Amado Boudou festejó por anticipado su designación como Ministro de Economía con un raid por boliches de estética menemista que duró 48 horas e incluyó los farandulezcos bares Rufino y Santino y el Hotel Faena de Puerto madero. Entre otros personajes lo acompañeron "El Corcho" Rodríguez, ex pareja de Susana Giménez y Jorge Brito junior, el hijo del dueño del Banco Macro.
La crónica de la fiesta interminable de Boudou publicada hoy por La Nación, sumó el detalle estético que faltaba para completar la caracterización del nuevo ministro de Economía, como un ajustado exponente del liberalismo menemista.
Por el costado programático la definición quedó clara el viernes pasado, cuando dejó trascender a los medios de sus prioridades como ministro: normalizar la situación financiera internacional de la Argentina, arreglando con los holdouts, el Club de Paris y el FMI. Ni Roque Fernández lo hubiera dicho mejor.
En ese marco, el mundo de los economistas heterodoxos, que simpatizan o simpatizaban con el kirchnerismo, sólo espera un último paso para terminar de decretar su ruptura total con el nuevo ocupante del Palacio de Hacienda. Se trata del anuncio, previsto para mañana, del equipo que lo acompañará en la gestión.
El sentido político de las designaciones
Entre la comunidad de economistas heterodoxos tienen claro que las decisiones finales del área las toma Néstor Kirchner, pero entre el trazo grueso que pueda fijar el ex presidente y el día a día de la gestión, hay infinidad de matices que también definen la política económica, según los funcionarios que conduzcan el Palacio de Hacienda.
"En Economía hay infinidad de subsidios, expedientes, resoluciones a tratar que si Boudou forma un equipo de derecha (así le dicen al flamante ministro), van a tener un sentido muy distinto al que se supone es el del modelo kirchnerista", advirtió a La Política Online una fuente que suele transitar los pasillos del Palacio de Hacienda.
En ese marco, se está mirando de cerca que sucede con un puesto clave desde lo simbólico, no asi desde el manejo de poder. La Secretaría de Política Económica, hoy a cargo de Martín Abeles.
Abeles es un joven y muy formado economista, con un doctorado en la New School of Social Research de Nueva York, graduado en la UBA, fue investigador del Flacso y dirigió el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo en la Argentina (CEFID), una oficina de estudios creada por los bancos públicos y el Credicoop.
Allí trabajó con Felisa Miceli, entonces presidenta del Banco Nación, quien al asumir como ministra lo designó Subsecretario de Política Económica, cargo que mantuvo en las gestiones de Miguel Peirano y Martín Lousteau, hasta que al llegar Carlos Fernández a la cartera, fue ascendido a Secretario.
Abeles es uno de los pocos cuadros técnicos a nivel de funcionario político, que quedan en el desguazado Ministerio de Economía, que se hayan dedicado a lo que debería ser la razón central de esa cartera: la macroeconomía. Su nombre comenzó a trascender dentro de los economistas heterodoxos cuando publicó un artículo junto a Mariano Borzel, muy crítico de las “metas de inflación” que Alfonso Prat Gay pretendió instrumentar durante su paso como presidente del banco Central.
Claramente heterodoxo, casado con una de las hijas del ex viceministro de Economía, Jorge Todesca, recibió algunos cuestionamientos cuando se lo sindicó junto al ex funcionario Gastón Rossi, como uno de los ideólogos de la famosa resolución 125 que provocó la caída de Lousteau y disparó el conflicto con el campo, que todavía sigue pagando el gobierno.
“Si echa a Martín (Abeles) que se olvide de que algún economista heterodoxo lo respalde”, afirmó a La Política Online un experimentado operador del mundo de los economistas k.
Es que según trsacendió, dentro del limitadísimo margen de acción que le queda a Boudou, estaría pensando en despedir a Abeles y eventualemnte al secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. Las otras dos Secretarías de Economía, según le hicieron saber los Kirchner son "intocables".
Esto es, seguirían en su cargo el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa; y la secretaria Legal y Administrativa, Ofelia Cédola, una vieja conocida de los Kirchner y de su par a nivel presidencial, Carlos Zanini. En tanto que la eventual salida de Guillermo Moreno de la Secretaría de Comercio Interior, como se sabe es un asunto del más alto nivel que supera por completo a Boudou.
De manera que la conformación final del equipo de Boudou permitirá determinar si efectivamente, como intuyen algunos, el kirchnerismo giró a la derecha (ver nota sobre Bossio). Es que los antecedentes del ministro causan urticaria en el mundo heterodoxo. Egresado y profesor del ultraliberal CEMA de Roque Fernández, no goza siquiera de un respaldo serio en materia de estudios, trabajos y publicaciones sobre macroeconomía.
“No tiene equipo, no tiene antecedentes en macro y encima es liberal, suena a mucho para que lo apoyemos”, afirmó a La Política Online un economista de los que suele defender públicamente las iniciativas más intervencionistas del kirchnerismo. No debería sorprender entonces el notable silencio que surgió desde ese sector del pensamiento, ante la designación de Boudou, que al menos entre los heterodoxos, no parece ser muy amado.