahora, si lo impulsa el Gobierno, puede ser. De todos modos, si la idea es dividirnos, no les voy a dar el gusto".

Los partidarios de la apertura niegan haber hablado con representantes de la Casa Rosada, aunque admiten el probable envalentonamiento de operadores kirchneristas. "Es imposible que eso no ocurra", contestaron.

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