Antonio Garrastazu es el director regional para América Latina y el Caribe en el Instituto Republicano Internacional (IRI), un organismo que forma parte de la familia del National Endowment for Democracy (NED, por sus siglas en inglés). Con el foco principal de fortalecer la gobernabilidad democrática a nivel internacional, el IRI trabaja con más de 110 paÃses y, a través de distintos programas, busca profundizar enlaces entre la sociedad civil y los gobiernos locales. La corrupción, el gobierno abierto, la juventud, las desigualdades de género, el rol de las comunidades indÃgenas y el periodismo son algunos de sus prioridades en la región.
Dada la pluralidad de voces en la región, ¿cómo es la relación entre el IRI y los paÃses con los que trabajan?
Somos una organización no gubernamental (ONG) independiente del gobierno estadounidense. Nuestra labor se centra en la implementación de proyectos en colaboración con el Departamento de Estado, la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y la NED. Por supuesto, esto significa que tenemos un rol importante en la polÃtica exterior estadounidense. Desde el IRI, trabajamos con paÃses que nos dan la bienvenida de trabajar, desde Haità hasta Argentina. Pero no trabajamos con gobiernos exclusivamente.
¿Con qué criterios evaluán la calidad de la democracia?
Como la participación ciudadana y el florecimiento de una sociedad civil o una prensa libre son componentes claves para cualquier democracia, apoyamos a estos sectores incluso en paÃses donde los derechos no son reconocidos. Es cierto que los proyectos en materia de democracia o buen gobierno son muy difÃciles de medir, por eso debemos diseñar metodologÃas e indicadores que miden cualitativamente el cambio o resultado que se produce a través de nuestros proyectos. Desde el diseño del proyecto hasta su cierre, el equipo implementador y la división de monitoreo y evaluación de IRI, trabajan de la mano para asegurar que la información que se recolecta sea veraz, oportuna, útil, y cumpla con los estándares que mandata no solo la polÃtica interna de IRI sino también el gobierno de los Estados Unidos. Sobre todo, nos basamos en lo que nuestros beneficiados nos dicen, en sus necesidades y prioridades.
¿Cuáles considera que son los principales desafÃos de la región?
Hay un incremento de inseguridad, que fue el tema principal en las elecciones de Ecuador con el asesinato de Villavicencio; la corrupción, tema principal en Guatemala; el deterioro democrático en varios paÃses como Honduras, Guatemala, México, que a su vez impulsa el crecimiento del populismo. Este tema nos importa muchÃsimo. El IRI nació como un instituto para promover la democracia a través de las elecciones, pero vemos con preocupación estos temas de retroceso democrático en la región y el auge del populismo que se basa en figuras mesiánicas y procesos que promueven la fé por parte de los ciudadanos. Las nuevas tecnologÃas y la juventud también pueden explicar esto.
¿Advierten un nuevo tipo de populismo?
Fenómenos como Rodolfo Hernández, el "rey del TikTok" en Colombia, o Javier Milei en Argentina. No es el mero populismo que preocupa, es el caudillismo, la falta de compromiso o respeto a normas e instituciones democráticas. América Latina lleva muchos años construyendo sus democracias y tiene mucha experiencia con el autoritarismo. Nos preocupan estos retrocesos. Por supuesto, no todo es malo: México tiene crecimiento estable. República Dominicana lo mismo. Hay una luz con (Bernardo) Arévalo y el Partido Semilla en Guatemala. Nos toca como instituto analizar qué tipo de programas podemos diseñar para ver qué soluciones podemos promover en pro de la democracia. Nosotros no vamos a los paÃses a decirles qué hacer. Nosotros llegamos, presentamos lo que hacemos, preguntamos cuáles son sus necesidades y diseñamos proyectos para solucionar o mejorar esos desafÃos.
"In defense of our interests, it's our duty to stop the disintegration of democracy"
Es difÃcil englobar a toda la región en un solo diagnóstico, pero dada el vinculo histórico de los Estados Unidos con América Latina, ¿cómo afecta esto las relaciones en la actualidad?
Aquà en los Estados Unidos, tenemos nuestros problemas con la democracia, pero no estamos tratando de exportar nuestro modelo. Muchas veces se trata de ofrecer ayuda en forma de apoyo técnico, conectando a nuestros socios con experiencias y prácticas latinoamericanas. En la región tenemos que explicar qué es el IRI, y cuando nos ven muchas veces se enfocan en la R, relacionándonos con el Partido Republicano. Tenemos que explicar que somos parte del NED, que fuimos fundados en el 83 por una llamada del presidente Reagan en Westminster donde buscaban promoverse los valores democráticos universales. El NED se fundó por el Congreso estadounidense y se nombró IRI y NDI para ser aprobado por el Congreso. Sin embargo, no somos portavoz para el Partido Republicano ni recibimos fondos del Partido Republicano. Al contrario, trabajamos con distintos partidos polÃticos alrededor de la región.
¿Cómo logran llevar adelante ese trabajo?
Es importante aclarar que el 90% de nuestro financiamiento proviene del gobierno de los Estados Unidos a través de subvenciones competidas. Tres dÃas antes de la muerte cruzada en Ecuador, estábamos con representantes del partido Pachakutik y nos dice la presidenta, la directora, encargada del partido: "Cuando ustedes vinieron con este discurso de promover los partidos y la democracia pensábamos que estaban relacionados con el Partido Republicano, pero estamos agradecidos por su apoyo". Un partido de centro izquierda indÃgena que esté satisfecho por nuestro trabajo en conjunto es un caso de éxito para nosotros. Están las realidades del campo y las del donante y nosotros como instituto debemos alinearlas para poder aportar a las soluciones. Nosotros aportamos en paÃses que tengan necesidades para fortalecer la democracia.
