Los principales empresarios de la Argentina se reunieron hoy en Córdoba, en un evento enormemente significativo, que no recibió la cobertura mediática correspondiente a su dimensión por el inevitable centralismo de los medios porteños.

Los líderes de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la poderosa Asociación Empresaria Argentina (AEA) se juntaron en el Sheraton de la capital cordobesa, con la excusa de participar de un coloquio de la Unión Industrial de Córdoba, bajo la consigna "qué modelo industrial necesitamos para la Argentina de los próximos años".

Allí, en los pasillos se vio a más de 600 empresarios, ejecutivos y políticos, entre los que se destacaban el propio titular de la UIA, Héctor Méndez; el gobernador Juan Schiaretti; el titular de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi y del Grupo Arcor y lider de AEA, Luis Pagani, entre otros.

Méndez cumplió con la formalidad de respaldar los “cambios” de gabinete que concretó Cristina Kirchner, y celebrar la convocatoria al diálogo en el marco del Consejo Económico y Social. Aunque no pudo evitar matizar su optimismo: "Uno tiene que imaginar que los cambios deben funcionar; no tiene derecho a no darles una cuota de crédito a los ministros y hasta que no demuestren lo contrario estamos convencidos de que los vamos a acompañar", afirmó.

Pero lo más jugoso, como siempre ocurre, fue lo que se habló en las mesas, bien lejos de los micrófonos. Allí, los empresarios coincidieron con la lectura del economista Juan Carlos de Pablo, uno de los oradores invitados. “Estos no van a cambiar, lo único que queda es aguantar hasta que cambien las condiciones políticas”, sintetizó ante La Política Online uno de los empresarios mas importantes del país, en referencia al matrimonio Kirchner.

En esa línea, la comidilla obligada era el relato de la famosa cena a la que convocó semanas atrás la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada, con representantes de la UIA y la CGT. “Mientras estaban los ministros se pudo hablar, pero llegó ella y se mandó un monólogo de 45 minutos hablando de España, Honduras, cualquier país, menos de los problemas de acá, el desencanto fue brutal”, relató un empresario.

El mismo desencanto, en el caso de los representantes del agro presentes, alcanzó niveles francamente destituyentes, que no vale la pena reproducir.

En ese sentido, al interior de AEA se notaron tres posturas claras frente al Gobierno. La más dura encabezada por la multinacinal Techint que se acerca a la instransigencia total del campo frente a los Kirchner; luego un sector encabezado por Pagani que si bien mantiene una critica durísima al actual "modelo" no comparte la idea de hacer una oposición frontal; mientras que una tercera línea encabezada por Clarín, se mostro muy prudente y poniendo el acento en garantizar antes que nada la institucionalidad de Cristina Kirchner.

Lo que si se coincidió es en la total ausencia de reglas de juego claras. “No hay previsibilidad política, esta todo en el aire, en este marco sólo un marciano invertiría en la Argentina”, agregó otro de los empresarios consultados.

En tanto que para el 2011, dos nombres se destacaron lejos por sobre el resto: el vicepresidente Julio Cobos y el senador Carlos Reutemann. Curiosamente, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no fue visualizado entre los empresarios presentes, como una chance fuerte para la próxima presidencial.