El Ministro de Defensa se enojó con el justicialismo provincial luego del escándalo por el nombramiento de su hija en el directorio del Banco Nación porque no le dieron el apoyo. 

“Es que es indefendible” sostuvieron distintas fuentes del PJ santafesino en relación al último escándalo que generó el “Chivo” Rossi tras la designación de su hija en el directorio del Banco Nación.

Según pudo conocer LPO, fiel a su propio carácter, Rossi manifestó un profundo malestar con sus compañeros de partido luego que nadie saliera a apoyar a su hija públicamente.

Tampoco lo hicieron los dirigentes que hasta hace poco compartían el mismo espacio de la Corriente de la Militancia, agrupación que impulsó cuando se formó Unidos y Organizados pero que antes de las elecciones provinciales y tras el ascenso de Omar Perotti, sufrió una profunda sangría.

Por otra parte, el incómodo lugar que le fue asignado en la lista del Parlasur al otrora líder del peronismo local lo eyectó definitivamente de la estructura provincial llevándolo a perder el armado territorial que supo poseer.

Delfina Rossi, la hija del ministro de Defensa.

El malestar del “Chivo” tuvo su punto de ebullición cuando el 20 de junio pasado, minutos antes que Cristina Kirchner arribara al Monumento a la Bandera para conmemorar el Día de la Bandera, Rossi le pegó un puñetazo al dirigente del Movimiento Evita, Gerardo Rico.

El hecho, que recién salió a la luz, dejó estupefactos a la custodia presidencial y a los dirigentes que estaban llegando al palco y pudieron presenciar la agresión sin saber porqué había reaccionado de esa manera.

Algunos dirigentes justicialistas analizaron que la bronca del Ministro se potenció luego de las elecciones provinciales cuando el rafaelino Omar Perotti superó ampliamente los 20 puntos históricos de Rossi y se puso a la par de Lifschitz y del Sel.

Tras esa elección, que volvió a posicionar al PJ en un lugar competitivo y luego Perotti revalidó en las PASO nacionales como candidato a senador, echaron por tierra las posibilidades de Agustín Rossi de volver a ocupar la cabecera del histórico partido que supo gobernar la provincia desde el retorno a la democracia hasta el 2007.

Ahora, según fuentes cercanas al Ministro, Rossi habría optado por enfriar su enojo y volver a tejer relaciones cordiales con las distintas fuerzas que engloban al Frente para la Victoria. Tarea nada fácil por los resquemores y algunos pases de factura pendientes por parte de quienes se sintieron marginados durante su liderazgo en la provincia.