Cuando hace unos meses centenares de correos electrónicos de altos funcionarios del equipo de campaña de Hillary Clinton y el Comité Nacional del Partido Demócrata fueron publicados en el portal WikiLeaks, las primeras sospechas apuntaron al gobierno de Valdimir Putin, quien, se presume, utilizó su relación con Julian Assange para filtrar la información que su equipo de hackers habían obtenido a través de un burdo método llamado phishing.

Las últimas semanas funcionarios de las principales agencias de inteligencia de los Estados Unidos, entre ellas la CIA, confirmaron que de acuerdo a sus investigaciones todas las evidencias apuntaban a los rusos. Esta información no agradó al presidente electo Donald Trump, quien desde que se difundió la información ha calificado a las agencias que en tan solo unos días va a comandar como de poco confiables. “No hay forma de saber quién hizo el hackeo”, declaró el próximo presidente en una ocasión y en otra dijo que hasta su hijo de diez años tenía la capacidad de hacerlo.

Esta tarde la CNN reveló el contenido de esos reportes de inteligencia, que fueron entregados al presidente Obama, a Donald Trump, y a los líderes del Congreso. De acuerdo a la televisora, los reportes de los oficiales de inteligencia, similares a los que Trump se negó a recibir en algunas ocasiones, “incluyen la sinopsis que demuestra que Rusia ha compilado información potencialmente dañina para ambos partidos, pero sólo publicó información dañina para Hillary Clinton y los demócratas”.

Eso no es todo. Los reportes aseguran también que a lo largo de la campaña representantes de Trump y del gobierno ruso estuvieron en contacto constante. Es decir, de ser cierta esta información, significaría que no fue simplemente el gobierno de Putin filtrando correos a través de Wikileaks, sino que existió colaboración directa con el equipo del presidente electo.

Parte de la información del caso recopilada por las agencias norteamericanas tuvo un origen independiente: un ex agente del servicio de inteligencia británico (MI6) que ahora maneja una agencia de inteligencia independiente. Dicha agencia habría sido contratada primero por lo contrincantes de Trump dentro del Partido Republicano, y, de acuerdo a CNN, posteriormente por gente cercana a Clinton.

El dossier del ex agente británico, cuya información no ha sido confirmada pero sí incluida en el reporte confidencial que preparó la CIA y otras agencias norteamericanas para el presidente electo, incluye bombas para Donald Trump. Asegura, por ejemplo:

-Trump ha recibido asistencia del gobierno ruso “por lo menos los últimos cinco años”.

-Ha rechazado varios negocios inmobiliarios para “continuar con la cultivación que el Kremlin ha hecho”.

-Él y su círculo cercano ha recibido información de inteligencia sobre sus rivales en el Partido Demócrata y en el Republicano.

-El Kremlin posee información muy comprometadora sobre las actividades sexuales de Trump en aquel país. Un caso en particular: el presidente electo, de acuerdo al reporte, habría pagado a una prostituta para que orinara sobre su cama en la suite presidencial del hotel Ritz Carlton en Moscú, donde en otra ocasión habría dormido el presidente Obama y la primera dama.

-Las autoridades rusas habrían explotado las “obsesiones personales y perversiones sexuales” de Trump para recabar material comprometedor en su contra.

-“El comportamiento poco ortodoxo de Trump en Rusia a lo largo de los años habría proveído a las autoridades [rusas] con suficiente material embarazoso para extorsionar al candidato republicano si así lo deseaban”.

Este reporte fue publicado por BuzzFeed, y presumiblemente es el mismo que citaron las agencias norteamericanas en sus propios reportes. Nuevamente, es información que no ha sido confirmada por ninguna agencia de inteligencia oficial en Estados Unidos.

El presidente electo Donald J. Trump se apresuró a refutar la información en su cuenta de Twitter: “NOTICIAS FALSAS – UNA TOTAL CACERÍA DE BRUJAS”.