El presidente partió este viernes rumbo a Guatemala para participar de la asunción de Bernardo Arévalo de León, el nuevo mandatario del paÃs centroamericano, donde mantendrá una reunión con el canciller taiwanés Joseph Wu en la mañana del sábado, el mismo dÃa en que la isla define su próximo gobierno en medio de las crecientes tensiones con China.
El encuentro, el primero en la agenda de Santiago Peña, no solo responde a cuestiones protocolares o a la relación privilegiada con Taiwán, sino que es un espaldarazo a uno de sus principales aliados en el mundo. La elección de este fin de semana será crucial para Taiwán y marcará la relación con Beijing en los cuatro años por venir. La lÃnea se hace cada vez más fina en el estrecho que separa a la isla del continente.
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En su discurso de año nuevo, Xi Jinping lanzó una advertencia que sonó más a una amenaza directa. La reunificación, dijo el presidente chino, es "una inevitabilidad histórica". Bajo su liderazgo, Xi comprometió al Partido Comunista a trabajar por la recuperación de la isla, que Beijing considera una "provincia rebelde", incluso por medio de la fuerza. El correlato internacional de esa ambición es la polÃtica de "una sola China", es decir, el desconocimiento de Taiwán como un paÃs independiente en favor de la República Popular de China.
Paraguay es uno de los 13 paÃses que reconocen a Taiwán -oficialmente la República de China- y Guatemala es otro, por eso el cara a cara entre Peña y Wu en la capital guatemalteca. El gobierno no se expresó sobre las elecciones porque su vÃnculo con la isla va más allá de la administración de turno, en un sistema caracterizado por la alternancia de partidos, pero el presidente está obligado a seguir de cerca el proceso.
Las últimas encuestas muestran un resultado cerrado entre el actual vicepresidente Lai Ching-te, del oficialista Partido Democrático Progresista (PDP), y el exalcalde de Nueva Taipéi, Hou Yu-ih, del nacionalista Kuomintang, la formación que luchó contra Mao en la guerra civil china y tras la derrota contra los comunistas dominó la polÃtica taiwanesa por décadas. Lai parte con ventaje, de ahà las declaraciones de Xi.
La actual presidenta Tsai Ing-wen reforzó la lÃnea dura contra China y muchos taiwaneses creen que jugó con fuego con su discurso pro independentista. Es que el PDP reivindica la identidad taiwanesa, alejando a la isla cada vez más de su relación con el continente, y agitó la posibilidad de una invasión por parte de Beijing.
En cambio, el Kuomintang es proclive a un vÃnculo armonioso y más o menos normalizado con China. Los nacionalistas saben que la independencia es una lÃnea roja que solo llevarÃa a Xi a decidirse por una intervención militar. Hou, que no pudo aglutinar a la oposición detrás suyo -lo que lo habrÃa acercado a un triunfo asegurado-, es una figura más centrista dentro del campo de la derecha y aspira a una relación más constructiva con China, aunque sabe que el paÃs cambió y las advertencias de Xi deben ser tomadas en serio.
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En este contexto, Peña busca enviar un gesto a la isla, pero también a Estados Unidos, que intenta contener las tensiones en el Estrecho de Taiwán. El secretario de Estado, Antony Blinken, recibió este viernes en Washington a Liu Jianchao, el jefe del Departamento de Enlace Internacional del Partido Comunista Chino, para llevar algo de calma en la vÃspera de la elección. Aunque no hay reconocimiento oficial, EEUU es el aliado principal de la isla, aunque tiene que balancear la cuestión con Beijing.
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