Martín Insaurralde y Gustavo Menéndez se mostraron ayer con Joaquín de la Torre en un gesto de apoyo a la gobernadora María Eugenia Vidal que encara el tramo decisivo de las negociaciones para lograr la aprobación del Presupuesto de la provincia.

También fue sugestiva la presencia de ambos junto a un massista paladar negro como su par de San Miguel.

El líder de Lomas de Zamora y el de Merlo, dos de los distritos más densos de la tercera y primera sección, mantienen diálogo “por abajo” con el jefe del Frente Renovador y tienen algo en común: su oposición constructiva a María Eugenia Vidal y su rechazo a La Cámpora. Pero por ahora difieren en un dato político central: Ellos quieren apostar a la unidad del Frente para la Victoria para ir a las elecciones legislativas del 2017 detrás de la candidatura a senador nacional de Daniel Scioli.

Se trata de un delicado equilibrio donde plantean de manera paralela a Massa casi la misma política de oposición "constructiva" a Vidal, pero se mantienen ajenos al intento del líder del Frente Renovador de volver a tallar en la interna peronista y hasta les molesta incomoda un poco esa incursión, afirmaron a LPO allegados a uno de ellos.

En ese juego, se sumaron el ex massista Gabriel Katopodis, Mariano Cascallares y Fernando Gray, entre otros. Se nuclean para negociar con Vidal y para mostrarse rebeldes a la conducción del PJ bonaerense que encabeza el matancero Fernando Espinoza, que plantea una oposición cerril a Vidal.

Vieja guardia

Precisamente, esta noche un grupo de intendentes de la vieja camada pejotista se reunirán en El Mangrullo, con Alejandro Granados de anfitrión. El encuentro funciona como una anticumbre massista. Asistiría el gobernador tucumano Juan Manzur, además de Fernando Espinoza y Julio Pereyra, entre otros. Hasta anoche, por lo menos, no estaba prevista la presencia de los "jóvenes" intendentes. 

Granados y Espinoza se cierran en el PJ y pese a su distancia con el cristinismo, podrían eventualmente jugar con La Cámpora y la ex presidenta, solamente para enfrentar a Massa. Al menos el encuentro de hoy daría cuenta de eso.

Para congraciarse con los jóvenes intendentes que por antiguedad y experiencia busca liderar Insaurralde, Massa hizo su tarea y según pudo sondear LPO se comunicó con varios concejales de los distritos donde gobiernan estos intendentes para ordenarles que por ahora no hagan ruido y dejen gobernar.

En tanto, otro grupo de dirigentes cercanos a Jorge Ferraresi están queriendo también levantarse el precio, pero no tendría por ahora el apoyo suficiente para gravitar. Es una incógnita qué hará Patricio Mussi ante este escenario. Los intendentes "jóvenes" se lo quieren traer, pero él tiene el corazón cristinista y no parece fácil.

De hecho, hoy Francisco “Paco” Durañona, ladero de Mussi, salió a marcar la cancha y le pegó a Massa. Cuando le preguntaron por el tigrense, el intendente de San Antonio de Areco sostuvo que Massa "cogobierna" la Provincia con Vidal y lo acusó de "incoherencia" al querer mostrarse también dentro del peronismo.

En cambio, Menéndez, al ser consultado por Massa, tuvo otro tono. Consideró que el peronismo es "uno de los movimientos más abiertos y democráticos del mundo", por lo que si Massa "quiere representarlo, podrá venir en caso de que puedan dirimirse las diferencias en una elección interna".

El proceso por ahora está verde y los intendentes, sin ningún jefe que les diga qué hacer, van a esperar a ver cómo sigue.

Su misión es armar las listas seccionales del peronismo en 2017, que Cristina y Scioli les vienen negando sistemáticamente. Tanto Lomas y Merlo tienen que renovar en las próximas elecciones.