Difícil encontrar momentos más políticos que el que se vivió anoche en una muy extensa reunión del PJ bonarense –convocada en secreto y que recién hoy empieza a trascender en toda su dimensión-, realizada en La Plata y que reunió figuras como Daniel Scioli, Hugo Moyano, Alberto Balestrini y numerosos intendentes.

En el encuentro, por lejos el más largo desde que Balestrini preside el partido, se produjeron serios deslizamientos que hablan de la pérdida de poder real que sufre Néstor Kirchner, aunque viejos lobos de mar, ninguno de los presentes pronunciará palabras de ruptura.

Allí, se avanzó en varias decisiones de fondo. Primero que nada se acordó apoyar la reelección de Scioli, siempre y cuando el gobernador siga avanzando en la línea que viene trabajando de paulatino distanciamiento de Kirchner y apertura del gabinete a los sectores del PJ bonaerense más tradicional, incluyendo a buena parte del duhaldismo.

Se acordó que el candidato a vicegobernador quedará para definición de la estructura partidaria. La decisión contiene un dato que por omisión refleja en profundidad el cambio político que se vive en el PJ más poderoso del país, luego de la derrota del 28 de junio: a nadie se le ocurrió que era necesario consultar a Kirchner.

Se apoyó la reelección de Scioli porque se considera que es el mejor candidato para enfrentar a Francisco De Narváez, ya que es una figura nacional.

En ese marco, se le recomendó al gobernador que de ahora en adelante lleva a cabo desde la provincia una “minipresidencia”, lo que significa sumar a su gabinete hombres como Roberto Lavagna, es decir, personalidades de renombre nacional en vez de figuras que son desconocidas, a pesar de que sean consideradas como muy eficaces por el propio Scioli.

También se resolvió convocar a elecciones de autoridades partidarias, peses a que Balestrini fue consagrado hace apenas 10 meses. El propio vicegobernador no pareció inquietarse con la movida, ya que sigue contando con el respaldo clave de La Matanza, el municipio más populoso.

En un ejercicio de complejos equilibrios internos, se analizó también la manera de integrar a sectores del duhaldismo que en la pasada elección acompañaron a Francisco de Narváez, acaso la otra gran víctima de los movimientos que se pusieron en marcha anoche.

Las internas del PJ bonaerense, según fuentes consultadas por La Política Online, se podrían concretar el año que viene. Incluso, no se descarta que su concreción brinden la excusa perfecta para sumarle la renovación de autoridades a nivel nacional, lo que terminaría de cristalizar el profundo grado de aislamiento que vive Kirchner en el PJ. Los nombres de Eduardo Duhalde y Carlos Reutemann se mencionaron como posibles candidatos a presidir el partido, en una nueva etapa postkirchnerista.

En el encuentro de anoche tuvieron participación activa dirigentes del tronco duhaldista como Isidoro Laso y el ministro de Gobierno Eduardo Camaño, junto a varios de los intendentes del Conurbano más experimentados.

Sobrevoló toda la reunión la necesidad de contener al duhaldismo y unificarlo detrás de la candidatura de Scioli, para evitar que vuelva a optar por Francisco de Narváez, acentuando el riesgo de perder la provincia.

En la complejidad del tablero bonaerense, también se avanzó sobre la necesidad de castigar a aquellos dirigentes supuestamente propios que jugaron más abiertamente contra el PJ, como es el caso del intendente de La Plata, Pablo Buera. En eso la oincidencia con Kirchner no podría ser mayor. Es que la idea es no sólo conocar a internas para la conducción del PJ anivel provincial, sino solicitar el mismo proceso de revalidación de títulos a nivel provincial. Bruera hoy preside el peronismo platense.

Más incorporaciones en el gabinete

El pasado 20 de marzo, cuando Eduardo Camaño asumió como Ministro de Gobierno, el sciolismo comenzó a ceder lugares a dirigentes de claro origen duhaldista.

Incluso, a partir de esa apertura en el gabinete que hasta ese momento Scioli había reservado para gente de su círculo más estrecho -contradiciendo la tradición en la provincia de repartir cargos entre los intendentes reunidos por sección electoral-, comenzó a mencionarse a distintos candidatos para sumarse a la gestión que oficiaron en su momento como opositores al gobernador. Los ex ministros de Economía de la nación y de la provincia, Roberto Lavagna y Jorge Sarghini, aparecieron en el tapete.

En este marco, hoy se supo que Scioli incroporó al gabinete a Alberto De Fazio, un joven concejal quilmeño que reporta a Camaño y a Lavagna. De Fazio asumió ayer como subsecretario de Políticas Metropolitanas de la Provincia, un cargo que sirve como nexo con los intendentes de la primera y tercera secciones electorales, por no decir que será un puesto de contención de los denominados “barones del Conurbano”.

Por todo esto, como señalaron a este medio fuentes del bloque oficialista de la Legislatura bonaerense, algunos sciolistas “puros” están dejando de ver a la gestión como propia.

Las reuniones con Duhalde

Por otro lado, como pudo saber este medio, en las últimas semanas Scioli mantuvo tres encuentros con Duhalde, en los que el ex presidente le prometió al gobernador que iba a ayudarlo a reelegir, pero no gratuitamente.

La condición que Duhalde le habría puesto a Scioli consistiría nada más y nada menos en que el gobernador se despegue finalmente de los Kirchner.

El ex presidente le habría sugerido incluso el modo de hacerlo elegantemente: Scioli tendría que emitir una cuasimoneda como el patacón durante el último trimestre, una manera de anunciar que no recibe más fondos del gobierno nacional. Esto generaría la ruptura con el Gobierno nacional y ahí recién Duhalde se pondría a trabajar en seri por la reelección de Scioli.