Cristina Kirchner no defraudó. Su último discurso ante la ONU transitó cada una de sus obsesiones, pero sorprendió que llevara a ese recinto la situación del ex director de Contrainteligencia, Jaime Stiuso, y acusara directamente al gobierno de Barack Obama de darle una "protección" inconfesable.
La Presidenta recordó que ella decidió denunciar a Stiuso a quien de manera elÃptica vinculó con la muerte de Alberto Nisman y la causa Amia, una manera de intentar sacarse de encima el insoportable lastre que esa muerte le generó, luego que el fiscal la acusara de buscar la impunidad de Irán en el atentado a la mutual judÃa.
Fue la parte más fuerte de su discurso. Vinculó el descabezamiento de la SIDE con la muerte de Nisman, para apuntar a Stiuso, reclamado por la Justicia argentina: "Está radicado aquÃ, en Estados Unidos". "En calidad de que está?", se preguntó la Presidenta.
"Pedimos la colaboración de EE.UU sobre el paradero de este funcionario", agregó tras lo cuál lo relacionó con otro de sus caballitos de batalla: los fondos buitres. Fiel a su máxima de que "todo tiene que ver con todo", Cristina se quejó por las acciones que estos fondos despliegan contra ella (el jueves un director vinculado al Partido Republicano estrenará en Washington un documental sobre la muerte de Nisman y el fallido Memorandum con Irán).
En ese punto, se preguntó si el Presidente Barack Obama también era cómplice de Irán por haber firmado el acuerdo nuclear. "Si somos cómplices del régimen iranÃ, ¿qué es el presidente Barack Obama?", se preguntó en forma retórica. No lo dijo Cristina, pero en el Congreso norteamericano, varios de los mismos republicanos que la critican, creen que sÃ.
De hecho, tras los saludos de rigor por el acuerdo nuclear de EE.UU e Irán, Cristina afirmó que ella ya sabÃa en 2010 que ese acuerdo se estaba gestionando y relató como un asesor en temas nucleares del gobierno norteamericano, Gary Seymour, le pidió ese año que Argentina le vendiera combustible a Iran para un reactor.
""Le dije a mi Canciller que si la petición se hacÃa por escrito y firmada, nosotros pese a todo (en referencia a la acusación contra Irán y la suscripción de Argentina contra la proliferación nuclear) ibamos a colaborar", reveló y agregó irónica "creo que fue la última vez que nuestro Canciller vió a Gary Seymour". La Presidenta se encargó de remarcar que quien estaba en el poder en Irán en ese momento era el polémico Ahmadinejad y no el actual premier moderado Rouhani.
Volvió entonces a defender el Memorandum de entendimiento con el paÃs islámico con los argumentos habituales y cargó contra la "hipocresÃa" y ahà se referenció - sin mencionarlo - en otro adversario de Estados Unidos, el ruso Vladimir PutÃn, que hoy por la mañana habÃa hecho alusión a la hipocresÃa de los que critican a Rusia por buscar extender su influencia pero hacen lo propio. Alusión obvia a Estados Unidos.
Rusia y China, los aliados elegidos
Todo el último discurso de la Presidenta ante la ONU, transitó una lÃnea de confrontación con Estados Unidos y de valoración de Rusia y China, con referencias a los discursos de Vladimir PutÃn y Xi Xianping, sus nuevos aliados en el tablero del poder mundial.
Como era previsible, CFK comenzó su última exposición como Presidenta en la 70º Asamblea Anual de la ONU reconociendo el acompañamiento por amplia mayorÃa de ese organismo a la propuesta argentina sobre reestructuración de deudas de paÃses soberanos. Con soporte de papel, leyó cada uno de los puntos y explicó que lo envió al Congreso argentino para que lo convierta en ley, pero luego comenzó un extenso repaso sobre la historia polÃtica y económica del mundo en lo que va del siglo.
En esa explicación abundó con los conceptos clásicos del kirchnerismo - recordó la frase de Néstor Kirchner en este mismo escenario en 2005 con aquello de que "los muertos no pagan deudas"-, pero hizo especial hincapié en el papel de China (y los paÃses emergentes) como motor de la economÃa mundial, contraponiendolos con el que - según CFK - tiene Estados Unidos, como contrapeso a partir de la crisis de 2008.
Recurrió para eso a la figura metafórica de un tren con dos locomotoras tirando cada una para distintos lados.
En esa lÃnea, insistió con que "la crisis comenzó aquÃ, en el corazón de las finanzas mundiales". Y señaló que en 2010 la crisis "se transfirió a la zona del Euro". Cuestionó entonces las polÃticas de rescate financiero que, dijo, no vuelcan recursos para retomar el crecimiento sino "polÃticas de ajuste que provocan recesión y desempleo" y afirmó que ahora "se quiere transferir la crisis a los paÃses latinoamericanos".
Después, volvió a atacar a los fondos buitres ¿Cuál es la lógica capitalista que tienen estos depredadores financieros? Se preguntó, y los asoció con "cierto sector del Poder Judicial de este paÃs" en clara referencia al Juez Thomas Griessa.
Cuestionó también la distribución de la riqueza en el mundo "El 1 por ciento concentra el 50 por ciento de la riqueza ¿Cuanto puede soportar el mundo esta inequidad?", dijo y aprovechó para volver a señalar a Estados Unidos:"En este paÃs que concentraba los sueños de muchos, el 1 por ciento tiene el 30 por ciento de la riqueza", afirmó.
Y para cerrar el tema volvió a referenciarse en China, mencionando su participación en el Foro organizado por ese paÃs (donde lanzó su autopostulación para presidir la ONU), afirmando que allà "con Xi Xianping" abordaron la problemática del sistema financiero que no vuelca recursos a la producción.
Para el final, suscribió la teorÃa de PutÃn sobre el Ejército Islámico (el ruso habÃa dicho más temprano ¿se dan cuenta de lo que hicieron los que generaron el conflicto en Medio Oriente?, en referencia a la intervención de Occidente en esa región) y apuntó sobre el despliegue cinematográfico de los degüellos del EI: "Tienen 3 o 4 cámaras, parece una pelÃcula de Francis Coppola", infiriendo su vinculación con la ayuda que en su momento Estados Unidos dio a los que combatÃan al presidente sirio Al Asad "y ahora son combatientes del EI".
Por último, tuvo tiempo para saludar el acuerdo de Estados Unidos y Cuba, pero sólo reconoció a Raúl Castro y al Papa Francisco, asà como dirigió "palos", sin mencionarlos, a sus rivales de la región "nuestros gobiernos nacionales, populares y democráticos que algunos llaman despectivamente populistas" dijo Cristina, probablemente refiriéndose a la crÃtica que el mexicano Enrique Peña Nieto habÃa hecho minutos antes en el mismo estrado.
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