02 de mayo, 2024
Anticipan que la recesión llegará a las ciudades
El ex viceministro Jorge Todesca, señaló que la ratificación del rumbo económico -más allá de la convocatoria al "diálogo"- confirmada con el último cambio de gabinete, sólo presagia malas noticias. Vaticina una contracción de la actividad del 3 por ciento, suba del desempleo, así como nulo acceso al financiamiento, que comenzará a golpear fuerte en las clases medias urbanas.
En el último informe de su consultora Finsoport, el economista Jorge Todesca advierte que “una primera –e incorrecta- lectura de diversos analistas sobre la derrota del gobierno en las elecciones puso énfasis en que, de aquí en
más, la ausencia de una mayoría en el Congreso limitaría iniciativas del Poder
Ejecutivo que atentaran contra la propiedad privada”.
En rigor, señala Todesca, no habría de que alegrarse porque “el ex Presidente Kirchner ha dicho que se dedicará a profundizar el modelo y la Presidente manifestó que no introducirá ningún cambio de rumbo, incluyendo la negativa a revisar la distorsionada información que proporciona el INDEC”. Situación que se ha confirmado con la ratificación de Guillermo Moreno y la conformación del nuevo gabinete de incondicionales del ex presidente.
“En consecuencia, la economía está librada a su inercia en medio de una crisis, que conducirá a un deterioro creciente de la situación”, agrega el economista.
“Nuestra proyección es que la economía se contraerá alrededor del 3% a lo
largo del año. Aún cuando no hemos finalizado el cierre del primer semestre
puede estimarse que en ese período la contracción ha sido algo mayor al 2%,
de manera tal que en el período julio-diciembre todavía puede esperarse un
descenso adicional”, señala Todesca.
“En consonancia con ese panorama, la crisis irá instalándose en las ciudades,
donde hasta ahora ha tenido menos impacto. A título de ejemplo, en la Ciudad
de Buenos Aires ya se observa una caída en los ingresos fiscales, en especial
patentes e impuesto inmobiliario, lo que indica población que deja de cumplir
con este tipo de pagos, que no tienen efectos inmediatos sobre su vida
cotidiana”, agrega el ex viceministro de Economía, señalando que “la epidemia de gripe porcina puede contribuir a una caída mayor de la actividad urbana”.
El dólar
Pese a confirmar el anuncio que dio hoy la Presidenta en Tucumán sobre un superávit comercial para el primer semestre del año superior a U$S 9000 millones, Todesca advirtió que “en el segundo semestre disminuirá sustantivamente, por menores exportaciones por razones estacionales y, muy probablemente, un nivel de importaciones que ya no seguirá descendiendo”.
De manera que “con un menor saldo comercial, la presión sobre el tipo de cambio será mayor, en especial si el proceso de salida de capitales se mantiene o acelera, lo cual es altamente probable”. Lo que indica que si bien “las reservas internacionales se mantienen elevadas, pero sin crecimiento, son suficientes frente a la posible presión cambiaria para evitar una situación de colapso”.
En ese marco, Todesca arriesga que “hacia fin de año el dólar podría ubicarse en alrededor de $ 4,15 por unidad, si el Banco Central persiste en su política de
flotación administrada con correcciones graduales del tipo de cambio”.
Inflación y déficit
Para este economista la inflación “probablemente se mantenga en el entorno del 12% al 14% anual, afirmándose la tendencia a un aumento mayor en los
servicios que en los bienes. Tendencia que se acentuará en la medida que el Gobierno suprima subsidios por razones fiscales”. Lo que impactará sobre los sectores de clase media urbana, lo que afianza la tesis anterior sobre traslado de la recesión a las ciudades”.
Todesca advierte luego que este escenario recesivo se agravará por la falta de financiamiento, ya que el Estado absorverá los fondos disponibles. “La brecha entre gasto e ingreso público no será sencilla de cerrar. En lo inmediato, el Gobierno seguirá financiándose como hasta ahora con endeudamiento intra sector público (ANSES) o utilizando fondos depositados por distintos organismos públicos en los bancos oficiales”, señala.
Lo que traerá como consecuencia “un efecto negativo sobre la disponibilidad de crédito, en especial por la continuidad de la restricción monetaria ya señalada. Las tasas seguirán elevadas”. De manera que “el gobierno privilegiará mantener abastecidas las finanzas públicas a expensas del sector privado y por ende del nivel de actividad”.
Situación que no se podrá paliar apelando al crédito externo ya que “la negativa del Gobierno a revisar la información del INDEC cierra las puertas a un acceso al financiamiento internacional”.
Incluso, aunque “el FMI ha flexibilizado sus condiciones para un conjunto de países, entre ellos no se encuentra la Argentina”, ya que “desde 2006 que al organismo no se le permite acceder a los datos para elaborar su informe anual de rutina. Un programa con el FMI requeriría el cumplimiento previo y posterior de múltiples condiciones. Con el Club de París se daría una situación en parte similar”.
El empleo
Esta situación obviamente impactará en el empleo, como ya se vio “en los primeros meses de 2009, cuando el desempeño adverso de la producción
de bienes motivó la retracción del empleo manufacturero y de la construcción,
en tanto que el dinamismo del sector servicios evitó un panorama de
destrucción generalizada de puestos de trabajo”.
Aunque, de acuerdo a un estudio de la Universidad Católica Argentina, la tasa de desempleo se incrementó en los últimos meses y llega actualmente a 11,8%, lo que equivale a 1.928.000 desocupados.
