Barack Obama se irá del país sin haber mejorado la relación con los organismos de derechos humanos, mucho más luego de haber admitido que en los 70 Estados Unidos priorizó el combate al comunismo por sobre los derechos humanos en los países de Latinoamérica.

“Es cierto es que en los años 70, el reconocimiento de los derechos humanos, o sea, cuál era nuestro enfoque con respecto a la diplomacia, a nuestra política exterior, era tan importante como el hecho de luchar contra el comunismo, o sea, cuál fuere nuestro objetivo a largo plazo”, respondió Obama.

Fue ante una pregunta del periodista de La Nación Martín Dinatale acordada con el resto de los cronistas argentinos, que coincidieron en exigirle a Obama un enfoque de los años más sangrientos del país.

Y a su manera, el presidente de Estados Unidos admitió que en aquellos años el Gobierno de su país consideró un mal menor las dictaduras militares si ayudaban a evitar la propagación del comunismo.

Después admitió que hubo una “autocrítica” y en la Casa Blanca se empezó a valorar para siempre la democracia. Era cuestión de prueba y error.

La confesión estuvo lejos de conmover a los organismos de derechos humanos, que ya habían confirmado su ausencia en la visita de Obama y Macri mañana al Parque de la Memoria, para homenajear a las víctimas del golpe miliar a 40 años de su inicio.

El Parque de la Memoria es un espacio creado por Macri a pedido de los organismos, pero aún así el ahora presidente no pudo conmoverlos a asistir junto al presidente de Estados Unidos.

Tampoco fue suficiente la decisión de desclasificar archivos de la dictadura ratificada esta tarde por Obama y Macri, aunque el presidente argentino se negó a aventurar resultados.

“No creo que ayude para nada que me adelante a decir qué vamos a encontrar. Esperemos, estudiemos la documentación y luego podemos comentar al respecto”, respondió, ante una consulta sobre sus expectativas.

Según pudo saber LPO, en los organismos desconfían de la utilidad de esos archivos, porque supieron que en casos así Estados Unidos suele desparramar papeles ilegibles de hace décadas.

Obama tampoco prometió grandes resultados. “Voy a hacer un esfuerzo para abrir nuevos archivos, voy a desarchivar varios documentos, los hemos desclasificado, pero por vez primera vamos a desarchivar los registros militares y de inteligencia en este aniversario”, dijo en su discurso introductorio. Por ese “esfuerzo” no sumó todos los amigos que pensaba. Y tal vez no le preocupe.