05 de mayo, 2024
La epidemia del dengue
Ocaña en Salud, paralizada por internas y falta de gestión
La enfermedad del dengue tenía prevista una campaña de prevención anual que este año se cortó. Lo mismo con la distribución de insumos, información y capacitación en las provincias. Mientras, el gobierno usa fondos de la Anses y PAMI en cuentas internas. La pelea entre Ocaña y el "pingüino" Nadalich y el malestar de los empleados del Ministerio que, piensan, se destruyó todo lo conseguido con Ginés González García.
La idea sobre la que giran la mayoría de los especialistas es que con una buena campaña de prevención la epidemia de dengue que encontró casos hasta en la Capital Federal se hubiese evitado.
Pero este brote, además, dejó al descubierto la grave crisis institucional que atraviesa el Ministerio de Salud de la Nación, con campañas frenadas, abandono a las provincias a su propia suerte e internas políticas en su cúpula.
Según fuentes de Salud, la gestión de Graciela Ocaña había frenado la campaña contra el dengue que se venía realizando en forma anual y recién la retomó ahora, cuando la epidemia explotó y se apoderó de las portadas de los diarios. “Lo mismo con la distribución de insumos, información y capacitación a las provincias”, agregó un vocero a La Política Online.
La indiferencia no sólo apunta a las campañas, sino que está dejando en soledad a muchas provincias. La información señala que hay una gran diferencia entre las provincias que tenían riesgo y en la que en años anteriores se ha trabajado con continuidad.
“En Formosa y en Misiones, dos provincias muy sensibles, la situación es buena. Y provincias que no profundizaron las campañas y las dejaron de lado el dengue explotó. Dejaron a las provincias casi a la deriva. No existen políticas o medidas sólidas, un rumbo. No hay nada”, cerró el funcionario sanitario.
Crisis interna
La situación, puertas adentro, es grave. Los profesionales y empleados de la cartera que conduce Graciela Ocaña viven todos los días jornadas más que complicadas. Según fuentes internas, “tardan meses en resolver cualquier cosa, no hay equipos que gestionen”. Esto va desde el pago de viáticos hasta compra de insumos indispensables.
La sensación es que “existe desconfianza con las personas que vienen de la gestión anterior”, la de Ginés González García, hoy “desterrado” como embajador en Chile y quien se fue enfrentado con su sucesora.
“Si recorrés el Ministerio la sensación es de desilusión y hartazgo. E incomprensión por cómo puede ser que parezca que se hacen las cosas bien cuando desde hace un año y medio es todo un desastre y destruyeron casi todo lo bueno que había, sabiendo, por supuesto, que hace años que el sistema de salud argentino pide socorro a los gritos”, resumió su sentimiento en una frase un empleado del área de la “hormiguita” Ocaña en diálogo con La Política Online.
La hormiga y el pingüino
En la pelea entra también el número dos de Ocaña, Juan Carlos Nadalich. El ex ministro de Desarrollo Social y mano derecha de la ministra Alicia Kirchner nunca logró pasar el mal trago de que dejen el Ministerio en manos de una “extrapartidaria” como Ocaña y no se le den a él –que había sonado como posible reemplazante de Ginés-, un pingüino de ley.
“Nadalich no tiene diálogo con ningún otro funcionario, ni con sus subsecretarios”. Sí, extrañamente, hizo ingresar a muchos pasantes sin ninguna experiencia sanitaria pero con una característica común: son todos militantes del kirchnerismo. Este dato cobra aún más vitalidad cuando se recuerda que la crítica más fuerte que le hace este médico sanitarista a Ocaña es que ella es licenciada en Ciencias Políticas y que -como se ve con la epidemia de dengue- hace agua en algunos temas referentes a política sanitaria.
Nadalich es un médico de 56 años egresado de la Universidad de La Plata. Está al lado del presidente Néstor Kirchner desde 1991, cuando asumió como subsecretario de Salud Pública de Santa Cruz. Más tarde pasó a ocupar la titularidad de la Coordinación Ejecutiva de Políticas Sociales del Ministerio de Asuntos Sociales de la provincia.
Luego fue convocado para trabajar en el gobierno nacional. Su primer puesto dentro de la nueva gestión de Néstor Kirchner fue el de secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Desde junio de 2004 fue subdirector Ejecutivo del PAMI –donde luego fue directora Ocaña- y, por un breve lapso, fue ministro de Desarrollo Social.
Mientras, el gobierno de Cristina Kirchner, desde las oficinas de Hacienda, toma a destajo fondos de áreas sensibles para la salud como la Anses o el PAMI.
Según una columna del periodista de La Nación, Carlos Pagni, del PAMI salieron 1000 millones de pesos que fueron a parar a cuentas generales. La Anses está en el límite de lo disponible y los sindicalistas se quejan, por ahora en voz baja, de que Hacienda les arrebató 2.400 millones de pesos que deberían estar imputados al fondo solidario de la Superintendencia de Salud.
