Juan Carlos Romero votó este mediodía en la capital salteña y anticipó que sea cual sea el resultado volverá a denunciar el sistema de boleta electrónica, si es necesario hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia.

“Me he pasado más tiempo discutiendo el voto que nuestras propuestas”, se lamentó el senador, antes de ingresar al colegio escoltado por celosos gendarmes.

Romero confía en aumentar la cantidad de votantes, que fue de 68% en las primarias, un dato que se sumó a sus sospechas de fraude. “En Orán votó el 60%”, recordó hoy.

Aclaró que nunca denunció fraude porque es un delito que debe determinar la justicia. “Yo denuncié irregularidades y si hoy las vuelvo a ver las voy a denunciar. Responderá esta justicia, la nacional o la internacional”, anticipó.

La próxima apelación que llegaría al máximo Tribunal será la del pedido de inconstitucionalidad, rechazado por la justicia salteña. 

El pedido de basó en que la boleta electrónica no garantizaría el voto universal, porque mucha gente no lo comprende; ni secreto, por la supuesta visibilidad de las máquinas desde afuera de las aulas de los colegios.

Romero también pidió a la justicia provincial rescindir el contrato con la empresa Magic Software, a cargo del sistema y que también se lo preverá a la Ciudad de Buenos Aires en las primarias. 

Y denunció a la empresa ante la justicia federal por no haber homologado la compra de máquinas.

Los asesores de Romero aseguran que Magic Softwaere tiene un solo dueño sin propiedades ni cuentas bancarias, que curiosamente ganó también la elección en Buenos Aires.

Como adelantó LPO, funcionarios del Gobierno porteño y el defensor del pueblo de la ciudad, Alejandro Amor, llegaron a Salta para evaluar la implementación de la boleta electrónica.

Amor no está interesado sólo en las bondades del sistema sino en la conveniencia de aplicarlo en la Ciudad el 5 de julio sin haber hecho capacitaciones ni pruebas parciales en otros comicios. En Salta la boleta electrónica comenzó a implementarse hace 6 años en elecciones locales. 

Romero cree que si va a fondo puede conseguir un fallo que suspenda el sistema para las generales porteñas y lograr que no sea considerado por un próximo presidente. “Queremos que pase como en Alemania y Holanda”, comparó.

En esos países la justicia impidió el voto electrónico, que no es exactamente igual al de Salta, donde el ciudadano imprime su boleta en una máquina y la coloca en una urna tradicional.

La pelea está en el escrutinio, que se hace colocando el chip de las boletas en un lector de las máquinas y luego se envía la información a un servidor externo, para recién después llegar al Tribunal Electoral. 

Romero cree que esa transmisión de datos es fraguada y pidió sin éxito un conteo manual en las mesas. Sólo se le concedió abrir las urnas en el escrutinio definitivo, que empieza el martes a las 18 horas.

“Yo denuncié irregularidades en las primarias. Si las vuelvo a ver, las vuelvo a denunciar. Si hay fraude, lo tiene que determinar la justicia”, desafió el ex gobernador.