Guillermo Lasso atraviesa su peor momento desde que llegó a la presidencia de Ecuador. La derrota en el referéndum constitucional del 5 de febrero agudizó su situación y lo dejó sin alianzas y casi sin ningún margen de maniobra para implementar iniciativas políticas. 

La aprobación el comienzo del trámite para destituir a Lasso se aprobó el 16 de marzo pasado pero en la petición incluyeron disposiciones incorrectas de la Constitución y de la ley legislativa con respecto al juicio político del presidente. Las disposiciones citadas se referían a otras autoridades, lo que podría acarrear la nulidad de la solicitud porque no se cumpliría con el requisito de individualización de las causas para la acusación constitucional.

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Las irregularidades quedaron bajo el análisis de la Corte Constitucional que deberá confirmar la semana que viene si el texto es valido o no. La presión a la Corte no tardó en llegar, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) anunció "plantones", es decir, concentraciones para que la Corte falle a favor del juicio político. 

Una vez resuelto ese proceso, la oposición ecuatoriana dice que están los votos para sacarlo del cargo. Como adelantó LPO, la Asamblea Nacional dominada por la oposición correísta, indígena y de derecha no oficialista, investiga la responsabilidad de Lasso en el caso llamado "El Gran Padrino", una presunta red de corrupción y narcotráfico en empresas públicas de Ecuador que tendría involucrado al entorno más cercano del Jefe de Estado. 

Un importante armador del espacio de Rafael Correa dijo a LPO que "Lasso en la práctica está caído pero se sostiene por amarres con las Fuerzas Armadas y policía. La destitución está en marcha en la Asamblea pero hasta que no pase no me la creo. Ahora se está presentado el pedido de juicio político, faltan dos pasos más de aprobación para que regrese a votación". "Se supone que los votos están pero el gobierno los puede comprar. Es cuestión de semanas", agregó.

Por otra parte, una fuente de Pachacutik (el brazo político del movimiento indígena) planteó: "Creo que el gobierno no tiene capital político, y está manchado por el tema de corrupción especialmente sus lazos fraternales y familiares con Danilo Carrera".  

Lasso en la práctica está caído pero se sostiene por amarres con las Fuerzas Armadas y policía. La destitución está en marcha en la Asamblea pero hasta que no pase no me la creo. Ahora se está presentado el pedido de juicio político, faltan dos pasos más de aprobación para que regrese a votación

Otro escenario planteado por el espacio indígena y con el que coinciden el correísmo que ubica al vicepresidente Alfredo Borrero cómo sucesor de una eventual salida de Lasso, algo parecido cuando Alfredo Palacios sustituyó a Lucio Gutiérrez, para que construya un gobierno de transición y unidad nacional hasta las elecciones de 2025.

El vicepresidente Alfredo Borrero.

"Esto puede calmar a la ciudadanía, la situación es complicada. La otra es que Lasso maniobre y posibilite la muerte cruzada, la situación del país es extremadamente complicada", afirmó el indígena.

"Están los votos. Pero hay que recordar que tiene que pasar por la Corte Constitucional. La narrativa desde el gobierno es que el informe no está bien sustentado, con lo cual pone en espera a ver qué decide la Corte. Tiene 6 días para resolver", insistió. 

Lasso no tiene reconocimiento ni de sus aliados más cercanos, su salida es lo único que puede descomprimir y el vicepresidente está predispuesto a asumir el cargo para bajar la tensión

En el correismo dicen que hay condiciones para que el juicio político avance aunque remarcan que el gobierno esta poniendo dinero en los medios de comunicación y en las redes sociales para desprestigiar a las fuerzas políticas que impulsan el juicio político. "Lasso no tiene reconocimiento ni de sus aliados más cercanos, su salida es lo único que puede descomprimir y el vicepresidente está predispuesto a asumir el cargo para bajar la tensión", aseguró alguien cercan al ex presidente. 

Otro interrogante es saber que posición tomará Estados Unidos en un escenario de salida. Las fuentes consultadas por LPO afirman que en Washington lo único que quieren es la estabilidad, algo que Lasso no está logrando. "Es la misma razón por la que no jugaron en contra de Boric, Petro y Lula y hoy los consideran buenos aliados", enfatizó la fuente. 

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Esto sería el tiro de gracia para el presidente de Ecuador que soñó con reemplazar a Colombia en el rol de aliado principal de Estados Unidos ante el cambio de rumbo en Colombia. Lasso suele invitar a diversos funcionarios norteamericanos al país pero no hay reciprocidad. Alguien que estuvo con el ecuatoriano en China en el viaje que realizó en febrero del año pasado contó a LPO que en una cena, empresarios de su país le preguntaron las razones de ir a China en lugar de aliarse con la Casa Blanca. El ecuatoriano respondió: "Estoy cansado de darles señales y que no me den bola. China me da financiamiento para las obras, swap para sostener la dolarización y me invitan a sus fiestas principales. Estados Unidos no me da nada".

Por este dedicado contexto político y social, desde el gobierno argentino aseguran que la decisión de expulsar al embajador Gabriel Fuks por su presunto rol en la fuga de María de los Ángeles Duarte está movilizado por las enormes debilidades para afrontar una  crisis que podría sacarlo del poder. 

La semana que viene será clave, la Corte debe decidir en medio de una olla a presión que incluirá movilizaciones y concentraciones.