El Ministerio de Hacienda y Finanzas hizo públicos dos informes de gestión en los que da cuenta de los resultados fiscales tanto de enero de 2016 como del conjunto de 2015. Los dos informes muestran el cambio de rumbo de la política fiscal del aumento desmedido del déficit a una reducción sustancial, aunque aun muy lejos del equilibrio.
Respecto de 2015, Hacienda informó que el resultado primario sin rentas, es decir sin contabilizar los ingresos del Banco Central (BCRA) ni los del FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses) ni los egresos por el pago de intereses de la deuda pública, fue deficitario en$291,66 mil millones. Esto es "un deterioro de $123,25 mil millones con respecto ejercicio 2014", o lo que es lo mismo, un déficit 29,7% peor.
"En términos del PIB, el déficit primario de 2015 se elevó a un estimado de 5,4%, presentando un incremento anual de 1,6 puntos porcentuales" señaló el reporte.
Al sumar las rentas, aquellas "recibidas del FGS y BCRA y pagadas por servicio de intereses de la deuda, el resultado financiero registró un déficit de $282,17 mil millones", es decir un deterioro de $159.570 millones respecto a enero de 2015, agregó el informe.
El detalle presentado muestra que durante la gestión de Axel Kicillof en 2015, los ingresos se incrementaron un 31,6% ($286.580 millones) en los que fue "determinante en términos acumulados la mayor recaudación por Contribuciones a la Seguridad Social, Valor Agregado y Ganancias", mientras que los gastos crecieron un 38,1% ($409.860 millones).
Los rubros que explican el crecimiento del gasto por encima de los ingresos estatales fueron las Asignaciones Familiares (incluyendo la Asignación Universal por Hijo) y los programas vinculados al sostenimiento de las tarifas eléctricas y del transporte automotor.
Puntualmente, el informe se detiene en uno de los rubros más sensibles y voluminosos del déficit. Al respecto señala que "importa advertir que las cuentas públicas consolidadas reflejan el impacto del sostenimiento de la demanda de energía, el cual ascendió, según cuadro sintético adjunto, a $127.026,3 millones, esto es prácticamente el 9% del gasto primario."
Los demás rubros que alimentaron el gasto fueron las transferencias a las provincias y municipios, y el aumento en la inversión real directa, entre las que el reporte detalla la inversión "asociada a los emprendimientos a cargo de las empresas Nucleoeléctrica Argentina S.A. (centrales Embalse y Atucha II) y AR-SAT (Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre, Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones y Red Federal de Fibra Óptica) y a distintas obras administradas por la Dirección Nacional de Vialidad y otras inversiones atinentes a la ejecución de las políticas ferroviaria y de energía eléctrica".
Cambio de tendencia
En lo que respecta a enero, el segundo informe de Hacienda sobre el balance del Sector Público Nacional dio cuenta de "un déficit primario sin rentas en base caja de $548,0 millones, un 90,5% más bajo que el registrado en enero 2015, lo cual representa una mejora interanual de $5.222,4 millones."
Los ingresos primarios crecieron un 29,7% en comparación con igual mes del año pasado ($27.528,5 millones), mientras que los gastos subieron menos un 22,6% ($22.306,1 millones).
Al sumarle el resultado por rentas ( ingresos del FGS y el BCRA más los pagos de servicios de deuda), el déficit fue de $ 2.197,1 millones, lo cual implica una reducción del rojo público en $ 11.265,9 millones frente a los $ 13.463 millones de enero de 2015. Es decir, el déficit fiscal se redujo un 83,68% si se lo compara contra enero de 2015.
El ajuste del gasto, que incluye despidos y otras reducciones del gasto, se explican con mucha retórica: "Además de los esfuerzos de eficiencia en la gestión, la magnitud de la desaceleración del gasto primario de enero reflejó el impacto transitorio de reorganizaciones ministeriales, que serán parcialmente revertidos en los próximos meses", se lee en el informe.
LPO consultó a un experto para entender los pormenores de la corrección del déficit. Fausto Spotorno de la consultora de Orlando Ferreres explicó que "a priori se ve una modificación importante por el tema de los intereses de deuda y tres otras mejoras: la caída del gasto en consumo, que hay que ver si se sostiene porque es lógico que al asumir un nuevo gobierno no firme ni un solo cheque hasta revisarlo, la baja del gasto en subsidios, y la reducción de déficit en las empresas públicas".
"Lo que no se nota es el impacto por el lado de los ingresos del 35% de los impuestos a los futuros de dólar. Habría que desagregar el consumo para conocer mejor en detalles cómo fue el recorte", agrega Spotorno.
Cambio de metodología
El Ministerio de Hacienda también ratificó su compromiso con el objetivo de reducir la emisión del Banco Central para contener la inflación. Por eso desagregó los resultados del Banco Central de los ingresos del Fisco.
El Gobierno sostuvo que la política fiscal debe colaborar con el equilibrio macroeconómico por lo que se comprometió a no entorpecer los objetivos de la política monetaria. Así el Tesoro repitió que "para 2016 se prevé que el financiamiento monetario del BCRA se reduzca a 25.6% de la base monetaria (ó $160.000 mil millones); es decir, una desaceleración de cerca de 13 puntos porcentuales con respecto a lo observado en el año 2015".
“En años recientes, una faceta saliente de la política fiscal ha sido su creciente contribución a la expansión de la base monetaria y al flagelo de la inflación”, señaló Hacienda, "desde 2012 a 2015 la expansión monetaria debido a factores fiscales promedió un 33.3% del nivel de la base monetaria al inicio de cada ejercicio. Y esta vez, en el primer bimestre, ya se redujo al 16,5%", destacaron.
