El gobierno estima utilizar el año que viene el 1,6 por ciento del PBI para pagar intereses de la deuda pública, de acuerdo al Presupuesto 2016.

Según el proyecto de ley presentado hoy en diputados por el ministro de Economía Axel Kicillof, el gasto en intereses y otras rentas de la propiedad aumentará un 8,1% respecto al año pasado, alcanzando los $103.537 millones.

El texto precisa que si se divide al gasto público por su finalidad (“enfoque funcional”), la deuda pública se lleva el 6,6% del total de 1.569 millones que el gobierno prevé gastar en el 2016.

La mayor parte de esa cifra se la lleva la partida de servicios sociales, con el 64%(1000 millones de pesos, un 22,3% más que este año), seguido por los servicios económicos, que incluyen los subsidios transferidos a las empresas que brindan servicios públicos.

En este caso, el gasto destinado equivale al 17% del total, llegando a 276 mil millones de pesos, la misma cifra que en 2015.

Si bien a primera vista esto podría implicar un congelamiento de los subsidios, lo cierto es que el gobierno sistemáticamente calculó las cifras por debajo de las proyecciones reales, para luego sacar modificaciones del Presupuesto por decreto, por lo que si el próximo presidente quiere ampliar la partida estará en condiciones de hacerlo.

En tanto, los servicios de defensa y seguridad se llevarán el 6,3%($96 mil millones, un 17% más), y la administración gubernamental el 5,6%, por $88 mil millones, una suba del 11,4%.

Desde otro enfoque, el Presupuesto 2016 planea destinar el 12% del gasto a remuneraciones de 403.839 cargos que depende del Ejecutivo Nacional, con un incremento nominal del 19,3% respecto a este año. Mientras tanto, las prestaciones a la seguridad social(jubilaciones, pensiones y retiros) sumarán $622 mil millones, con un aumento del 25,2% frente al 2015, llegando al 40% del total de gastos.

El total de los gastos del 2016, tal como indica el Presupuesto, serán un 15,8% superiores a los del 2015, ascendiendo a 1569 millones de pesos. De esa cifra, el 88,9% corresponden a gastos corrientes.

En cuanto a los recursos, estos tendrán un aumento del 21% respecto al Presupuesto 2015, al totalizar 1.471 millones, de los cuales el 99,8% corresponden a recursos corrientes.

Los ingresos tributarios y los aportes y contribuciones a la seguridad social aportaran el 88,1% de los recursos corrientes. Por su parte, las rentas de propiedad, que incluyen las utilidades del Banco Central y la Anses, representarán el 9,6 por ciento y los recursos no tributarios, el 1,8%.

Según el Presupuesto, el 2015 finalizará con un déficit financiero total de 138 mil millones de pesos, equivalentes al 2,58% del PBI, que se reduciría a un rojo de 97 mil millones de pesos el año que viene, ó 1,5% del producto.

En tanto, el resultado primario cerraría este año en 39 mil millones de pesos ó 0,74% del PBI, que milagrosamente se haría positivo el año próximo, al alcanzar $11 mil millones de superávit ó 0,17%, ya que mientras los gastos aumentan en un 16%, los recursos lo harían al 21%.

El dibujo de Kicillof

En la ley de leyes, el ministro de Economía también reconoce  que el saldo comercial de este año será el más bajo de toda la década kirchnerista, incluso por debajo del de 2014 y del 2001.

Es que de acuerdo al proyecto, la balanza del 2015 cerrará en sólo U$S2724 millones, unos U$S4000 millones menos que el resultado obtenido un año atrás.

A ese monto se llegaría por una reducción en las exportaciones del 0,6% y de las importaciones del 1,8%, números que están a años luz de los que mostró el propio Indec en lo que va del año.

“El escenario externo luce inestable y propenso a ser ajustado a la baja”, se ataja el oficialismo en el texto.

Las planillas principales de la ley de leyes muestran un optimismo sobre el desempeño de la economía muy alejado de la realidad. Es que, según consta en el Presupuesto 2016, el PBI crecería un 2,3% en 2015 y el año que viene un 3%.

En ese sentido, en 2016 habría un aumento del 3% en las exportaciones y del 4,4% en las importaciones, y el saldo comercial totalizaría U$S4040 millones, una cifra algo curiosa si se tiene en cuenta que la suba de las compras externas es mayor a la de las ventas.

Como es habitual, otros de los números que es pura ciencia ficción es la inflación oficial, calculada en 15,4% para este año y 14,5% para el que viene.

En cuanto al tipo de cambio, el gobierno proyecta un dólar a 10,60 promedio para el 2016, lo que implica una devaluación de poco más del 10%, un ritmo difícil de mantener teniendo en cuenta la depreciación de sus monedas que vienen sufriendo los países de la región.