Provincia
El Esmeralda rechaza un Fondo de Infraestructura y apuesta a negociaciones individuales
La postura se diferencia del resto de los intendentes peronistas que piden ese dinero para obras.

Los intendentes del grupo Esmeralda quieren evitar la creación de un fondo de Infraestructura específico para los municipios y apuestan a la negociación individual con María Eugenia Vidal.

Ese es uno de los puntos más conflictivos dentro de la negociación interna entre los intendentes. Mientras otros sectores como el Fénix, el Patria o el Establo promueven la necesidad de pedir fondo en conjunto, los alcaldes del Esmeralda toman distancia y prefieren la negociación individual.

Un fondo de estas características fue la clave para negociar el presupuesto actual, aprobado en enero. Los intendentes del Esmeralda -en rigor todavía no habían formalizado un grupo- se pusieron al frente de las conversaciones con el oficialismo y lograron que 10.000 millones del endeudamiento sean administrados por los alcaldes de los 135 distritos.

El problema es que en los meses que siguieron florecieron fuertes cuestionamientos hacia el Esmeralda por su predisposición al diálogo. Esas críticas llegaban de sus pares del Fénix (cercanos a Fernando Espinoza) y del Patria (un grupo menor incondicional a Cristina Kirchner).

Por eso, desde el grupo encabezado por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Gabriel Katopodis (San Martín) ahora se plantan en la discusión por el presupuesto y le bajan el tono a ese fondo. Palabras más, palabras menos lo que plantean es: “Nos cuestionan por ser dialoguistas, pero ahora quieren que negociemos un fondo que van a cobrar todos, incluso quienes se muestran intransigentes todo el tiempo”, dicen por lo bajo.

El Esmeralda rechaza un Fondo de Infraestructura y apuesta a negociaciones individuales

La propuesta del Esmeralda es que cada uno de los alcaldes negocien con el gobierno de Vidal sus propias obras. “No queremos un fondo especial para obras. Lo que queremos es que las obras y sus partidas estén en el presupuesto”, dijo uno de los intendentes a LPO.

Esta discusión no es nueva dentro de los intendentes peronistas, pero el paso de los días y a medida que se acercan tiempos de definiciones, la tensión entre los alcaldes se agiganta. LPO había adelantado que las diferencias por el Fondo de Infraestructura podría resquebrajar la unidad alcanzada por todo el arco peronista en la cumbre de Lobos.

Cierto es que pese a las diferencias, el peronismo está logrando por el momento mantener esa unidad. Ayer una comitiva se reunió en un hotel porteño donde coincidieron en exigir una baja en el número del endeudamiento que supera los 92 mil millones de pesos.

El fondo ejecutado en el ejercicio actual es de 10.000 millones, de los cuales 7.000 fueron en concepto de obra pública y 3.000 para seguridad. Tanto la ejecución de esos montos como la decisión política de en qué gastarlo fue potestad de los intendentes.

Por lo pronto, el Frente Renovador ya pidió por su cuenta que el fondo de 7.000 millones para obra pública sea incorporado al presupuesto actual. Ese pedido se realizó en el marco de una serie de exigencias que plantearon para acompañar el tratamiento del presupuesto, el endeudamiento y la reforma impositiva, los tres proyectos que el gobierno de Vidal intentará aprobar el 24 de noviembre en el Senado.

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