La derrota de José Manuel de la Sota ante Sergio Massa por la candidatura presidencial de Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) dejó huérfano el millón cuatrocientos mil votos que sumara el cordobés en las PASO. Daniel Scioli, Mauricio Macri y, por supuesto, Massa, aspiran a captar el botÃn electoral para la primera vuelta del 25 de octubre.
Apenas cerrado el escrutinio provisorio, los tres principales aspirantes a la Presidencia se lanzaron tras los votos de De la Sota.
El gobernador de Córdoba reafirmó su alianza con Massa, de quien será el jefe de campaña y con quien compartirá un acto en Córdoba el próximo martes.
El peronismo cordobés lleva los tres primeros candidatos a diputados nacionales en la lista de UNA, y romper con Massa significarÃa perderlos a todos. También, a los dos candidatos a senadores nacionales.
De la Sota reflexionó el lunes que el próximo presidente deberá gobernar con un Congreso muy dividido, por lo que contar con un paquete de legisladores nacionales (ya tiene tres) será muy importante para negociar.
Massa no se sentó simplemente a esperar que De la Sota ratificara el acuerdo. Primero, habló con él, y luego envió a su tropa cordobesa a encolumnarse detrás de la candidatura a intendente de Esteban Dómina. Asà el massismo terminó de romper con Olga Riutort, a quien acusan de haberlos usados polÃtica y económicamente. Dómina es el candidato del peronismo cordobés, y en el esquema de poder provincial es fundamental para restarle a la dupla Luis Juez-Olga Riutort, la principal amenaza para la reelección del radical Ramón Mestre, a quien De la Sota quiere ver repetir en la Municipalidad capitalina.
Pese a todo, el kirchnerismo hizo su jugada para seducir a De la Sota. Quizás, pensando en que hay que allanar el camino de un posible ballotage.
AnÃbal Fernández fue el más claro en esa dirección, al señalar que hay muchos puntos en común entre el delasotismo y el kirchnerismo. En verdad, el delasotismo es aliado del kirchnerismo cada cuatro años, justo para las presidenciales, por lo que no es alocado el razonamiento de Fernández, más allá de que luego los gobernadores (tanto De la Sota como Juan Schiaretti) hayan tropezado en su relación con la Casa Rosada.
Scioli también hizo lo suyo. Dijo que se imagina trabajando bien con Schiaretti y agradeció a De la Sota el apoyo que le dio para enfrentar las inundaciones en la provincia de Buenos Aires; curiosamente, lo mismo que le cuestionó al porteño Mauricio Macri.
Para frenar al kirchnerismo, De la Sota fue a la Corte Suprema de Justicia a pedir que se resuelva el reclamo por la deuda de doce mil millones de pesos que la Nación tiene con la provincia de Córdoba. Un viejo reclamo, simplemente actualizado para colocarlo en la agenda.
Macri, finalmente, tiene también confianza en ganarse los votos de De la Sota. O, al menos, una buena porción.
Según las encuestas que mencionan los dirigentes del PRO, dos de cada tres votantes de De la Sota manifiestan que podrÃan elegir a Macri. Los peronistas reconocen el dato, pero lo bajan hasta el 50 por ciento, lo que de todos modos es un montón apreciable.
Cabe recordar que Oscar Aguad, el radical más macrista de Córdoba, fue criticado por sus correligionarios porque en una reunión de referentes alegó que no querÃa golpear con dureza a su rival, Schiaretti, ni al gobernador De la Sota porque muchos de los votos del peronismo podÃan ir al macrismo en las presidenciales. Y, como Macri, Aguad siempre pensó que lo importante son las elecciones de Presidente, y no de gobernador o de intendente.
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