Estados Unidos
La masacre de Las Vegas reabrió el debate sobre el control de armas en Estados Unidos
Trump es un férreo defensor de la libre compra de armas, pero los demócratas volvieron a exigir que se restrinja.

Es diciembre de 2012 y Barack Obama está parado nuevamente frente a las cámaras de la Casa Blanca para -por quinta ocasión en su administración-consolar a la nación por un tiroteo masivo. Para el final de su presidencia Obama dará más de una docena de estos mensajes, sin embargo, el de diciembre de 2012 fue particularmente horripilante.

Limpiando lágrimas de su rostro, el usualmente estoico y frío Obama lamentó la cantidad de tiroteos fatales que hasta ese momento habían tenido que encarar, "y siempre que recibo la noticia reacciono no como presidente, sino como cualquiera lo haría: como padre", dijo el entonces mandatario. "Y así ocurrió especialmente hoy. Sé que no hay un padre en Estados Unidos que no sienta el dolor que nos rebasa hoy".

Esa mañana en Newtown, Connecticut murieron 20 niños de entre 5 y 10 años, todos alumnos de la escuela primaria Sandy Hook donde el mentalmente inestable hijo de la directora decidió asesinar a su mamá y a quien se cruzara en su camino.

Barack Obama se seca una lágrima tras la matanza en la escuela primaria Sandy Hook.

Este lunes Estados Unidos amaneció con la peor masacre por arma de fuego en su historia. Cincuenta y ocho personas murieron a manos de un acaudalado empresario de bienes raíces que decidió encerrarse con una decena de rifles de asalto en su cuarto de hotel y abrir fuego contra el público de un festival de música country en Las Vegas, Nevada.

La frustración de Obama hace cinco años reflejaba la incapacidad del Congreso para aprobar mayores controles en la compra de armas de fuego en territorio norteamericano. En estados como Nevada no existen las más mínimas restricciones para comprar un arma de fuego de alto poder. No es necesario tramitar una licencia, registrar cuántas armas se tienen, ni esperar días para que la compra sea aprobada. Es más, la ley permite portar armas de manera abierta y lo único que se pide es tramitar un permiso de portación oculta para llevar un arma bajo la campera o en el tobillo, escondida por el pantalón.

Es principalmente el Partido Republicano el que más reticencia ha mostrado para regular el tema de las armas de fuego, y es que no sólo sus votantes se oponen, además el lobby armamentista representado por la Asociación Nacional del Rifle (NRA) invierte miles de millones al año en desarticular los esfuerzos por un control más estricto, y en donaciones multimillonarias para las campañas políticas de candidatos republicanos. 

La célebre segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos con la que los grupos pro-armas se escudan originalmente fue pensada para permitir a las 13 colonias que formaban la primera unión americana formar milicias de voluntarios en sus territorios para luchar contra un hipotético gobierno tiránico en un futuro. 

Esta premisa hoy es absurda, por decir lo menos. Pensar que milicias civiles armadas con armas de mano puedan hacer frente al ejército de Estados Unidos es ridículo. Sin embargo, los intereses de los fabricantes y los millones de dólares que los respaldan es más fuerte.

Los demócratas tomaron la brutal masacre de este lunes para retomar el debate sobre el control de armas. La líder de los demócratas en la Asamblea de Representantes demandó al presidente de la Asamblea, el republicano Paul Ryan, la aprobación de la legislación King-Thompson que incrementa los controles para los potenciales compradores de armas de fuego. Pelosi pidió también la creación de un comité en violencia causada por armas para "estudiar y recomendar legislación con sentido común que ayude a terminar con esta crisis".

"El Congreso tiene el deber moral de atender esta horrible y descorazonadora epidemia", advirtió la líder demócrata.

Por su parte, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, cuestionó cómo fue posible que "este monstruo" reuniera el arsenal que utilizó para "hacer llover muerte en un grupo de inocentes". El senador replicó la demanda de Pelosi y aseguró que aunque ni el presidente ni el Congreso pueden acabar con la maldad en la tierra, sí pueden "aprobar legislación que mantenga a nuestros ciudadanos seguros, empezando por leyes que ayuden a prevenir que las armas caigan en las manos equivocadas".

A pesar de que los conservadores republicanos suelen apoyar la portación de armas como una tradición norteamericana, la realidad es que un porcentaje aplastante de los votantes de ambos partidos sí aprueban ciertas restricciones. La opinión pública ha sido insuficiente para que éstas se conviertan en legislación.

Donald Trump desde la campaña abrazó a la comunidad armamentista. Conociendo a sus votantes, en múltiples ocasiones dijo ser un defensor de la segunda enmienda y hasta utilizó el temor de que Hillary Clinton les quitara sus armas para convencerlos de votar por él.

La masacre de Las Vegas reabrió el debate sobre el control de armas en Estados Unidos

De acuerdo con cifras del Pew Research Center, el 89% tanto de demócratas como de republicanos apoyan que las personas con enfermedades mentales no puedan comprar armas de fuego. El 85% de los demócratas y 82% de los republicanos apoyan la propuesta de no permitir que compren armas de fuego las personas que aparecen en las listas de no-vuelo emitidas por el Gobierno Federal. 90% de los demócratas y 77% de los republicanos están de acuerdo en tener chequeos de historial (criminal y médico) a los compradores de armas de fuego en las llamadas exposiciones de armas, ferias que existen en algunos estados donde vendedores privados y armerías pueden comercializar armas de fuego casi sin restricción ni chequeo alguno. De hecho, hace cinco días hubo una feria de este tipo en Las Vegas.

