La administración de Donald Trump acusó al gobierno de México de narco y luego el presidente dijo que ama a los mexicanos. Todo ocurrió con dos horas de diferencia.
El presidente de Estados Unidos dio otra muestra de su estilo atolondrado y envió a Kellyane Conway, asesora especial en la Casa Blanca y ex jefa de campaña, a destrozar al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Entrevistada por la cadena CBS, cuando le preguntaron sobre por qué ella cree que el gobierno de Peña Nieto rechaza el muro, contestó: "Bueno porque ellos quieren que sigan ingresando a Estados Unidos personas y drogas, algo sobre lo que ellos no se esfuerzan demasiado en combatir". La brutalidad de la asesora confirma la primicia de LPO: Fue ella junto a Bannon los que descarrilaron la negociación con Peña Nieto este jueves.
Luego de las incendiarias declaraciones de Conway, el propio Trump habló por teléfono durante una hora con Peña Nieto y giró 180 grados su discurso hacia los mexicanos.
“¿Qué les diría a sus críticos que aseguran que ya ha agriado la relación con un importante aliado?”, le preguntaron a Trump refiriéndose a México en la conferencia conjunta con la premier británica Theresa May. “Tuvimos una excelente llamada. He sido muy duro con México. Tengo un gran respeto por México. Amo al pueblo de México, trabajo con mexicanos todo el tiempo”, replicó.
Trump ya había retrocedido en las últimas horas por medio de su vocero, Sean Spicer, que ayer había amenazado con aplicar un impuesto del 20% a los productos mexicanos. "Lo del impuesto del 20% es solo una primera idea de muchas que hay, el impuesto podría ser del 18% o incluso tal vez del 5%, incluso hay otras formas de recaudar que no necesariamente sea el impuesto a los productos mexicanos", se desdijo el vocero.
El tambaleo del gobierno norteamericano envalentonó a los funcionarios de Peña Nieto, en especial al secretario de Economía, Idelfonso Guajardo. “La idea no pasa la prueba del ácido, nadie la cree. ¿Pagar un muro cobrando impuestos a importaciones? pues eso no lo va a pagar México”, señaló Guajardo y agregó que “fueron ellos los que se metieron en una encrucijada, pensando que era una cuestión que se podría negociar con México. Ellos tienen que encontrar la salida”.
La interna en el gabinete de Peña
La crisis con el gobierno del magnate no fue gratis para el gabinete de Peña Nieto. Quienes integraron la comitiva a Washington confiaron a LPO que el canciller Luis Videgaray preguntó en reiteradas ocasiones quién le había recomendado al presidente agregar en el discurso del miércoles por la noche que consultaría al Senado y a los gobernadores si debía o no viajar a Washington para reunirse con Donald Trump.
Según aseguraron las fuentes, en ese momento se comenzó a caer la reunión bilateral porque en la Casa Blanca dieron por un hecho que los gobernadores le pedirían Peña Nieto que no asista a la reunión con Trump, tras la firma de la orden ejecutiva para construir el muro.
Antes que se consolide esa situación, Trump prefirió lanzar un ultimatum y se adelantó a condicionar la reunión a que México pague el muro. En la tarde del miércoles Trump le dio una entrevista a la cadena ABC y en la misma insistió con el muro pero dijo que esperaba dialogar con Peña y reconocio que cobrarle a México por esa iniciativa era "un tema muy complejo". El discurso presidencial de la noche aceleró los acontecimientos.
En Los Pinos comentan que tras la orden ejecutiva de Trump anunciando la construcción del Muro, Luis Miranda, secretario de Desarrollo Social y entornista presidencial por excelencia, recomendó convocar a un encuentro con gobernadores que, en principio, se iba a realizar este viernes por la tarde.
La iniciativa de Miranda habría llegado tras varias llamadas con mandatarios estatales que explotaron cuando vieron materializarse la promesa de muro. El más enfático fue Alejandro Moreno, gobernador de Campeche, que no tiene frontera con Estados Unidos pero es muy cercano al secretario de Gobierno, Miguel Ángel Osorio Chong.
Este dato alteró al canciller -que sigue viendo a Chong como un rival por la candidatura presidencial- así como también otros canales de diplomacia paralela que están fuera de su eje. El más fuerte - y revelado por LPO - es el que realiza Carlos Slim, que alimenta a Trump de reportes económicos sobre México elaborados por su banco Inbursa.
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