Conoce desde hace más de una década a Greg Abbott, el gobernador republicano que acaba de ser reelecto para un tercer mandato en Texas. Trabajó con él en su paso por la Procuración General del Estado y llegó a ser su mano derecha años más tarde en la gobernación. Abbott la designó primero en el ministerio de Trabajo y después en el puesto más importante de su administración, la secretaría de Estado. Sin embargo, Ruth Ruggero Hughs es una abogada argentina de perfil técnico que prefiere no hablar demasiado de política y evita la exposición pública todo lo que puede. 

La historia y la política llevaron a que esta mujer latina nacida en Río Tercero, Córdoba, emigrara de muy chica con su familia y se criara en Estados Unidos sin perder el idioma español, que habla a la perfección. Hoy de regreso en el sector privado, Hughs vive en Austin y ejerce la profesión a unas cuadras del Capitolio en el que gobierna Abbott, el gobernador récord que viene de aplastar al demócrata Beto O'Rourke en las elecciones de la semana pasada y tiene una política de hierro en la frontera con México. Aunque su relación con Abbott y con sus colaboradores sigue siendo fluida, Hughs parece decidida a mantenerse al margen de la política. Entre sus clientes, hay grandes empresas que tienen activos en Texas y lo consideran uno de los mejores Estados para invertir.

¿Cómo empezó su relación con los republicanos en Texas?

En 2004 vivía en Nueva York y me mudé de regreso a Texas porque mi familia vivía acá. Antes de 2001, pensaba que podía subirme a un avión y ver a mis parientes, pero cuando cayeron las Torres Gemelas me di cuenta de que estaba viviendo muy lejos de mi familia. Mis tres hermanos y mis dos padres estaban todos en Texas. Entonces, regresé y conseguí lo que pensé que iba a ser un trabajo temporario en la oficina de la Procuración General. Pensé que iba a ser temporario porque en los estudios de abogacía se paga más en la práctica privada que en el ámbito público.

¿Cuál era su función?

La oficina representa todos los asuntos legales de todo el Estado de Texas y yo pasaba mucho tiempo en aviones, yendo a todos los rincones del Estado en donde había un juicio o estaba en la Corte. Yo hacía juicios, más que nada en la Corte Federal, representando a las agencias estatales. Tuve casos muy interesantes, importantes y eso me dio reconocimiento como abogada. Después, conocí a mi marido, tuve hijos y no quería viajar tanto en avión. Entonces, cuando iba a irme de la oficina me ofrecieron la oportunidad de ser parte del gabinete del gobernador y ayudar a supervisar las divisiones de juicios.

No es que se hayan mudado, muchos ya estaban. Texas era parte de México y los latinos son una gran parte de la historia de Texas. Siempre han estado y siguen estando. 

¿Cómo fue que la retuvieron?

Cuando mi hija nació yo no sabía que mi vida iba a cambiar. Tenía un argumento frente a la Corte del Circuito Quinto que de ahí vas a la Corte Suprema de Estados Unidos. Ella tenía tres meses pero yo no quería perder ese argumento y la lleve conmigo. Después tuve un juicio en el Este de Texas, que fue un juicio federal de una semana y también la llevé. Cuando regresé me encontré con una persona que estaba a cargo de las divisiones civiles y era muy cercano al gobernador. El se sorprendió mucho de verme con mi beba y lo habló con el gobernador. Entonces, decidieron encontrar una manera para que yo siguiera siendo parte del equipo.

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Pero usted ya había estado con Abbott en el tiempo en que era Procurador, antes de que fuera electo gobernador.

Sí, yo estuve como abogada primero como comisionada en una división y después como parte de su gabinete. Pero en 2010 me retiré del puesto para estar más con mi familia y trabajar con mi marido. Estuve cinco años afuera del gobierno, tomé un riesgo sin saber cómo iba a salir. Cuando Abbott fue electo gobernador, me llamaron para preguntarme si volvería a ser funcionaria. Primero fui como comisionada en representación de los empleados en el ministerio de Trabajo y después como ministra de Trabajo, que era un puesto por 6 años. Después, en 2019, el gobernador me pidió que asumiera como secretaria de Estado porque en ese momento necesitaba a alguien de confianza en esa posición.

Hasta que renunció el año pasado...

No es que me fui, ese puesto no es de largo plazo. El objetivo eran las elecciones presidenciales de 2020. En ese período había cinco elecciones previstas y a eso se sumó una pandemia que nadie esperaba. Estuve casi dos años en el cargo y me quedé porque el gobierno estaba tratando de aprobar leyes para que la gente tuviera más confianza en el sistema electoral. No me fui antes porque no quería que hubiera una confusión y quedara la impresión de que yo estaba en desacuerdo con lo que se venía haciendo en ese aspecto. Cuando por fin pude renunciar, algunos afirmaron que me había ido disconforme, pero no fue así. Realmente me siento muy orgullosa de haber sido funcionaria, hice lo que me propuse hacer y ahora estoy acá con una firma que tiene raíces profundas.

Abbott aplastó a Beto y ya es el gobernador más poderoso de la historia de Texas

¿Cómo es trabajar con un republicano como Abbott?

