En un ejercicio de cinismo importante –o equilibrio, como más se guste-, Daniel Scioli se sirvió esta noche un plato frío que le debe haber resultado delicioso.

Un día después que el líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, bajara todas sus impugnaciones “ideológicas” y se mostrara todo sonrisas junto a Scioli en el encuentro de la militancia que reunió al núcleo duro del kirchnerismo en el Mercado Central, Scioli se dio el gusto de posar para las cámaras junto a Mauricio Macri.

No fue una foto casual. Scioli y Macri, que son amigos hace años, coordinaron al milímetro el golpe de efecto de esta noche en la Feria del Libro y se encargaron de avisar a los medios que allí los encontrarían, visitando como turistas sorprendidos el stand de homenaje al Papa Francisco que la provincia montó en el predio de Palermo.

Se trata en rigor de una delicada apuesta por capitalizar la imagen del Papa que incluye una muestra en el flamante museo MAR de Mar del Plata, y que con afiches de vía pública y avisos en los medios, busca asociar a Scioli con Francisco.

La jugada ejecutada por Jorge Telerman -uno de los candidatos a jefe de Gobierno in pectore de Scioli- contiene, es verdad, cierta continuidad estética con aquella audaz campaña de “Yo creo”, que lanzó el gobernador en las pasadas elecciones, donde se lo veía rezando en la Iglesia junto a Karina Rabollini.

Como los candidatos republicanos, no es la primera vez que Scioli mezcla política y valores o símbolos religiosos.

Doble indigestión entonces para el núcleo duro del kirchnerismo, que con admirable esfuerzo, venía recorriendo el camino de aceptar o someterse a la candidatura presidencial de Scioli, como hizo esta mañana el integrante de Carta Abierta Ricardo Forster.