Seguridad
La zanja de Berni
Por Jorge Luis Vidal
La pérdida de proactividad, prevención y anticipación al delito en territorio de la provincia de Buenos Aires nos transporta a la historia antigua de la Buenos Aires de 1870, donde la logística estática en seguridad era lo único a lo que se podía aspirar como medida de gobierno.

Un nuevo invento intentará paliar la inseguridad del Conurbano. Es presentado como la solución que hará retroceder a las hordas de motochorros, delincuentes a plena luz del día.

El brillante desarrollo se trata de una garita policial -¡qué original!- pero elevada en las alturas, gracias a un mecanismo de patas y escaleras, desde la cual el vigía indicará la evolución del delito a las unidades cercanas. O dormirá la siesta, o subirá videos o fotos, o podrá chatear a gusto con sus conquistas amorosas.

Sí, en pleno siglo XXI, la solución para la seguridad de los bonaerenses consiste en... elevar un atalaya para ver la llegada del malón. 

Ya se probó hace más de un siglo... y también fracasó

El ministro de guerra Adolfo Alsina, en 1876, propuso construir una gran zanja desde casi Bahía Blanca hasta el sur de Córdoba, como solución a las invasiones indígenas.

Ahora bien, en el año 2021, el Ministro de Seguridad Sergio Berni, abogado, médico asimilado al ejército, inaugura esas latas de avistaje para controlar a los delincuentes. En sus 17 meses de pobre gestión sólo nos ha mostrado la chapucería y falta de resultados positivos, lo cual evidencia que el hombre poco y nada sabe de esto.

Quizás también entre su equipo el ministro Berni cuente con un arquitecto/Ingeniero cual el francés Alfredo Ebelot, quien realizó en aquella época el trazado de la zanja, determinando lugares de fortines y comandancias con mangrullos, y más aún, quizás tenga la suerte de contar entre las fuerzas policiales un general como el otrora Conrado Villegas que supervise en parte la construcción y profundidad de ésta.

La zanja de Berni

Berni sí sabe de marketing, allí donde hay una cámara, lo tenemos en el papel de duro, empuñando un arma, con chaleco de policía a la cual no pertenece, recorriendo con trajes de bioseguridad lugares donde el resto usa un barbijo, o en su moto a lo Terminator, siempre erudito en algo, menos en seguridad. El macho alfa necesita reafirmarse en su publicidad diaria, pero de resultados... ni hablar. Dicen que uno exalta en demasía lo que carece...

Una historia de fracasos

Hace años ya que, en la Provincia de Buenos Aires, la lucha seria contra el narcotráfico transnacional se abandonó en su totalidad. Ya pasó y se evidencio fuertemente durante la gestión de diversos ministros que acompañaron a Scioli. Y en la del ministro Ritondo y su equipo se notó aún más, ya que no comprendieron las palabras públicas y deseos de la gobernadora cuando esta decía y anhelaba seria y honestamente luchar contra las mafias y el narcotráfico. El resultado al finalizar la gestión ministerial fue que habían derribado 150 bunkers de ladrillo hueco y techos de chapa donde "grandes narcotraficantes" como doña Rosa y otros delincuentes soldaditos en chancletas vendían paco, pastillas y sobrecitos de coca. Todo eso expuesto como un índice de éxito de gestión. De desarticular grandes bandas narcos, y secuestrar de a toneladas la cocaína que surcaba la provincia, ni hablar. Décadas perdidas.

Hoy el actual ministro de Seguridad cerró definitivamente los ojos a la inmensa autopista del narcotráfico que venimos siendo desde hace muchos años. A la Nación también vale el reclamo muy especialmente.

¿Por qué sucede esto?

A la espera estamos aún, luego de más de año y medio de asumido como ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, de un Plan Integral de Seguridad y Convivencia, más una anhelada y necesaria reforma y refundación seria y muy profesional de la Policía Bonaerense

Con una fuerza policial mal ordenada y desplegada en terreno, que no lo comprende ni obedece en sus bases ejecutivas, como así también con los integrantes de una cúpula cascoteada entre ellos mismos por las múltiples razones que se pueden inferir y que el ministro permite, la nave va, la moto del ministro sigue funcionando sin mostrar una buena performance

En verdad, y como uno lo ve, se le escapó la tortuga. Y esta huida se produjo aún con la ayuda de la pandemia.

Por el contrario, distintos países de Latinoamérica se han mostrado exitosos en su accionar contra contexto similares -o peores- que el del Conurbano.

Las experiencias exitosas

En México, y en un contexto de inseguridad extrema, en 2010 se lanzó el plan "Todos Somos Juárez" de intervención urbana, con implicación de los tres niveles de gobierno: nacional, estadual y municipal. Se basó en tres pilares: la participación de la ciudadanía, el abordaje integral de las distintas causas del delito, y la corresponsabilidad de los distintos niveles de gobierno. El resultado fue la disminución dramática de los homicidios por un tiempo determinado en un país donde los guarismos de muertes violentas se mantienen por encima de los 30 mil por año.

Tanto en Curitiba, Brasil, como en el Aguascalientes, México, se aplicó la metodología de la "línea verde", donde la participación ciudadana se conjugó con el abordaje espacial de las zonas inseguras. Se usó un modelo de prevención situacional del delito, como el de acupuntura urbana: identificando la infraestructura urbana necesaria para la convivencia social, se previnieron activamente las conductas de riesgo, violencia y marginalidad.

Ni que hablar de Colombia, y su ciudad icono que fuera la otrora más peligrosa del mundo como lo fue Medellín, que redujo homicidios en los últimos 20 años de los casi 400 a 24 cada 100 mil personas por año. Todo un trabajo social cultural hermanado con las buenas prácticas y políticas de seguridad y convivencia.

Las policías más profesionales de América vienen trabajando en la capacitación y formación continua del personal policial, en la inteligencia delictual y criminal, y en la predicción del delito mediante la tecnología ahora disponible, acompañados por la realización de serios planes integrales de seguridad operativos para desplegar en zonas geográficas específicas.

Aquí, como medidas de prevención y para combatir el delito incorporamos lo que sería un desarrollo innovador, reconocidamente inútil pero igual adquirido en cantidades por las gestiones de Granados, Ritondo y como no podía ser de otra manera y con ganas de tirar el dinero, por el actor Sergio Berni.

¿Qué decirle, ministro? Le doy una idea para colaborar y para que pueda seguir sembrando estas inútiles torres dormitorio. Tendrá que desplazar las departamentales policiales actuales y darle paso a esa moderna idea de 1876 creando los fortines y comandancias con foso y empalizada, por ejemplo, en Berazategui, Florencio Varela, Ezeiza, La Matanza, Merlo, Moreno, Morón, Jose C Paz y Escobar. Refuerce el área Oeste, que como ya en aquella época, siglo XIX, era la más complicada.

¿A quién se le ocurre elevar mangrullos de observación en villas o lugares del conurbano, cuando la tecnología desde hace años nos brinda la posibilidad de tener imágenes por medio de cámaras de CCTV como tienen todos los municipios? Recuerde ministro, la seguridad dista mucho de ser estática, es muy dinámica y cambiante, porque el delito lo es.

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