¡Es un encanto! Es una persona que inspira mucho, ha pasado por mucho en su vida y por eso creo que no da nada por sentado. Él espera mucho de él mismo y busca tratar muy bien a su gente. Quiere ser un servidor público y espera eso también de la gente con quien se rodea y trabaja para él. Las cosas que hace cuando no están las cámaras es para mí lo que más muestra qué tipo de persona es. Cuando yo era ministra de Trabajo, se le acercó un veterano y le comentó de un programa que estaban haciendo en otro Estado. Entonces, me pidió "Veamos qué están haciendo en otro Estado y asegurémonos de que nosotros lo vamos a hacer mejor". Siempre decía lo mismo, en todos los casos, porque había que ver cómo aplicar determinados programas a Texas. En el Este, el Oeste, el Sur y el Norte tienen otras necesidades y otras culturas y nosotros tenemos un Estado que tiene grandes ciudades pero hay que entender también que el 90% es rural.

La foto con Abbott en el estudio jurídico de Ruth Hughs.

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Usted recorrió todo el Estado. ¿Cómo describiría ese contraste entre las grandes ciudades donde está la mayor parte de la población y las comunidades rurales en Texas?

Parecen ser dos países. Somos uno de los pocos estados que siempre tiene la bandera de Estados Unidos y la bandera de Texas. Quizás porque teníamos nuestro propio país, pero todo ese espíritu pionero es algo que todo texano en cierta manera lleva y que la cultura genera. Sin duda, en las zonas rurales son mucho más tradicionales, muy religiosos, creen mucho en su independencia en relación a no ser regulados en el uso de armas por el gobierno, prefieren hacer cada uno su vida y no les gustan tanto los programas sociales.

Somos uno de los pocos estados que siempre tiene la bandera de Estados Unidos y la bandera de Texas. Quizás porque teníamos nuestro propio país, ese espíritu pionero es algo que todo texano en cierta manera lleva y que la cultura genera. 

¿Cómo es el apoyo de los latinos a Abbott en Texas?

Yo creo que va aumentando, de acuerdo a lo que indica el censo. También hay que notar que no es que se hayan mudado aquí. Muchos ya estaban: Texas era parte de México. Es parte de la esencia, de cómo estamos hechos. Es importante reconocer que siempre han estado y siguen estando. Los latinos en sí son una gran parte de la historia de Texas. Yo siempre me he sentido muy apoyada por el gobernador y mi español me ha venido muy bien, con la pandemia tuvimos problemas de suministro y tuvimos que trabajar mucho con México. Ahí, encontré que llegar a un entendimiento ayudaba, cuando uno podía manejarse en el idioma de la gente del otro partido.

¿Cómo se fue transformando Austin en los últimos años? ¿Por qué vienen las empresas a radicarse?

Durante la pandemia, cuando otros estados como California y Nueva York cerraron completamente y los chicos no podían ir a la escuela, sufrieron mucho las familias y las empresas. Aquí se buscó seguir todos los protocolos de salud, pero no cerrar toda nuestra economía y eso fue muy reconocido. Muchas compañías de California se mudaron a Texas, Hewlett Packard se mudó a Houston, Tesla vino a Austin, Toyota tiene su headquarter de Latinoamérica en la ciudad de Plano desde antes de la pandemia, Samsung que está desde hace muchos años en Austin acaba de hacer una inversión muy muy grande para semiconductores. Eligen a Texas pero en particular a Austin porque hemos estado desarrollando una ciudad de tecnología, somos una ciudad muy verde, seguimos en armonía con el río que tenemos cerca, tenemos el Capitolio y hay muchas ventajas de Austin.

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¿Cómo se ve Estados Unidos desde Texas? ¿Cómo se siente desde un estado de frontera que está más cerca de México que de Washington?

De por sí, se reconoce que Texas tiene el poder de un país. Si fuera un país, sería la novena economía del mundo. Tenemos universidades de primera clase, hospitales de primera clase y un clima propicio para que la gente quiera venir. Tenemos los impuestos más bajos y tratamos de regular lo menos posible. Tratamos de crear un ambiente que realmente apoye a las empresas y eso se reconoce. Otros países que antes consideraban a California o Nueva York están viendo que acá tienen muchas oportunidades. Tenemos puertos y aeropuertos, pero esa frontera que tenemos y los recursos naturales nos hacen un Estado muy fuerte.

Como secretaria de Estado, usted tenía relación con consulados de 90 países.

Si, son los representantes de los 90 países que están aquí en Texas.

Se reconoce que Texas tiene el poder de un país. Si fuera un país, sería la novena economía del mundo. Otros países que antes consideraban a California o Nueva York están viendo que acá tienen muchas oportunidades. 

¿Por qué ganan los republicanos en Texas desde hace casi 30 años?

Policy es una palabra que todavía no sé cómo traducir. Manejan las cosas de una manera conservadora y enfocándose en las cosas que realmente le importan a la gente.

"No importa que la población latina sea la que mas crezca, si no van a votar"

Usted recorrió el sur de Texas ¿Con que se encontró cuando le tocó ir como funcionaria?

Estaban muy agradecidos de que hablara español y fuera hispana, especialmente las mujeres, de una manera que me pareció interesante, más parecido a Latinoamérica quizás. Cada región de Texas es muy especial y muy única. Cuando conoces una, conoces una. No es todo igual. Me reciben siempre muy bien, es gente hispana, latinos, algo similar a lo que estaríamos acostumbrados. Religiosos, trabajadores y en eso creo que a veces la gente no entiende que todo este debate sobre la inmigración no es contra la gente que emigra, sino que se trata de hacerlo en forma legal y seguirlo como lo han hecho muchos que ya están viviendo en Texas hace tiempo.

Dice que por eso Abbott tiene apoyo de latinos pese a su política tan dura en la frontera.

Claro y los latinos lo votaron mucho a Trump porque no se sentían apoyados por las fuerzas de seguridad y los demócratas en la frontera.