Martín Guzmán anunció que viajará la semana próxima a Francia para renegociar el acuerdo con el Club de París, justo cuando en el gobierno se habla de un ultimátum de Alberto Fernández ante la falta de respuestas del ministro frente a la crisis económica.

La cartera económica anunció que Guzmán viajará el próximo miércoles a la capital francesa para mantener negociaciones formales con el club de acreedores para renegociar el acuerdo que selló en el año 2014 el gobierno de Cristina Kirchner.

El cierre de importaciones agravó la corrida y marca los límites del modelo de Guzmán

En el oficialismo llamó la atención el anuncio de Guzmán y en un sector lo interpretaron como una maniobra para poner a salvo su cargo, justo en momentos en que Alberto le habría dado un ultimátum para que logre algún resultado económico o, de lo contrario, lo desplazará.

En un sector del oficialismo dicen que la jugada no es nueva y que cada vez que el ministro percibe que su cargo corre riesgo, apura una negociación internacional para ponerse a salvo. Así, sostienen las fuentes, pone en un aprieto a Alberto que no puede echarlo en medio de negociación supuestamente crítica. 

En el oficialismo llamó la atención el anuncio de Guzmán y en un sector lo interpretaron como una maniobra para poner a salvo su cargo, justo en momentos en que Alberto le habría dado un ultimátum para que logre algún resultado económico o, de lo contrario, lo desplazará

El anuncio se dio además en la misma mañana en la que Guzmán se ausentó de manera sugestiva en la reunión de gabinete que encabezó Juan Manzur. El tucumano explicó que no asistió por estar manteniendo reuniones referidas a la corrida en los mercados.

La jugada de Guzmán se da además en medio de una presión muy fuerte de Cristina Kirchner, Sergio Massa y los gobernadores peronistas para que Alberto haga cambios en el gabinete económico, una manera sutil de decir que tiene que echar al ministro. El titular del Banco Central, Miguel Pesce, es el otro apuntado.

Manzur encabezó la conferencia de prensa posterior. ala reunión de gabinete a la que se ausentó Guzmán.

Telam

El ultimátum de Alberto le sirve para ganar tiempo frente a la presión de sus socios y para aparentar que la decisión será propio. El deadline de Guzmán podría ser mediados de julio, cuando se conozca el dato de la inflación de junio.

En el mercado creen que el dato de junio estará por arriba del de mayo, cuando fue de 5,1 por ciento. Tras el pico de 6,7 por ciento en marzo, el ministro había prometido un sendero decreciente hasta llegar a un 3 por ciento en octubre, lo que en la Rosada creían que le permitiría a Alberto relanzar su gestión y reflotar su proyecto de reelección.

Pero las estimaciones indican que en junio el dato estará por encima de mayo y Guzmán habrá perdido su principal carta. Esto al mismo tiempo que el mercado ya le mostró los límites a su modelo y comienza a tener serios problemas para financiarse, lo que ayer logró con ayuda del BCRA.

En paralelo, el FMI también empezó a incrementar la presión, ante las inconsistencias del plan de Guzmán. El organismo aceptó modificar las metas trimestrales para que mantener el acuerdo, pero le advirtió que mantiene las metas anuales. En tanto circula la versión de que el Fondo insistirá para que aplique una reforma del sistema jubilatorio que le permita una baja considerable del gasto.