El modelo económico de Axel Kicillof tiene poco del industrialismo con el que siempre sacó pecho el kirchnerismo. Desde que asumió como ministro de EconomÃa, la actividad en las fábricas no creció ni un solo mes, aunque sà lo hicieron otros sectores como el financiero o el agrÃcola, sumamente beneficiados con la devaluación del año pasado. Curiosamente, dos de los rubros que el gobierno se ufana de enfrentar en sus discursos.
Ayer el Indec dio a conocer el Estimador Mensual de Actividad Económica(Emae) correspondiente a marzo, que arrojó un crecimiento del 2% respecto al mismo perÃodo del año pasado.
En el mismo mes, la industria se contrajo un 1,9%. En abril, el sector volvió a mostrar un retroceso del 1,5%, según los datos oficiales, y de esta manera sumó 21 meses seguidos de caÃda.
Lo cierto es que uno de los principales problemas que tienen los empresarios de ese rubro es el cepo importador que implementó el gobierno ante la falta de dólares, restringiendo las compras al exterior con trabas burocráticas como las DJAI. Y en el caso de la industria, su dependencia de las importaciones es total, porque necesitan de esos insumos para poder crecer. Muestra de esto es el déficit anual de 30 mil millones de dólares que tiene el sector.
El gobierno intenta morigerar esta caÃda cebando el consumo con planes como el Ahora 12. Sin embargo, la medida no es suficiente. Los economistas plantean que Kicillof se focaliza en impulsar la demanda, cuando en realidad el paÃs atraviesa un problema de oferta. Por más que se esfuerce en facilitar pagos en cuotas, las empresas no pueden responder a esa demanda porque tienen trabadas las importaciones, o el Central no le vende los dólares para poder pagarlas.
AsÃ, esta mayor demanda se termina traduciendo en un mayor nivel de precios, ante la imposibilidad de las compañÃas de aumentar la capacidad productiva.
La expansión fiscal y monetaria refleja muy bien el empeño del gobierno en impulsar el consumo por esta vÃa. Como publicó LPO, para este año se espera una emisión de 300 mil millones, entre billetes y bonos, para cumplir el bache entre ingresos y gastos del Estado.
Mientras tanto, el sector agropecuario se encuentra en plena cosecha de cereales, que rondarÃa las 100 millones de toneladas. Este es uno de los sectores que permitió el crecimiento del producto en marzo, pese a la caÃda sin freno de la industria.
Otros que están de parabienes son los bancos, muy beneficiados con el cambio de polÃtica monetaria del año pasado, cuando el gobierno devaluó y subió las tasas de interés, llevando el rendimiento de las letras a números muy interesantes.
En definitiva, hasta los números oficiales señalan que del modelo económico que se jactaba de favorecer el desarrollo industrial queda poco y nada. Por el contrario, los sectores que impulsan la actividad son los que los funcionarios critican en público: el financiero especulador y el agropecuario golpista.
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