Concluye entonces Todesca, que “la falta de reacción del Gobierno es completa y por lo tanto, a pesar que el panorama no es de colapso, sin lugar a dudas el deterioro se irá agravando”, puntualizando que “el flanco más débil en el corto plazo es la salida de capitales, ya que los niveles actuales no son sostenibles más allá de los próximos meses”.
más, la ausencia de una mayoría en el Congreso limitaría iniciativas del Poder
Ejecutivo que atentaran contra la propiedad privada”.
En rigor, señala Todesca, no habría de que alegrarse porque “el ex Presidente Kirchner ha dicho que se dedicará a profundizar el modelo y la Presidente manifestó que no introducirá ningún cambio de rumbo, incluyendo la negativa a revisar la distorsionada información que proporciona el INDEC”. Situación que se ha confirmado con la ratificación de Guillermo Moreno y la conformación del nuevo gabinete de incondicionales del ex presidente.
“En consecuencia, la economía está librada a su inercia en medio de una crisis, que conducirá a un deterioro creciente de la situación”, agrega el economista.
“Nuestra proyección es que la economía se contraerá alrededor del 3% a lo
largo del año. Aún cuando no hemos finalizado el cierre del primer semestre
puede estimarse que en ese período la contracción ha sido algo mayor al 2%,
de manera tal que en el período julio-diciembre todavía puede esperarse un
descenso adicional”, señala Todesca.
“En consonancia con ese panorama, la crisis irá instalándose en las ciudades,
donde hasta ahora ha tenido menos impacto. A título de ejemplo, en la Ciudad
de Buenos Aires ya se observa una caída en los ingresos fiscales, en especial
patentes e impuesto inmobiliario, lo que indica población que deja de cumplir
con este tipo de pagos, que no tienen efectos inmediatos sobre su vida
cotidiana”, agrega el ex viceministro de Economía, señalando que “la epidemia de gripe porcina puede contribuir a una caída mayor de la actividad urbana”.
El dólar
Pese a confirmar el anuncio que dio hoy la Presidenta en Tucumán sobre un superávit comercial para el primer semestre del año superior a U$S 9000 millones, Todesca advirtió que “en el segundo semestre disminuirá sustantivamente, por menores exportaciones por razones estacionales y, muy probablemente, un nivel de importaciones que ya no seguirá descendiendo”.
De manera que “con un menor saldo comercial, la presión sobre el tipo de cambio será mayor, en especial si el proceso de salida de capitales se mantiene o acelera, lo cual es altamente probable”. Lo que indica que si bien “las reservas internacionales se mantienen elevadas, pero sin crecimiento, son suficientes frente a la posible presión cambiaria para evitar una situación de colapso”.
En ese marco, Todesca arriesga que “hacia fin de año el dólar podría ubicarse en alrededor de $ 4,15 por unidad, si el Banco Central persiste en su política de
flotación administrada con correcciones graduales del tipo de cambio”.
Inflación y déficit
Para este economista la inflación “probablemente se mantenga en el entorno del 12% al 14% anual, afirmándose la tendencia a un aumento mayor en los
servicios que en los bienes. Tendencia que se acentuará en la medida que el Gobierno suprima subsidios por razones fiscales”. Lo que impactará sobre los sectores de clase media urbana, lo que afianza la tesis anterior sobre traslado de la recesión a las ciudades”.
Todesca advierte luego que este escenario recesivo se agravará por la falta de financiamiento, ya que el Estado absorverá los fondos disponibles. “La brecha entre gasto e ingreso público no será sencilla de cerrar. En lo inmediato, el Gobierno seguirá financiándose como hasta ahora con endeudamiento intra sector público (ANSES) o utilizando fondos depositados por distintos organismos públicos en los bancos oficiales”, señala.
Lo que traerá como consecuencia “un efecto negativo sobre la disponibilidad de crédito, en especial por la continuidad de la restricción monetaria ya señalada. Las tasas seguirán elevadas”. De manera que “el gobierno privilegiará mantener abastecidas las finanzas públicas a expensas del sector privado y por ende del nivel de actividad”.
Situación que no se podrá paliar apelando al crédito externo ya que “la negativa del Gobierno a revisar la información del INDEC cierra las puertas a un acceso al financiamiento internacional”.
Incluso, aunque “el FMI ha flexibilizado sus condiciones para un conjunto de países, entre ellos no se encuentra la Argentina”, ya que “desde 2006 que al organismo no se le permite acceder a los datos para elaborar su informe anual de rutina. Un programa con el FMI requeriría el cumplimiento previo y posterior de múltiples condiciones. Con el Club de París se daría una situación en parte similar”.
El empleo
Esta situación obviamente impactará en el empleo, como ya se vio “en los primeros meses de 2009, cuando el desempeño adverso de la producción
de bienes motivó la retracción del empleo manufacturero y de la construcción,
en tanto que el dinamismo del sector servicios evitó un panorama de
destrucción generalizada de puestos de trabajo”.
Aunque, de acuerdo a un estudio de la Universidad Católica Argentina, la tasa de desempleo se incrementó en los últimos meses y llega actualmente a 11,8%, lo que equivale a 1.928.000 desocupados.
Concluye entonces Todesca, que “la falta de reacción del Gobierno es completa y por lo tanto, a pesar que el panorama no es de colapso, sin lugar a dudas el deterioro se irá agravando”, puntualizando que “el flanco más débil en el corto plazo es la salida de capitales, ya que los niveles actuales no son sostenibles más allá de los próximos meses”.
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