El 2014 comenzó por demás intenso en términos políticos para la Mesa de Enlace. Es que la rectificación de las políticas agropecuarias por parte de Axel Kicillof abrió un nuevo capítulo de la interminable guerra entre el Gobierno nacional y el sector agropecuario.
Como adelantó La Política Online, los representantes de las cuatro entidades se reunieron en un hotel en el centro porteño con el ex vicepresidente y actual diputado, Julio Cobos.
Además, de Luis Miguel Etchevehere (Sociedad Rural), Rubén Ferrero (Confederaciones Rurales Argentinas), Carlos Garetto (Coninagro) y Julio Currás (vicepresidente de la Federación Agraria), también estuvo el ex diputado Alfonso Prat Gay.
La idea del encuentro fue continuidad a las reuniones políticas que viene manteniendo la Mesa de Enlace con dirigentes de la oposición (la última fue con Sergio Massa). Pero ahora la confirmación de la continuidad de las políticas trigueras cambió el escenario y se esperan duras definiciones.
En la previa, desde el entorno de Cobos señalaron que el objetivo de la reunión es reactivar la buena relación con las entidades rurales y mostrar una señal de apoyo a los reclamos del sector en función de la eliminación de retenciones y la liberación de los mercados agrícolas.
Tras el encuentro, el ex vicepresidente afirmó que se comprometió "a intentar unificar los diferentes proyectos referidos al campo que cada fuerza ha presentado en el Congreso".
"A mediados de febrero nos vamos a reunir con legisladores de diferentes espacios políticos para avanzar en una agenda legislativa conjunta", indicó. "Esperamos contagiar a las demás fuerzas para avanzar con proyectos que den soluciones a problemas que atraviesa el campo", agregó.
Por el lado del campo, por su parte, el malestar es cada vez más creciente entre los productores y en los próximos días se espera que se fijen las fechas y lugares de las asambleas trigueras a realizarse en distintos puntos del interior del país.
En este sentido, muchos productores plantean la necesidad de volver a iniciar medidas de fuerza, mientras que otros hablan de encabezar una “rebelión fiscal”, o bien de una “campaña de concientización” en las principales ciudades del país.
