Gonzalo Paz nació en Argentina pero vive desde hace 20 años en Estados Unidos y hoy pasa sus dÃas en Washington. Doctor en Ciencia PolÃtica, enseña e investiga en el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown y sigue con detalle la polÃtica norteamericana. Su mirada no es la de un mero analista que sigue la coyuntura sino que se asienta sobre los procesos de fondo que la explican.
En diálogo con LPO, Paz ubica la debilidad de la administración Biden en un proceso global que convierte en un factor negativo lo que durante años aparecÃa como una ventaja: estar a cargo del gobierno, en un contexto de alta inestabilidad. Además, habla de cómo incidirÃa la candidatura anticipada de Donald Trump en un escenario polÃtico que aparece muy problemático para los demócratas y analiza las razones del voto latino en Estados Unidos.
Biden tiene la inflación más alta en cuatro décadas, no puede avanzar en el Congreso con reformas y las encuestas le dan por perdidas las elecciones. ¿Por donde pasan las chances que tiene de revertir esta situación?
Es una gran pregunta para un consultor o un jefe de campaña. El eje del debate hoy es la situación económica y, para decirlo en términos de calle, lo que te pasa cuando vas a cargar nafta o tenés que llenar el changuito. Eso es muy fuerte. Hay alguna especulación sobre nuevos fallos de la Corte que se constituyan como un nuevo eje, particularmente en algunos sectores más progresistas y entre las mujeres. Después de varios años, de la campaña muy fuerte del "Me Too", vino un fallo tan contrario a esa voluntad que se expresaba a nivel social y algunos piensan que eso puede cambiar el eje de la elección. Hay que tomarlo con pinzas. Pero hay que tener en cuenta que un factor que se analiza mucho en las elecciones norteamericanas es el entusiasmo que tiene la gente para ir a votar o para quedarse en su casa.
¿Cómo podrÃa influir en este caso?
En general, los republicanos tienden a ir más a votar y son más disciplinados, hay mucha gente más grande y hay razones para que todo el mundo se sienta obligado a sentar posición. La cuestión de energizar o estimular a la base es fundamental. El otro tema son las audiencias del 6 de enero, que han atraÃdo una atención del público muy grande y una de sus consecuencias tiene que ver con la decisión de Trump de volver a presentarse o no como candidato a presidente en 2024. El factor central es si decide presentarse antes o después de las elecciones de medio término. La sensación es que Trump podrÃa anunciar su lanzamiento antes y que lo harÃa incluso muy pronto para tratar de contrarrestar las imágenes que surgen de las audiencias del Congreso. Eso aclararÃa el campo también entre los republicanos, porque puede disuadir a algún candidato de presentarse o forzar a algún otro a hacerlo.
Lo que se ve es que la sociedad exige respuestas al gobierno ante el costo de vida y eso explica la baja popularidad de Biden.
Ser el que está a cargo del gobierno históricamente ha sido considerado un factor que ayuda a continuar. Uno tiene minutos en los medios, controla buenos recursos y eso los demócratas lo subrayan mucho. El problema es que la polÃtica mundial en los últimos años ha estado en contra de los incumbent. Es más, uno podrÃa compartir la hipótesis más que razonable de que ser incumbent hoy en dÃa es una desventaja.
¿Hay algún otro aspecto -hoy no contemplado- que podrÃa salvar a Biden de una derrota que lo convierta en minorÃa en las dos cámaras?
Después del censo 2020, se tienen que rearmar los distritos electorales en todo el paÃs y esta va a ser la primera elección que va a tener lugar con el nuevo mapa de distritos electorales. El nuevo mapa va a ser el que se va a usar en las presidenciales de 2024. El Congreso es el gran igualador entre Alaska y California o Texas. La actualización es un factor muy importante para las elecciones que vienen. Un tema ligado a ese es el del gerrymandering, los lÃmites que se fijan de forma tal de minimizar o maximizar la cantidad de distritos que podrÃan ganar el gobierno y la oposición. Eso es un gravÃsimo problema. Cada uno fideliza el electorado propio y hay pocos incentivos para interactuar y negociar: al contrario, el sistema tiene incentivos que retroalimentan la polarización.
Las dudas con Kamala: el plan B de los demócratas si Biden no compite por su reelección
Según una encuesta del New York Times y la universidad de Siena, el 64% de los demócratas quiere otro candidato. ¿Qué importancia le atribuye a esos números y qué significarÃa que Biden se autoexcluya con tanto tiempo de antelación?
