El experimento político que lleva adelante Mauricio Macri al combinar un equipo económico tradicional con una línea paralela de CEOs de empresas que confluyen en la Jefatura de Gabinete, empezó a generar las previsibles tensiones.

Macri nombró en lugares clave a Federico Sturzenegger (Banco Central), Rogelio Frigerio (Interior) y Alfonso Prat Gay (Hacienda y Finanzas). Pero también le dio espacio a hombres del sector privado, como el ex CEO de Shell Juan José Aranguren (Energía y Minería), el CEO de LAN, Gustavo Lopetegui, y el dueño del fondo Pegasus, Mario Quintana. En el caso de estos dos últimos, irán a la Jefatura de Gabinete que conducirá Marcos Peña, en una suerte de vicejefaturas de "coordinación económica" cuyas competencias y funciones se desconocen.

Hoy se confirmó que Lopetegui irá como Secretario de Gabinete, es decir, justo por debajo de Marcos Peña. En tanto Quintana fue designado para ocupar la secretaría de Coordinación Administrativa y Evaluación Presupuestaria.

Lo que está claro es que esa posición los habilita para por lo menos opinar sobre las decisiones centrales que deberán tomarse en la economía en las primeras horas del gobierno de Macri.

Habituados a lidiar con el impacto en la economía real de las decisiones macroeconómicas, los empresarios del gabinete de Macri tienen sus opiniones sobre el tema central que devela por estas horas al futuro gobierno: Cómo y cuando levantar el cepo.

Esto ya generó roces con el ala económica que no les reconocen formación y experiencia suficiente como para debatir la política macroeconómica. No es un secreto que tanto Prat Gay como Sturzenegger son personas con una gran impresión de si mismos y no suelen ser precisamente contemplativos a la hora de enfrentar cuestionamientos a sus opiniones técnicas.

Lo interesante de esta situación es que la decisión de Macri de ubicar a empresarios con un mandato tan amplio como "coordinadores económicos", da la impresión de estar conformado una suerte de gran auditoría de gestión de su propio equipo económico. 

"Macri confía en sus pares, los empresarios", explicó a LPO una fuente que conoce a los empresarios que se sumaron al gabinete macrista.