Los tiempos políticos se aceleran al calor de una crisis económica, social y política que se profundiza. Si bien faltan un poco más de 15 meses para las próximas elecciones presidenciales, en muchos distritos que se encaminan a realizar elecciones desdobladas, los contornos del proceso electoral ya se recortan en el horizonte.

En un contexto signado por las descarnadas y destructivas tensiones internas que jaquean al Frente de Todos desde hace meses, y ante una situación económica y social cada vez más compleja, tanto en el oficialismo como en la oposición los diversos actores políticos buscan posicionarse estratégicamente en un complejo y aun muy incierto escenario político-electoral para "sobrevivir" y llegar con chances al año próximo.

Por ello, ni siquiera el observador más desprevenido podría sorprenderse por la reciente movida de los 17 gobernadores y gobernadoras peronistas y aliados que se reunieron hace unos pocos días en la provincia Chaco, formalizando su constitución como un espacio con juego propio en la interna oficialista. Un espacio que, con una serie de reivindicaciones vinculadas al "federalismo" y reclamos y críticas explícitas al gobierno nacional, busca tomar una distancia táctica del Presidente y una autonomía "relativa" respecto a la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

La autodenominada "Liga de Gobernadores y Gobernadoras" pateó el tablero e introdujo un nuevo frente de tormenta en el ya complicado panorama del gobierno nacional. Se trata a todas luces de una movida que trasciende la reivindicación general de un mayor federalismo, y apunta a temas sensibles como la inflación, el conflicto por el desabastecimiento del gasoil, los conflictos gremiales y protestas de organizaciones sociales y, en definitiva, el reparto de los recursos nacionales más allá de lo previsto en la ley de coparticipación.

Al reclamo en favor de un plan antiinflacionario, las preocupaciones crecientes respecto a las demandas salariales de los gremios estatales y las protestas de organizaciones piqueteras que ya se hacen sentir con fuerza en varias provincias, se sumaron las críticas al manejo de los planes sociales. Bajo el eufemismo de reclamar un "mayor espacio de las provincias en las políticas efectivas de asistencia estatal", los mandatarios provinciales se subieron a la polémica que desató la más reciente intervención pública de la vicepresidenta, dejando en claro que no quieren quedar al margen del manejo de los recursos destinados a la "contención social". Más aún, conscientes de que los planes han venido creciendo en los últimos tiempos conforme se ha venido profundizando la crisis, recelan del creciente poder de las organizaciones sociales que los administran y que, en varios casos, juegan fuerte en las internas partidarias locales por fuera de los espacios liderados por los jefes provinciales. Un argumento parecido reproducen los intendentes, sobre todo en distritos grandes, como la provincia de Buenos Aires.

Así las cosas, más allá de los diversos reclamos, reivindicaciones y críticas que se desprenden del extenso documento suscripto por los mandatarios y mandatarias que integran la "Liga", en el fondo la discusión es eminentemente política. Los gobernadores buscan posicionarse como un factor de poder dentro del peronismo de cara a las próximas elecciones. En este marco, no sólo están decididos a adelantar el cronograma electoral en la mayoría de las provincias en un intento no sólo de despegarse del gobierno nacional y evitar el efecto arrastre de una gestión presidencial que cayó a los niveles más bajos de aprobación, sino de promover una candidatura presidencial nacida de sus filas, y por fuera de la disputa entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

Si bien consideran prematuro hacer jugar nombres propios, la elección de Jorge Capitanich como el anfitrión del lanzamiento del espacio no fue casual. En este sentido, son conocidas las aspiraciones del ex Jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, a las que se suma -por ahora, con un perfil más bajo- el sanjuanino Sergio Uñac.

Como si no fuera suficiente con las turbulencias económicas, que derivaron en la adopción de nuevas medidas en las últimas horas en un clima de desconfianza e inestabilidad de los mercados, se complejiza la trama política del Frente de Todos. Lo gobernadores metieron una cuña en la interna y, ante el seguramente frustrado proyecto reeleccionista del presidente y el posicionamiento de La Cámpora y otras organizaciones afines al kirchnerismo, están decididos a hacer valer el peso de lo territorial. Para el presidente, que alguno vez imaginó a los gobernadores como aliados y contrapeso de la influencia kirchnerista en su gobierno, se abre un nuevo frente interno.