Los números de esa encuesta son muy bajos. En otras da bajo, pero no tanto, 38 o 39%, por ejemplo en la de PolÃtico. Pero lo que no se tiene en cuenta es que si el contendiente de Biden fuera Trump, Biden ganarÃa por 2 puntos. Es interesante ver cómo la candidatura de Trump energiza a los demócratas y genera una resistencia muy alta. Ahora bien, Biden no puede hacer otra cosa que decir que va a ser candidato porque si no serÃa un lame duck o pato rengo, lo que será probablemente si pierde las dos cámaras.
Nunca un presidente se baja antes de tiempo pero se trata de una situación excepcional. ¿Puede haber una novedad en ese sentido?
Es que hay otro problema muy importante: hay que ver quiénes serÃan los otros posibles candidatos demócratas si no fuera Biden. Porque Biden tendrá todos los problemas que tiene pero ganó una elección presidencial. ¿Hay candidatos que sean mejores que él?
Kamala Harris está muy asociada al gobierno de Biden y sin embargo es mencionada, lo que da cuenta de ese problema. ¿Hay alternativas reales?
Los vicepresidentes no tienen mucho poder en Estados Unidos pero venimos de vicepresidencias importantes. La de Dick Cheney fue muy importante, para algunos fue la vicepresidencia más poderosa de la historia en Estados Unidos. Tuvimos la vicepresidencia de Biden, en la cual Obama confió muchos temas y Biden tuvo un lugar importante. Y en el caso de Trump, Pence quedó absorbido por el volumen del presidente, pero siempre estaba ahÃ, siempre era una referencia, siempre era un contraste y su última jugada fue no convalidar el intento de Trump para no reconocer la victoria de Biden. Frente a esos tres vicepresidentes, el papel de Harris no es descollante. Es cierto que Biden le pidió dos o tres cosas nada fáciles: que se hiciera cargo de América Central, el tema de la inmigración, temas muy difÃciles de manejar, pero la verdad es que hasta ahora no ha tenido un rol descollante. Y estos son los años para mostrarse y ser una figura importante. Hay otros candidatos como el gobernador de California (Gavin) Newsom o la gobernadora de Michigan (Gretchen Whitmer) pero todos arrancan desde muy abajo frente a una figura como Biden que tiene décadas de instalación polÃtica.
La pregunta es si el castigo va a ser para el presidente o si van a ser los demócratas en general los que van a pagar por la elevada inflación y la posible recesión.
En general, a la hora de votar en Estados Unidos, se miraba mucho la tasa de desempleo, que hoy es del 3,6%, es una situación técnicamente de pleno empleo. Sin embargo, la inflación tiene un impacto tan grande que ese indicador histórico no sirve para pronosticar el resultado de las elecciones. Muchos demócratas dicen que la baja popularidad del presidente no necesariamente se va a transferir a los Estados. Hay elecciones de gobernador y las encuestas auguran que los demócratas van a tener una buena performance en esa competencia. Hay que dejar un espacio a la posibilidad de que estos factores tengan su peso.
¿Qué papel juega hoy la izquierda demócrata de Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortéz? ¿Debilitan a Biden o captan el descontento?
La sabidurÃa convencional indica que las elecciones internas en los partidos norteamericanos se ganan yendo más hacia los extremos del espectro polÃtico y las generales se ganan yendo hacia el centro. Ahora lo que está pasando en Estados Unidos hay que ponerlo en el contexto de lo que pasa en Occidente. Muchas encuestas fracasan y hay que fijarse en la última reunión de la NATO en Madrid. Johnson ya no es más el primer ministro, Draghi acaba de renunciar, Macron está en una situación complicada y el PSOE perdió las elecciones escandalosamente en AndalucÃa, el "caladero" tradicional de votos socialistas. Si los juntáramos de nuevo, serÃa una cumbre diferente. Hay un estado de desafección con respecto a la polÃtica en todo el mundo.
Estar en un puesto de responsabilidad hoy en dÃa es mucho más difÃcil de lo que era hace 10 años o más. Hay un cuestionamiento muy severo hacia lo establecido y esto llega incluso a la ciencia. La izquierda (pero también la extrema derecha) buscan captar ese descontento en muchos paÃses. En Estados Unidos, el progresismo tiene un espacio amplio y muy innovador, pero a la vez le cuesta evitar ser rotulado como comunismo y eso se transforma automáticamente en una descalificación que funciona con alta eficacia. De todos modos, en temas como los derechos de la mujer, cambio climático, salud, siguen siendo articulados por el ala izquierda demócrata, mucho más sensible a estos temas, y por ende con mas tracción entre los jóvenes. Por eso la oscilante voluntad de los jóvenes a participar de las elecciones es una variable tan importante.
