Nuevo Gobierno
Modernizar el peronismo: ¿Una necesidad del “peronismo”?
Por Juan Pablo Peredo
La pregunta es si puede volver a una estructura de “partido” que le permita ordenar el mensaje y exponerse como un ente más uniforme, que exprese las demandas populares del siglo XXI.

En la primera entrega de la reflexión sobre la modernización del peronismo, se planteó esto como algo vital para el desarrollo político e institucional de la Argentina. Ahora, hay que explorar los caminos que le quedan al peronismo en la búsqueda de su identidad. Una identidad “peronista” que tiene una función estratégica si es que quiere volver a proyectarse sobre esa parte de la sociedad que se siente representada por sus ideas, sus valores y sus demandas tradicionales.

La derrota en las elecciones nacionales pasó de un peronismo dicotómico a un peronismo atomizado. Antes de las elecciones, había un peronismo que veía en el liderazgo de CFK la posibilidad de continuar en el poder. Y dentro de ese liderazgo, reconocían a Daniel Scioli como la persona que contaba con la aceptación popular necesaria para trasladar al peronismo al siguiente ciclo político. El otro peronismo era el peronismo distribuido en las provincias y en ciertas localidades importantes de la Argentina que no se identificó con el estilo y con algunas de las políticas de CFK. Este peronismo terminó de hacerse fuerte en la propuesta de Sergio Massa.

Pero el 22 de noviembre, puso en evidencia parte de lo que se venía viendo en el horizonte político: el efecto destructivo y disruptivo de la derrota electoral. A partir de ese momento, entonces, empezó un proceso que no es fácil decir cuándo se terminará de cristalizar. Este proceso tiene algunos de los siguientes rasgos.

Primero, CFK termina su mandato como ningún otro presidente argentino lo ha hecho antes: con una Plaza de Mayo llena de militantes. Militantes ordenados por la estructura pero también otros, auto-convocados para despedir a su líder. En esta jugada para quedarse con la “oposición”, CFK trató de dejar a todos atrás, demostrando tener el valor mas preciado en el peronismo: el consenso de la gente. Máximo acaba de decir que hay que construir un “FpV grande, no un peronismo chico”. Parecería que el FpV pretende colocarse al inicio de la “cadena alimenticia” y devorar al peronismo. ¿Se habrá transformado el peronismo en vegetariano? ¿Será posible que el FpV fagocite al peronismo? Puede pensarse un Peronismo sin Cristina? Resiste un peronismo contra Cristina?

Segundo, parte de los funcionarios identificados con el proyecto kirchnerista y cristinista recabaron en la intendencia de La Matanza, con cargos y funciones, y equipos (sin presupuesto). En el gesto simbólico de la foto, no sólo estaba la ex ministra Deborah Giorgi, sino que acompañó en la asunción, Carlos Kunkel. Una primera forma de resistencia, es contar con los recursos para llevarla a la práctica.

En tercer lugar, hay un peronismo que empezó a dar gestos de adaptación a los reclamos o sentimientos sociales colectivos nuevos, esos que le dieron el triunfo a Cambiemos y que están en las bases de la transformación social que ha tenido la Argentina en la última década. El primer en dar esa señal de adaptación fue Daniel Scioli. Se puso a disposición del Presidente Macri, está evaluando la posibilidad de salir a buscar inversiones para la Argentina al mundo (por lo menos no lo ha rechazado de plano) y se ha dicho que saldrá a encontrarse con la gente en su nueva oficina: “la calle”. El otro dirigente peronista que ha dado señales de maniobra es Juan Manuel Urtubey. No sólo se negó a asistir a la última reunión de gobernadores convocada por CFK en la Casa Rosada, sino que fue inmediatamente a la del Presidente Macri en Olivos, y terminó siendo parte de la conferencia de prensa final para contar a la prensa los detalles del encuentro. Con estos movimientos que anuncian el comienzo de otro estilo de hacer política, también empezaron a enfilarse Juan Manzu y Alicia Kirchner, por ejemplo. En definitiva, como ellos, muchos otros dirigentes del peronismo, de nivel nacional, provincial y municipal, saben que necesitan ser reconocidos también como parte de una política que expresa otras demandas sociales diferentes. En González Chávez, provincia de Buenos Aires, ganó Marcelo Santillán por el FpV. En su discurso de asunción dijo que la gestión no basta, que la gestión eficiente es lo mínimo y que es necesario que la gente sea feliz e impulsar un la educacion como forma de progreso social. Por eso, continuó, la administración del municipio se dividirá en dos: la gestión tradicional para la solución de los problemas básicos y fundamentales, y otra (a cargo del propio intendente electo) que sólo trabajará para “darle felicidad a la gente”. Acá hay un peronismo que quiere sobrevivir, sin perder identidad, pero reconociendo los cambios.

Finalmente, están los intendentes de partidos del conurbano (Insaurralde, Cascallares, Gray, Zabaleta, Katopodis, Menéndez, Nardini) que tienen autonomía y densidad política y suficientes cantidad de votos para esperar las discusiones y replanteos de posiciones de fuerza dentro del peronismo. Estos intendentes, al final, serán pragmáticos. ¿Por qué? Porque ya lo han demostrado discursivamente: la gestion es signo de “vida”.

En este panorama, la pregunta que debería hacerse el peronismo es si puede continuar jugando a ser un “movimiento” que representa a todos y a cada uno de los espacios sociales y culturales de la Argentina, o tiene que volver a buscar una estructura de “partido” que le permita ordenar el mensaje y exponerse como un ente más uniforme, que exprese las demandas populares del siglo XXI. Porque uno de los problemas más graves del peronismo, es pretender expresar una demanda de trabajo obrero en un país sin obreros. ¿Cuál es la demanda que expresa el peronismo hoy? ¿Puede el “movimiento” empezar a ordenar sus acciones en forma de un “partido”?

El peronismo nació como “populismo organizado”. Eva representó ese rasgo populista, de conexión directa con la sociedad, mientras que el General Perón, le dio una estructura originada en su experiencia militar. ¿Cuál es hoy la combinación entre populismo y organización, entre movimiento y partido que necesita el peronismo si quiere ser competitivo en las próximas elecciones?

Estas son algunas de las preguntas estratégicas que deberían hacerse el peronismo si quiere no perder terreno definitivamente ante la nueva política del Presidente Macri. Veremos si lo logra.

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  • 3
    justiciasocial
    30/12/15
    11:08
    olvidense de este muchacho, fue el operador del juego para codere.
    Responder
  • 2
    adelanteradicales
    18/12/15
    20:50
    Este tipo no se si es peronista o radical, pero hace un examen muy imparcial y preciso de lo sucedido, del cuadro de situaciones y de lo que precisa el peronismo. Muy bueno
    Responder
  • 1
    Alberto Izpura
    17/12/15
    20:40
    EL PERONISMO MURIÓ CON PERÓN, COMO TODO MOVIMIENTO PERSONALISTA, QUEDANDO EL JUSTICIALISMO QUE NO EXACTAMENTE LO MISMO. EL RESTO, SOLO BANDAS DE HDP QUE SE HACEN LLAMAR PERONISTAS PARA QUE LA GILADA LOS VOTE!!!
    Responder
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