El congelamiento tarifario aceleró la primer gran operación en el sector: Marcelo Mindlin firmó este lunes la venta de Edenor al ex ministro menemista José Luis Manzano y su socio Daniel Vila, en una operación largamente anunciada que tiene como principal novedad la incorporación del empresario del cloro, Mauricio Fliberti, a las grandes ligas del negocio energético en la Argentina.

Filiberti es el dueño de Transcolor, la principal proveedora de ese producto a la estatal Aysa. Dueño de una fortuna considerable y muy cercano al líder del sindicato de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, la incorporación de Filiberti a este grupo empresario repite esquema de alianzas que viene tejiendo Manzano para convertirse en el gran ganador de las operaciones de venta de negocios problematizados por el contexto macroeconómico. En la compra de Walmart acercó al Sindicato de Comercio, por ejemplo.

Filiberti también tiene aceitados vínculos con Macri. En agosto pasado le prestó su yate, uno de los más grandes y lujosos del país, para que descanse unos días junto a Juliana Awada y sus hijas.

Este empresario también tiene sus vínculos con el macrismo y en el gobierno pasado solía compartir eventos glamorosos con el círculo más cercano a Macri. Estas relaciones encendieron algunas alarmas en la Casa Rosada, al punto que avisaron a Manzano que él debía hacerse responsable por su incorporación a la distribuidora. En Agosto de este año, Macri y Juliana Awada pasaron unos días en el yate de Filiberti, uno de los más importantes del país. "Digno de un jeque árabe", afirmó a LPO un empresario que lo conoce.

Nicky Caputo, Estéban Bullrich y Mauricio Filiberti.

La operación que se cerró en 100 millones de dólares -todo un símbolo de la caída de valor de los activos argentinos- fue comunicada como "hecho relevante" a la Bolsa de Nueva York y la Bolsa de Comercio, donde cotiza la distribuidora.

La transacción, sin embargo, debe esperar la aprobación del ENRE, que se descuenta, dada la cercanía de Manzano al actual gobierno peronista. Una vez superado ese trámite una asamblea de Pampa Energía, propietaria de las acciones de Edenor, confirmará la operación.

Manzano cierra así un capítulo importante de su conversión empresaria y se erige como un jugador inevitable en el sistema de energía de la Argentina. A sus empresas eléctricas provinciales, sumó meses atrás -junto a Gramercy- a la generadora Araucaria y ahora se queda con una de las dos distribuidoras más grandes del país. Como en casi todos los negocios que viene concretando Manzano, detrás de esta operación se menciona la presencia de distintos fondos del exterior.

La operación viene a confirmar además que más allá de sus cíclicas tensiones, Manzano y Vila siguen funcionando como una unidad a la hora de cerrar negocios. La supuesta división entre Energía y Medios que dejaron trascender estos históricos socios, no se confirma en la compra de Edenor.

A Mindlin la venta de Edenor le permite consolidar el balance de su nave insignia Pampa Energía, que sufría el lastre de las pérdidas de una compañía aprisionada por el retraso tarifario y las demoras en los pagos del Estado. Para el 2021 los técnicos de Edenor estimaban una pérdida que rondaría los 70 millones de dólares. La distribuidora desde que Mindlin la compró, nunca pudo repartir dividendos.

Sin más, el pesado miércoles, Edesur y Edenor se reunieron con la provincia de Buenos Aires por las deudas pendientes. Y este domingo se supo que Edenor y el ENRE cerraron un acuerdo por las facturas de luz pendientes por el alumbrado público y privado en las villas del conurbano. Son unos 3143 millones que se anunció, se destinarán a la reinversión en infraestructura en esas mismas áreas. Desde 2017, el Estado había suspendido el pago por el servicio que reciben unas 150 mil familias en 500 asentamientos.

La venta de Edenor le permite a Mindlin consolidar el balance de su nave insignia Pampa Energía, que sufría el lastre de las pérdidas de una compañía aprisionada por el retraso tarifario. Para el 2021 Edenor estimaba una pérdida de 70 millones de dólares. Mindlin nunca pudo repartir dividendos de la distribuidora.

Pampa Energía adquirió la totalidad de las acciones Clase A de Edenor en septiembre de 2007 mediante un intercambio accionario (por unos 400 millones de dólares) y desde entonces -y desde hace 19 años- la empresa jamás tuvo ganancias que se tradujeran en reparto de dividendos. Actualmente, casi el 52% de la empresa sigue en manos de Pampa, el resto está en acciones clase B en manos de la Anses y también de inversionistas minoritarios que compraron las acciones lanzadas en octubre de 2007.

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Para el año próximo, fuentes de la compañía, aseguraron que se proyectan pérdidas por hasta 70 millones de dólares y en el año 2022, la empresa deberá hacer frente a una deuda colocada en el mercado en el año 2010 por más de 98,2 millones de dólares. 

Para Pampa, es la oportunidad de liberar los recursos que le demanda el sostenimiento de Edenor para concentrarse en su actividad principal que es la generación. La compañía tiene inversiones a desarrollar en vaca Muerta y acaba de ganar en la licitación del nuevo Plan Gas. Y también le da más espaldas para hacerse un activo que hace rato tiene en la mira: la Central Térmica Ensenada de Barragán que IEASA (ex Enarsa) tiene a la venta desde 2017 y que está trabada por una discrepancia con el gobierno por su valor.