Trump hoy aparece otra vez en lucha contra su propio partido y a la defensiva por las audiencias que investigan el ataque al Capitolio.¿Lo ve en declive o en busca de la revancha?
Un grave problema que tienen los que no comparten las ideas de Trump o incluso lo odian es que subestiman a Trump y eso es un error enorme. Nunca hay que subestimar a Trump ni a la conexión que logró tener con un número de ciudadanos muy elevado, más allá de que haya perdido la elección. Ahora, ¿cómo se entiende a Trump? Es una de las preguntas más difÃciles de responder en la polÃtica mundial hasta el dÃa de hoy. Una de las claves estuvo en un evento de su primera campaña, cuando afirmó que si mataba a una persona en la Quinta Avenida a la luz del dÃa, a él no le iba a pasar nada. Una afirmación de semejante magnitud, cuando en Estados Unidos uno se queda fuera de campaña por nimiedades, no le impidió llegar a ser presidente. A mà me dejó en estado de shock pero tuve que reconocer que tenÃa razón. Mucha gente lo tomó como demostración de que era una persona absolutamente sincera, auténtica, y decÃa realmente lo que pensaba.
¿Piensa que la candidatura de Trump puede complicar a los republicanos y eso lo están viendo algunos de sus ex colaboradores como Pence, Pompeo y Bolton?
Para el liderazgo republicano actual, serÃa muy importante que Trump demorara su candidatura para después de las elecciones de medio término e incluso no se presentara y que todo el foco siguiera concentrado en la inflación, en el surtidor de nafta y el changuito del super. Cualquier cosa que cambie la conversación no va a ser bien recibida por los jefes de la campaña republicana. Si hay una facción importante de los republicanos, gente mayor con ese orgullo cÃvico que era caracterÃstico de Estados Unidos, si el 5 o 10% se negara a apoyarlo, Trump podrÃa perder las elecciones porque todo se decide por porcentajes relativamente chicos. Biden le ganó por millones de votos a Trump pero el porcentaje fue menor. Lo mismo pasarÃa si una figura republicana de peso como por ejemplo Liz Cheney decidiera tener una candidatura por fuera del partido republicano.
En este contexto, vuelve a ser decisivo el peso de los latinos y uno puede ver que los republicanos lo vienen disputando con éxito en lugares donde antes perdÃan.
El voto latino es un fenómeno muy importante y muy interesante. Una parte de ese voto latino ya es de segunda o tercera generación, tiene nombres latinos pero funciona de manera similar a los demás. Los republicanos siempre han logrado tener alguna entrada en el voto latino a partir de los temas de religión y familia. Hay latinos que desde ese punto de vista son más conservadores. Muchos han venido de paÃses de América Central en los cuales hay un proceso de expansión de las iglesias evangélicas que ya lleva muchas décadas. Ese voto evangelico conservador también encuentra un canal de expresión polÃtica en los republicanos. Si uno piensa solo en términos económicos, puede creer que la mayorÃa de los latinos acompañarÃa a los demócratas pero, cuando introducimos estos factores, queda todo enredado en lo que acá se llama las guerras culturales. Por otra parte, las elecciones no se juegan solo el dÃa que se vota sino durante meses y años. Esta elección ya se está jugando hace rato en lo relacionado a quién puede votar y quién no.
¿A qué se refiere?
A las categorÃas que definen en este tema crucial: quién tiene documentos y quién no, qué tipo de documentos se van a exigir como prueba de identidad una vez que uno va a una mesa de votación el dÃa de la elección. Son cuestiones muy importantes porque van recortando el universo posible de votantes y, cuando hablamos del voto latino, esta discusión es muy relevante y afecta mucho a la comunidad latina. Debido a este recorte, el potencial polÃtico de la comunidad latina nunca se ha expresado en su plenitud y no sabemos si algún dÃa se va a llegar a ese punto. Los latinos son muy importantes en muchos Estados donde ha ido cambiando la demografÃa y eso ha alterado el dominio polÃtico de los partidos en esos Estados. Pero hay un recorte importante que se hace antes de la elección y define realmente quiénes son los que pueden y van a ir a votar.
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A Trump se le fué la mano durante las ultimas elecciones y ganó mas gente que no lo va a votar por tratar de salirse del control de las instituciones.
Tiempo de cambios para el pais que pretende mantenerse como lider mundial.
A este "analista" le falta mucha calle y/o lo ensobran los demócratas.
Hablando con latinos que viven en usa te comentan el desastre en el día a día de la "administración" biden.
Se presente cuando sea Trump les gana caminando a los demócratas y si es biden el candidato lo aplasta, el único problema es que vuelva el fraude electoral.