A fines de julio de este año el presidente Mauricio Macri presentó su flamante “Gabinete de Cambio Climático”. Se trató, en rigor, de una idea innovadora en la materia con el objetivo de intentar evitar desgracias sociales y económicas a partir de eventos desfavorables.

Dicho Gabinete está a cargo del jefe de ministros, Marcos Peña, y participan buena parte de las carteras ministeriales (Energía, Producción, Agroindustria, Transporte, Ambiente, Desarrollo Social, Cancillería, Educación, Ciencia, Interior, Hacienda y Cultura).

Lo notable del Gabinete de Cambio Climático de Macri es que dejó afuera nada al Servicio Meteorológico Nacional, único organismo del Estado especializado en la materia.

Curiosamente en ese organismo dejaron afuera al Servicio Meteorológico Nacional, quizás único que entiende del tema. El artículo 2 del decreto que crea el Servicio Metereológico establece que su competencia es "observar, comprender predecir el tiempo y el clima en el territorio nacional y zonas oceánicas adyacentes con el objeto de contribuir a la protección de la vida y la propiedad de sus habitantes y al desarrollo sustentable de la economía".

El plan oficial consistió básicamente en la creación -mediante el decreto 891 publicado el 26 de julio en el Boletín Oficial- de un equipo interministerial que tendría la tarea de definir políticas y articular tareas con todas las provincias para enfrentar la crisis ambiental.

El tema es que desde que se presentó el mencionado Gabinete de Cambio Climático hace apenas cinco meses ya se registraron dos inundaciones significativas en el centro del país por las cuales se lamentaron graves pérdidas para el sector agropecuario.

La ciudad de Arrecifes bajo el agua.

Télam

La primera se dio a fines de octubre pasado en el oeste de la provincia de Buenos Aires (principalmente Gral. Villegas), sur de Córdoba y norte de La Pampa donde cayeron casi 300 milímetros justo antes de dar inicio a la campaña gruesa.

Y ahora, cuando el campo estaba deseoso de recibir lluvias después de varias semanas con sol radiante, el mal tiempo volvió a jugar una mala pasada sobre el centro del país afectando el sur y sudeste de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires.

De esta manera, muchos de los campos y localidades de la región agrícola más importante de la Argentina se encuentran ahora inundados o anegados cuando hace apenas una semana atrás presentaban una restricción hídrica significativa.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) al que accedió La Política Online este lunes, las zonas más perjudicadas fueron Pergamino y Ramallo donde cayeron alrededor de 200 milímetros en los últimos dos días.

Otra zona muy afectada es el sudeste de Córdoba donde, por ejemplo, se registró un acumulado de 190 milímetros en Noetinger. Además en 48 horas se registraron en Pozo del Molle 138 milímetros, en Monte Buey 110, en Idiazabal 100 y en Hernando 72.

El temporal del fin de semana pasado estuvo acompañado de granizo en algunos sectores del sur y sudeste cordobés donde se reportaron graves daños sobre los cultivos de soja y maíz en los campos de Río Cuarto, Chazón y Justiniano Pose.

“Hay un grave riesgo para la continuidad de los cultivos si el agua no se desaloja completamente en los próximos días. Hay sectores rurales y urbanos ampliamente comprometidos”, advirtió el informe de la entidad rosarina.

Cabe mencionar que ya hubo cuatro inundaciones durante el primer año de gestión de Macri. A los dos mencionados se cuentan también las de diciembre de 2015 en Conocordia y las de marzo/abril que causaron la pérdida de 4 millones de toneladas de soja.

En este contexto, si bien todos los expertos coinciden en que los eventos climáticos extremos tenderán a incrementarse, lo cierto es que los modelos actuales con los que se trabaja en el país son incapaces de anticipar inundaciones o sequías.