Los cambios definidos este fin de semana en el comité federal del PSOE señalan el camino a transitar para un año plagado de desafÃos. Los socialistas aspiran a terminar la legislatura con una serie de logros sociales y una remontada en las elecciones municipales y autonómicas antes de llegar a las generales, contra los pronósticos que auguran un auge del PP y el desgaste del gobierno de coalición.
La irrupción de MarÃa Jesús Montero es clave. La ministra de Hacienda es una figura de consenso dentro del partido y tiene por delante negociar unos presupuestos que deberán conjugar el compromiso de aumentar el gasto en defensa e impulsar la agenda social que reclaman los socios de coalición y los aliados en el Congreso. A la vez que será el nexo entre Moncloa y Ferraz, la dirigente sevillana tiene como misión reducir al mÃnimo las posibles tensiones entre los socialistas y los morados.
Los números no cierran y Sánchez aprovecha la salida de Lastra para relanzar al PSOE
En un gesto para el electorado y en clave interna para Unidas Podemos, Montero adelantó que esta semana presentará en el Congreso una proposición de ley que prohÃbe a los bancos y las empresas energéticas el traslado a los consumidores de la carga que implican los impuestos extraordinarios anunciados por Sánchez. Por el momento, el giro del PSOE hacia la izquierda contentó a Unidas Podemos, un objetivo que era primordial para el presidente.
A pesar de que Isabel RodrÃguez y Emiliano GarcÃa-Page insistan en que los cambios en la cúpula del partido no responden a fines electorales, lo cierto es que los resultados en Madrid, Castilla y León y AndalucÃa son una alarma para los comicios por venir. La designación de Montero es un guiño a los socialistas andaluces, pero el resto de los nombramientos sigue la misma lógica: reforzar al PSOE en los territorios.
Patxi López, exlehendakari durante la era Zapatero, será el encargado desde la portavocÃa del Congreso de contrarrestar los embates de las derechas contra la alianza del gobierno con EH Bildu. Su legado como uno de los artÃfices del fin del accionar terrorista de ETA le confiere una autoridad capaz de blindar las crÃticas. El talante dialoguista y la aceptación de los dirigentes socialistas es un plus. Que sea un referente en el PaÃs Vasco les otorga proyección a las tentativas electorales del PSOE, aunque las autonómicas vascas estén previstas recién para 2024.
La ministra de Educación, Pilar AlegrÃa, asumió como portavoz nacional del partido. A poco de debutar, defendió las polÃticas redistributivas del Ejecutivo, dijo haber recabado un apoyo clave de "uno de los máximos dirigentes de una entidad financiera de este paÃs" al impuesto extraordinario y cargó contra Alberto Núñez Feijóo, al que comparó con Mariano Rajoy. Incluso apuntó a Isabel DÃaz Ayuso tras el anuncio de las becas para estudiantes con rentas familiares superiores a los 100.000 euros en Madrid.
AlegrÃa, que en su momento respaldó la candidatura de Susana DÃaz, es una demostración de que Sánchez aspira a un PSOE unido y aparatado de viejas rencillas. Y como aseguran fuentes del partido a LPO, la dirigencia socialista, desde el gobierno y el partido, buscará capitalizar las medidas sociales dentro de la coalición. En otras palabras, disputará la agenda social a UP. Para eso Sánchez necesita una formación ordenada bajo su liderazgo.
El presidente ha dado indicios de que la lealtad no es personal sino hacia el partido. AlegrÃa estuvo con DÃaz y López se les enfrentó a ambos en las primarias de 2017. Santos Cerdán, próximo a Sánchez, continúa al frente de la secretarÃa de Organización, si bien será custodiado por Juan Francisco Serrano, un diputado de 34 años de Jaén, un gesto hacia AndalucÃa, donde el partido fue castigado en las urnas y precipitó una puja entre Cerdán y Lasta. En este caso Sánchez concedió una salida salomónica.
Sánchez balancea asà el llamado "núcleo duro" del PSOE. A Cerdán, AlegrÃa, Montero y Patxi López se suma Óscar López y Miquel Iceta -ninguno inclinado hacia Sánchez en 2017-. Pero serÃa erróneo pensar que Sánchez no hará pesar su liderazgo y en la impronta que quiere para el gobierno. En ese sentido, Félix Bolaños cobra más contundencia dentro del cÃrculo de confianza del presidente.
Hay ministros y portavoces en el lugar donde se decidirán los próximos pasos, o sea, ejecutores y comunicadores, figuras con volumen polÃtico, leales al presidente y "socialistas del PSOE", un partido más plural y que se espera con más creatividad para lanzarse al plan de retener Moncloa más allá de 2023.
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