Ricardo Arriazu abordó todos los temas de la macroeconomía este miércoles en el 4° Congreso de Agentes de Bolsa y consideró que el primero elemento para entender el escenario postelectoral es saber si va a haber acuerdo con el FMI o no. "Si no hago acuerdo, paso a ser un paria de los mercados financieros internacionales, no puedo conseguir plata con otros organismos, el sector privado queda limitado en su acceso al mercado de créditos y claramente Argentina va a económicamente camino a Venezuela", aseguró.

"Sin reservas, sin acuerdo y sin nadie que me preste plata, voy a empezar a tener defaults uno tras otro y automáticamente voy a tener una situación en la que voy a tener más restricciones y al cabo de un tiempo voy a hacer una devaluación... es Venezuela, que le sacó trece ceros a su moneda por seguir ese tipo de camino", sintetizó.

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Sin embargo, aclaró que para él lo más probable es que sí haya acuerdo con el FMI. "Yo hasta la semana pasada le daba 10% de probabilidad y ahora, después de escuchar los discursos de estos días, le doy 20%", aclaró.

Con 5.000 millones de dólares de vencimientos con el organismo a mayo y 18.000 millones a pagarle en 2022, para él es casi seguro que Argentina acuerde con el organismo porque "ningún país del mundo puede pagar 18.000 millones de dólares, lo que sucede es que lo renuevan. El problema de Argentina es que, debido a nuestro pasado, a ser estafadores seriales, nunca nos renuevas", explicó y agregó que ni el mercado, ni China, Rusia e Irán van a financiar al país en ese monto. Por lo que, lo más factible es que se firme un acuerdo con el Fondo "porque es el único que nos renueva". Y agregó que: "Llegar a un acuerdo no es garantía de que las cosas vayan a funcionar".

Si no hay acuerdo, claramente Argentina va a económicamente camino a Venezuela

Así y todo, aclaró que un acuerdo de Facilidades Ampliadas (EFF) es el único factible para el país y que va a haber exigencias de reducción del déficit fiscal y de aumento de tarifas, pero que "la gran duda es la política cambiaria" y consideró que ni la flotación libre del tipo de cambio (que terminó en el Rodrigazo por la debilidad política) es solución para una economía argentina "que está dolarizada de hecho y pesificada por decreto", ni la flotación sucia porque los precios van a seguir subiendo mientras el dólar se mueva y puede desencadenar una "calesita de los precios".

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"Si yo quiero cambiar el tipo de cambio real, lo tengo que cambiar de la noche a la mañana, no lo puedo hacer de a poquito", resumió Ricardo Arriazu.

"La tercera alternativa, que en mi opinión es la única que no produciría un colapso, pero que es difícil es los programas de la década del ‘70. Es decir, se hace el ajuste cambiario que la gente cree que hace falta y automáticamente la política monetaria y fiscal es la que controla la posibilidad del escape, pero después no indexo el tipo de cambio". En otras palabras, primero la corrección tarifaria y del dólar generan inflación, pero el ajuste fiscal y monetario actúa como ancla para que se desbande la inflación.

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"El gran problema es si genera confianza o no hay confianza, eso se traduce en si hay demanda de los precios que voy a emitir y, si no hay confianza y emito, el esquema por definición no es estable. Es necesario hacer un programa que se base en regenerar confianza y bajar la emisión. La única manera de parar la inflación en la Argentina, siempre digo, es actuar las tres causas en simultáneo: eliminar el déficit fiscal, dejar de emitir, estabilizar el tipo de cambio nominal y romper con la indexación. La única forma de que la economía crezca es con confianza", concluyó.

Ahora estamos jugando una partida mucho más difícil. Hay más probabilidades que antes de ir a una hiperinflación

Entre muchas otras definiciones, el economista explicó que el problema de la percepción generalizada del atraso cambiario radica en que todos consideran que sus precios están atrasados y, de ser así, se cae en la paradoja de que ninguno está adelantado. En su opinión, el único precio que puede considerarse adelanto en el país son los impuestos, pero todos los demás lo que reclaman es el regreso a su máximo valor relativo: tarifas, prepagas, salarios, márgenes empresarios, dólar... y para darle a cada uno el tipo de valor adquisitivo que reclama se necesitan tres PBIs de Argentina. De allí que nada bueno puede surgir de entrar en la "calesita de precios" que llevó en el 75 tras el aumento del 150% de los salarios a la primera hiperinflación del país.

Arriazu: "Lo peor que pueden hacer es devaluar, las hiper se dieron tras fuertes subas del dólar"

Sobre este punto, recordó que en marzo de este año él se mostraba en contra de los agoreros de una hiperinflación, precisamente porque uno de los ingredientes de estos fenómenos es la falta de reservas internacionales en el Banco Central. Sin embargo, este año no es tan optimista, porque mostró las reservas netas  están en solo 1.832 millones de dólares y las líquidas directamente son negativas por 1.676 millones de dólares, como ya sucedió "muchas veces en la historia", cuando "el Banco Central usó dinero que no es de él" con una finalidad política específica como es el caso actual.

Y si bien no auguró una hiperinflación en 2022 sí dijo que "Ahora estamos jugando una partida mucho más difícil. Hay más probabilidades que antes", aseguró y mostró cómo el adelanto de exportaciones y de importaciones está sacando divisas de las reservas.