Hoy, Autoridades del Ministerio de Salud de la Nación no sólo descartaron la posibilidad de decretar la emergencia nacional por el brote de dengue, a pesar del aumento de infectados con esta enfermedad, sino que entregaron cifras oficiales.
En una conferencia de prensa que se llevó a cabo en la sede de la cartera de Salud nacional, el secretario de Promoción y Programas Sanitarios, Juan Carlos Nadalich, aseguró que "por el momento, no existe la necesidad" de decretar la emergencia nacional, aunque reconocieron oficialmente la existencia de 12 mil casos.
Sin embargo, esas cifras son seriamente cuestionadas por varios profesionales. Entre ellos, Gonzalo Basile, presidente de la prestigiosa ONG internacional Médicos del Mundo en Argentina, asegura que por cada caso de dengue reconocido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay al menos cuatro.
Además, en diálogo con La Política Online, criticó duramente la metodología para agregar los datos confirmados a las estadísticas. “Aunque hay casos confirmados en las provincias, el ministerio exige la reconfirmación para sumarlos a las estadísticas. Esa reconfirmación se hace en Pergamino, por lo que a veces tarda semanas”, explicó.
Hoy el gobierno dio cifras: 12 mil casos confirmados. Médicos del Mundo y otros profesionales hablan de entre 30 y 40 mil. ¿Cuál es la situación real?
Los cálculos oficiales están subvaluadas. Por ejemplo, mientras Nación dice que tiene 12 mil casos confirmados, entre los cuáles marca por ejemplo 2.800 en Catamarca, la propia secretaria de Salud de esa provincia sale a decir públicamente que tiene 7mil. Se nos quedaron más de 4 mil casos entre Buenos Aires y Catamarca. Lo mismo en Chaco, donde la provincia reconoce 6 mil casos y en la sala epidemiológica de Nación son muchos menos, lo mismo en Salta: hablan de 1.200 y serían cerca de 8 mil. Lo que hay es un proceso de lentitud muy fuerte en confirmar los casos.
¿Por qué es tan lento el registro?
Pensemos que se tarde cerca de una semana en los casos metropolitanos, y los casos para reconfirmación se están mandando al Instituto Maiztegui de Pergamino. Esto significa que hay 15 o 20 días de lentitud para confirmar un caso del NOA o del NEA. Esta lentitud nos plancha la cantidad de casos y nos deja información falsa para tomar decisiones. Sin reconfirmación, el ministerio no los suma a las cifras oficiales.
Ahora, hoy anunciaron que hay un centro de operaciones en Chaco para atender el NEA y otro en Catamarca para el NOA. ¿Por qué no se confirman ahí los casos en lugar de tener que viajar las muestras hasta Pergamino?
Eso plantea el Ministerio. En realidad, tanto en Catamarca como en Chaco o la Ciudad de Buenos Aires, donde está por ejemplo el hospital Muñiz o el Gutiérrez, hay capacidad para confirmar los casos. Lo que pasa es que se está explicitando que se necesita una reconfirmación del Instituto de Enfermedades Virales, que es el laboratorio de Pergamino. Entonces, aunque tienen miles de casos confirmados, los mantienen como casos sospechosos hasta que llegue esta reconfirmación.
La OMS dice que por cada caso notificado, hay al menos cuatro. ¿Cómo se entiende ese cálculo?
Por cada caso notificado, hay por lo menos cuatro casos de contacto. En muchos casos hay un familiar que fue a atenderse, pero hubo otras personas que tuvieron lo que se llama el dengue “asintomático”, que tienen dengue pero sin síntomas. O también puede pasar que como una persona fue y le dieron las medidas preventivas, todo el resto de las personas del núcleo familiar no fueron a hacer la consulta.
El gobierno descartó por el momento decretar la emergencia por el dengue. ¿En qué cambiaría la situación determinar este medida?
La emergencia sanitaria lo que representa es dimensionar y sincerar la gravedad de la situación, porque hay dos tercios de nuestra población bajo la presencia del vector y potencialmente en riesgo por esta epidemia. No decretarla no da la alerta a la sociedad que la sociedad necesita. También permitiría convocar a un Comité Operativo de Emergencias, de carácter nacional, donde se convoque a los expertos, universidades públicas u organizaciones civiles. Por último, permitiría reasignar partidas o hasta crear partidas especiales para enfrentar la epidemia y pedir cooperación internacional.
En cuanto a la campaña de prevención en la ciudad, dicen que se está fumigando Palermo cuando en las villas hay 200 mil personas en riesgo directo. ¿Cuál es su visión sobre este operativo?
La fumigación domiciliaria y peridomiciliaria, claramente, se tienen que hacer donde hay características estructurales que favorecen el desarrollo de la enfermedad y donde ya se descubrieron casos. En estos lugares hay que saturar el control del vector. Pero después está la prevención para eliminar potenciales reservorios, como recipientes de agua. Para esto si hay que lanzar un combate general, que llegue a todos los sectores sociales.
La última pregunta es la duda sobre un dato estadístico curioso. Santiago del Estero es una provincia donde la pobreza es estructural y, a priori, tendría que haber allí una importante cantidad de infectados. Sin embargo no es así. ¿A qué se debe esta situación?
Y bueno, eso es como que no haya casos en Formosa o Misiones, donde aparentemente no hay casi casos. Nosotros desconfiamos que haya pocos casos en esas provincias, sinceramente. Porque conocemos las administraciones provinciales, porque conocemos la manipulación de información epidemiológica y el dibujo estadístico que después Nación termina consolidando en sus estadísticas de salud nacionales. Santiago del Estero, si se miran los indicadores, tiene una mortandad infantil por debajo de la media nacional. Una cosa imposible conociendo la estructura social. En esas provincias habría que tener mayor presencia para ver lo que está ocurriendo en la realidad.
