Alfredo Cornejo, además de intentar poner en orden las cuentas públicas de Estado mendocino, está intentando minimizar la mayor cantidad de conflictos posibles de cara a los primeros meses de gestión.
Con esta idea y para despejar dudas, convocó a los gremios estatales a una amplia reunión para asegurarles que “habrá paritarias”, aclarando algunas dudas surgidas de declaraciones de los economistas del PRO a nivel nacional. Aunque aseguró que “se acordarán aumentos racionales”, en clara alución a las últimas paritarias, donde el gobierno de Paco Pérez cerró subas de 35% que hoy han llevado al desfinanciamiento de Estado provincial.
Así, con esta intención, Cornejo logró reunir a casi todo, con la salvedad del SUTE, de maestros estatales. El sindicato, encabezado por una línea filo peronista, desistió de la invitación acusando al gobernador electo de querere “hacer corresponsable a los gremios del ajuste que va a llevar adelante”.
No obstante, todos los demás gremios dieron el sí. La mayoría optó por la buena predisposición de Cornejo, y se esperanzaron que logre lo antes posible controlar el déficit de 5.800 millones de pesos y comenzar a gobernar efectivamente, es decir sin condicionamientos, en marzo.
Pero la excepción a la regla fue ATE, el más combativo de los gremios estatales. Sus dirigentes fueron implacables, y amenazaron con protestas y medidas de fuerza “si la intención de Cornejo es ajustar, tal como lo viene anunciando”. Sin embargo, ATE estuvo, y ese gesto fue bien interpretado por el radicalismo.
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