Pero este brote, además, dejó al descubierto la grave crisis institucional que atraviesa el Ministerio de Salud de la Nación, con campañas frenadas, abandono a las provincias a su propia suerte e internas políticas en su cúpula.
Según fuentes de Salud, la gestión de Graciela Ocaña había frenado la campaña contra el dengue que se venía realizando en forma anual y recién la retomó ahora, cuando la epidemia explotó y se apoderó de las portadas de los diarios. “Lo mismo con la distribución de insumos, información y capacitación a las provincias”, agregó un vocero a La Política Online.
La indiferencia no sólo apunta a las campañas, sino que está dejando en soledad a muchas provincias. La información señala que hay una gran diferencia entre las provincias que tenían riesgo y en la que en años anteriores se ha trabajado con continuidad.
“En Formosa y en Misiones, dos provincias muy sensibles, la situación es buena. Y provincias que no profundizaron las campañas y las dejaron de lado el dengue explotó. Dejaron a las provincias casi a la deriva. No existen políticas o medidas sólidas, un rumbo. No hay nada”, cerró el funcionario sanitario.
Crisis interna
La situación, puertas adentro, es grave. Los profesionales y empleados de la cartera que conduce Graciela Ocaña viven todos los días jornadas más que complicadas. Según fuentes internas, “tardan meses en resolver cualquier cosa, no hay equipos que gestionen”. Esto va desde el pago de viáticos hasta compra de insumos indispensables.
La sensación es que “existe desconfianza con las personas que vienen de la gestión anterior”, la de Ginés González García, hoy “desterrado” como embajador en Chile y quien se fue enfrentado con su sucesora.
“Si recorrés el Ministerio la sensación es de desilusión y hartazgo. E incomprensión por cómo puede ser que parezca que se hacen las cosas bien cuando desde hace un año y medio es todo un desastre y destruyeron casi todo lo bueno que había, sabiendo, por supuesto, que hace años que el sistema de salud argentino pide socorro a los gritos”, resumió su sentimiento en una frase un empleado del área de la “hormiguita” Ocaña en diálogo con La Política Online.
La hormiga y el pingüino
En la pelea entra también el número dos de Ocaña, Juan Carlos Nadalich. El ex ministro de Desarrollo Social y mano derecha de la ministra Alicia Kirchner nunca logró pasar el mal trago de que dejen el Ministerio en manos de una “extrapartidaria” como Ocaña y no se le den a él –que había sonado como posible reemplazante de Ginés-, un pingüino de ley.
“Nadalich no tiene diálogo con ningún otro funcionario, ni con sus subsecretarios”. Sí, extrañamente, hizo ingresar a muchos pasantes sin ninguna experiencia sanitaria pero con una característica común: son todos militantes del kirchnerismo. Este dato cobra aún más vitalidad cuando se recuerda que la crítica más fuerte que le hace este médico sanitarista a Ocaña es que ella es licenciada en Ciencias Políticas y que -como se ve con la epidemia de dengue- hace agua en algunos temas referentes a política sanitaria.
Nadalich es un médico de 56 años egresado de la Universidad de La Plata. Está al lado del presidente Néstor Kirchner desde 1991, cuando asumió como subsecretario de Salud Pública de Santa Cruz. Más tarde pasó a ocupar la titularidad de la Coordinación Ejecutiva de Políticas Sociales del Ministerio de Asuntos Sociales de la provincia.
Luego fue convocado para trabajar en el gobierno nacional. Su primer puesto dentro de la nueva gestión de Néstor Kirchner fue el de secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales. Desde junio de 2004 fue subdirector Ejecutivo del PAMI –donde luego fue directora Ocaña- y, por un breve lapso, fue ministro de Desarrollo Social.
Mientras, el gobierno de Cristina Kirchner, desde las oficinas de Hacienda, toma a destajo fondos de áreas sensibles para la salud como la Anses o el PAMI.
Según una columna del periodista de La Nación, Carlos Pagni, del PAMI salieron 1000 millones de pesos que fueron a parar a cuentas generales. La Anses está en el límite de lo disponible y los sindicalistas se quejan, por ahora en voz baja, de que Hacienda les arrebató 2.400 millones de pesos que deberían estar imputados al fondo solidario de la Superintendencia de Salud.
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Hoy el responzable de la epidemia del NOA y NEA es cada intendente, la provincia colabora y el MSAL da recomendaciones...
para hacer estos trabajitos, hay que tenr estomago
Pensate otro nombre por que el tuyo quiere decir DEMONIO FEMENINO
$ 45,00 pesos
Que grande Ocaña,
Con mimistros así quien nencesita eenmigos externos, n
Entre la pobreza, el dengue, la inflacion, la ignorancia, la mugre que nos tapa y que todos los reponsables miran para otro lado,
Hasta la lepra y la tuberculosis volvió, nos van a exterminar y solo se salvan los KK,
Como politica de estado ( de okupacion) esta muy bien armada, lastima nosotros los que la padecemos