A partir de este último punto el apoyo de los conservadores por mayor control empieza a decaer. Por ejemplo, el 80% de los demócratas apoya la propuesta de prohibir la venta libre de rifles de asalto, mientras que sólo el 54% de los republicanos están de acuerdo con esta restricción. Las armas de asalto son los rifles de alto poder como el AR-15 y el AK-47, pensados para situaciones de combate y no de defensa personal o cacería.

De igual modo, un aplastante 84% de los demócratas apoya la idea de crear una base de datos a nivel nacional que monitoree la compra y venta de armas de fuego, mientras que del lado republicano está propuesta es apoyada únicamente por el 56%.

Por último, 79% de los demócratas creen que es buena idea prohibir la venta de cargadores de alta capacidad, propuesta que es aceptada sólo por el 47% de los republicanos. Estos cargadores permiten llenar un rifle con hasta 100 balas sin necesidad de recargar, cuando el número "normal" suele ser de entre 20 o 30 rondas.

La masacre de Las Vegas reabrió el debate sobre el control de armas en Estados Unidos

Los conservadores de estados más pro-arma han hecho algunas propuestas que para un país como México, que por lo menos en el papel cuenta con un control de armas muy riguroso, podrían sonar descabelladas. 79% de los republicanos apoyan la idea de permitir a maestros de educación básica portar armas ocultas en el salón de clases. El 51% quieren menores tiempos de espera para comprar un arma de manera legal, y el 30% sugieren que sea legal portar un arma oculta sin necesidad de tener un permiso especial.

Donald Trump desde la campaña abrazó a la comunidad armamentista. Conociendo a sus votantes, en múltiples ocasiones dijo ser un defensor de la segunda enmienda y hasta utilizó el temor de que Hillary Clinton les quitara sus armas para convencerlos de votar por él.

"Hillary Clinton quiere abolir, esencialmente abolir la Segunda Enmienda", aseguró el entonces candidato en un evento de campaña en Carolina del Norte el año pasado. "Por cierto, si ella escoge a sus jueces, no hay nada que puedan hacer, muchachos", advirtió.

"Aunque los seguidores de la Segunda Enmienda, tal vez puedan hacer algo, no sé", sugirió Trump, quien se quedó a nada de invitar a sus seguidores a atacar a la entonces candidata presidencial demócrata. Poco después la campaña de Trump emitió un comunicado asegurando que el magnate no estaba invitando a atacar a Clinton. Los comentarios de Trump fueron tan controversiales que el Servicio Secreto sintió que era necesario notificar a través de su cuenta de Twitter que estaban "conscientes de los comentarios hechos esta tarde".

Hoy, como es la tradición republicana, la Secretaria de Prensa de Donald Trump aseguró, ante las preguntas de si Trump buscaría mayor regulación, que después de la tragedia no era el momento de discutir temas de política pública.

Mientras tanto, en lugares como Twitter el hashtag #GunControlNOW (control de armas ahora) se colocó como trending topic, y miles de usuarios demandaron al Gobierno garantizar una mayor regulación para el acceso a las armas que tan solo en menos de cinco años han dejado 1,516 muertos en ataques masivos en Estados Unidos. Como dato: en la habitación desde donde Stephen Paddock asesinó anoche a 58 personas fueron encontrados 20 rifles preparados para la masacre.

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  • 1
    dariush
    04/10/17
    09:55
    Según el ex analista de la CIA y actual whistleblower, Robert David Steele, se trata de una orquestación, posibilitada por funcionarios políticos locales, dueños de hoteles casino, funcionarios policiales y de seguridad interior. El objetivo es limitar la propiedad privada de armas (En USA, la segunda enmienda da derecho a poseer armas para defensa propia y de la democracia), y para asegurar jugosos contratos de inteligencia digital y vigilancia física de supuestos opositores por parte de contratistas importantes del estado. Por empezar, el supuesto victimario no cuadra en absoluto con el perfil de asesino serial (toda la información referente a la compra y propiedad de armas puede ser fraguada), continuando con que LV es una ciudad en la que hay cámaras hasta dentro de las habitaciones de los hoteles, férrea vigilancia en cada rincón, lo que impediría el contrabando masivo de armas dentro del hotel, y no cuadra lo de la ventana rota durante 40 minutos antes de ser descubierto en tirador. No se ven imágenes de cadáveres, ni de charcos de sangre, sino imágenes deliberadamente confusas de gente, luces, etc, y todo el caso está basado en los testimonios de personas que convenientemente dijeron ante las cámaras "yo lo vi tirado y ensangrentado, era terrible, etc...". Lo que se percibió, es que hubo múltiples detonaciones (seguramente más de un tirador), y luego de un lapso, gente corriendo y protegiéndose, pero "ningún cuerpo sangrante" (con casi 600 víctimas, se supone que esto debería aparecer). Un pueblo que tuvo que soportar las mentiras oficiales del Golfo de Tompkin, las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, el atentado contra las torres gemelas, y ahora se está creando el clima para un terrible atentado contra Corea del Norte, lo que necesita que la población esté aterrorizada y entregada.
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