Cristina Kirchner reapareció en la sesión del Senado tras sus dos faltazos a reuniones de comisión y de inmediato pidió la palabra para cuestionar su pedido de detención dictado por Claudio BonadÃo, desafiar a Cambiemos y al PJ a tratar su desafuero y cruzar a Gabriela Michetti por los acuerdos de Argentina con Qatar, al compararlos con su polémico memorándum con Irán.
"Para tratar el pedido de desafuero no hay que constituir la comisión de Asuntos Constitucionales", comenzó, en clara provocación al oficialismo y a Miguel Pichetto, jefe del bloque Justicialista, que regaló otro repertorio de caras de fastidio ante cada ataque elÃptico de su ex lÃder.
"La intencionalidad clara de decir que no se constituye la Comisión de Asuntos Constitucionales para evitar el tratamiento de mi desafuero es un argumento que a poco de explorar en él se derrumba. Esta Cámara con sus dos terceras partes puede tratar el desafuero y cualquier otra cuestión, porque asà lo indica el reglamento", insistió Cristina.
La senadora ingresó al recinto poco después de iniciada la sesión, que prevé sancionar el presupuesto, la reforma tributaria y la prórroga del impuesto al cheque. Sólo unos minutos antes habÃa entrado al Palacio en medio de la algarabÃa de un grupo de militantes que la aguardaban y sin responder preguntas a la prensa.
Carlos Menem fue mucho más puntual: escoltado por sus asesores se sentó a las 11, hora formal de la sesión. Ni bien se ubicó en su banca, Cristina se despachó con un discurso de 25 minutos, 15 más que lo reglamentario para las cuestiones de privilegio, motivo de un cruce con Gabriela Michetti. "Tanto que reclamaban mi presencia en la Comisión de Presupuesto, le voy a pedir diez minutos más", le exigió.
"Acá hacemos cumplir el reglamento. Si me pide extenderse usted, me lo piden todos", intentó ubicarla la vicepresidente, sin éxito alguno.
Cristina definió el procesamiento dictado por BonadÃo por encubrir a los iranÃes acusados de volar la AMIA como "un disparate", un "ridÃculo", que "afecta la representación polÃtica institucional".
Y denunció un lawfare (guerra jurÃdica), neologismo que habÃa usado en su reunión con Dilma Rousseff para describir un supuesto embate judicial para desterrarlas de la vida polÃtica. "La denuncia de BonadÃo es el leading case del lawfare", afirmó en su rústico inglés.
Cristina recordó que el Senado nunca trató las solicitudes de desafuero de Menem y del salteño Juan Carlos Romero, que el año pasado enfrentó un pedido en ese sentido de la justicia que lo investiga por enriquecimiento ilÃcito.
Apuntó incluso que en su anterior paso por la Cámara alta cuando presidÃa la comisión de Asuntos Constitucionales intentó sin éxito echar a Luis Barrionuevo porque habÃa sido acusado de quemar urnas en Catamarca.
"Me lo impidió Diana Conti, a quien acusan de ultracristinista", comentó y reivindicó haber frenado un pedido de desafuero contra la fallecida neuquina Luz Sapag, porque "la estaban persiguiendo polÃticamente".
Provocó la reacción de la hija, la actual senadora Lucila Crexell, quien aclaró que a su madre jamás la condenaron por ninguna causa. "Es asÃ. Su madre fue una gran dirigente y era perseguida por Sobisch", la defendió la ex presidenta.
Cristina volvió a reivindicar el Memorándum de Entendimiento con Irán y recordó que el juez Daniel Rafecas rechazó la denuncia del fallecido Alberto Nisman en 2015 sobre un supuesto intento de eximir de culpa a los ciudadanos de ese paÃs implicados en la causa Amia.
De hecho, el juez anticipó los argumentos de la ex presidenta cuando semanas atrás se defendió ante el Consejo de la Magistratura y explicó que se trata de un tÃpico caso de decisión no justiciable que corresponde a la esfera de exclusividad del Poder Ejecutivo, como el el manejo de las relaciones exteriores.
Rafecas fue más allá y dijo que si se hiciera extensivo el criterio de BonadÃo deberÃa estar presa Michetti por la firma del acuerdo con Qatar y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, por la operatoria de Lebacs.
"Por esas casualidades de la vida el mismo juez que desestimó la denuncia por encubrimiento fue el que la sobreseyó a usted por el memorándum con Qatar, que nunca fue tratado por el Parlamento y no fue remitido tampoco", la chicaneó Cristina recordando ambos pronunciamientos de Rafecas. "Para su información, yo no firmé ningún memorándum con Qatar", la corrigió Michetti, como informó oportunamente LPO.
La ex presidenta se referÃa al convenio entre el Fondo de GarantÃas de Sustentabilidad (FGS) de Anses y su par Qatar Investment Authority (Qia), judicializado por la oposición. La vice no lo subscribió, aunque participó de la cumbre que cerró la letra final en Doha junto a las autoridades qatarÃes.
Lo aclaró por Twitter. "Ante lo dicho por la senadora @CFKArgentina es importante aclarar que no firmé ningún memorándum con Qatar. Lo que firmé en mi viaje a ese paÃs es un tratado bilateral", posteó.
Dispuesta a incomodarla, Cristina la acusó además de buscar una oposición dócil por haber pronosticado que estarÃa aislada en el Senado.
"Es notable cómo su Gobierno públicamente dice qué tipo de oposición quieren. Es posible que a usted y al Presidente no le guste el tipo de oposición que haremos. A mà no me gusta el gobierno que ustedes hacen y no por eso voy a pretender que se vaya", la desafió.
"Voy a discutir todo, señora presidenta. ¿Sabe por qué? Porque para eso me votaron. Esto de andar reclamando oposiciones de diseño no me parece acertado de las instituciones y fundamentalmente del derecho de representación que cada uno de nosotros tiene que ejercer", insistió.
Cristina también denunció "mecanismos mafiosos" para la aprobación de la reforma jubilatoria y repitió las declaraciones de una diputada por Chubut, quien aseguró que un funcionario nacional le envió al gobernador Arcioni una foto de su banca vacÃa. "Me hace acordar a 'El Padrino'", afirmó exhibiendo la pantalla de su celular.
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