Hay una tendencia en la literatura a buscar definir las distinciones ideológicas no por izquierdas o derechas, sino democracias y autocracias, ¿Qué opina de eso?
Estoy de acuerdo. Sin embargo, la realidad suele ser más compleja, en sentido de que hay varios paÃses autoritarios con lÃderes electos democráticamente. Un ejemplo de esto es El Salvador. El Presidente Bukele llegó al poder de manera democrática. Casi seguro de que gane las elecciones, pero controla el Congreso, la Corte Suprema, las comunicaciones, las calles, todo lo controla. Por otro lado, tienes un paÃs como Cuba-dictadura completa. Tienes lo que está pasando en Guatemala, con tendencias autoritarias. Tienes lo que está pasando en Venezuela, con elecciones periódicas pero fraudulentas. La categorización de democracias y regÃmenes autoritarios es fundamental para nosotros.
¿Cómo define el IRI a la democracia?
Que haya elecciones es un instrumento fundamental. Tenemos que trabajar con un gobierno elegido sin ninguna trampa y que respete las reglas del juego. En IRI, comprendemos que promover la democracia en todo el mundo es empoderar a las personas a nivel personal. Cuando las personas pueden alzar sus voces sin temor y participar en un proceso polÃtico libre y justo, finalmente tendrán las herramientas que necesitan para construir un destino democrático en el paÃs al que llaman hogar. Determinamos en los paÃses que trabajamos las necesidades que existen. Primero, desde los Estados Unidos para ver el interés. Después, viendo las caracterÃsticas de los paÃses. Hay lÃneas difusas en El Salvador o Guatemala. En el segundo. ha habido elecciones bastante libres, según la OEA, la UE, pero hay muchos problemas. Es una democracia hÃbrida. Nosotros determinamos la democracia por las elecciones. Tenemos distintas categorÃas para ver qué podemos aportar. Hay paÃses en los que no somos bienvenidos, como Cuba, Venezuela, Nicaragua. Somos personas no gratas.
En el sistema electoral, surge el fenómeno de usar a la democracia como un instrumento para ganar votos. El famoso "yo soy la democracia, ellos no". ¿La conducta de los candidatos debilita a la democracia?
Definitivamente. Milei es un ejemplo de esto. Hay un hueco en el que los partidos polÃticos tradicionales no han sabido representar la voluntad de la población. Buscamos apoyar a los partidos para cuando lleguen a gobernar. Tenemos un proyecto "from winning to governing" (de ganar a gobernar) en el que buscamos ayudar, en materia legislativa, luego de que lo/as candidato/as ganan las elecciones. Esos temas de la democracia tienen que ver con la conducta de los candidatos, qué se espera de ellos como lÃderes electos, cómo abordarán a los constituyentes, que mecanismos de control y de democracia interna tienen los partidos polÃticos a los que representan, etc. No se puede separar a los partidos polÃticos de la democracia, estos tienen un papel de suma importancia. En América Latina, hemos trabajado con los partidos y hemos hecho intercambios de buenas prácticas con partidos europeos.
"In Tribal Politics, not acknowledging defeat is a political mechanism"
¿Los afecta a ustedes que haya polÃticos estadounidenses que apoyan a candidatos como Milei en Argentina o Kast en Chile?
Nosotros no opinamos nada de la polÃtica o posicionamiento que pueda tener un congresista estadounidense. Por nuestro mandato no podemos hacer nada en los EEUU. Suele suceder que algunos candidatos de derecha en la región nos ven y piensan que somos sus socios por nuestro nombre. Como instituto, tenemos que balancear las expectativas de algunos lÃderes. Debemos explicar que nosotros somos un organismo no gubernamental y no partidario.
¿Cómo ve hoy en la región la relación entre la juventud y la democracia?
Los jóvenes son un segmento poblacional que no se debe dejar de lado. Es fundamental que los jóvenes se involucren, que participen en polÃtica, que alcen su voz, que entiendan cuáles son los mecanismos con los que cuenta su paÃs para el acceso a la información pública, los mecanismos de transparencia y anticorrupción. De hecho, muchos de nuestros programas a nivel regional cuentan con un enfoque de inclusión y juventud. En Chile, por ejemplo, muchos de los jóvenes no nacieron durante la dictadura. Entonces no tienen esa comparación de cómo se vivÃa bajo ese régimen dictatorial. Muchos jóvenes lo dan por hecho y nosotros creemos que debemos de luchar por preservar y mejorar nuestras democracias, es una lucha constante. En algunos paÃses no creen en las democracias por la corrupción de todos los partidos polÃticos. Por esto también surgen figuras populistas con partidos extremadamente jóvenes, en paÃses con una alta población joven.
En este punto donde confluyen la democracia, juventud y corrupción, aparece también la migración, ¿cómo ven este fenómeno?
En muchos paÃses, donde no hay oportunidades para los jóvenes, donde hay corrupción, inseguridad, se afecta la gobernabilidad democrática. Si los paÃses no ofrecen empleo, oportunidades, esto fomenta la migración a Estados Unidos. En otros casos, como Venezuela, se suma un sistema autoritario. En este tema, nosotros tenemos que seguir aportando, dando oportunidades a mujeres, jóvenes, partidos polÃticos, para fomentar la esperanza entre ciudadanos para demostrarles que la democracia es la salida. Hay que generar un fortalecimiento desde las bases. En paÃses como Nicaragua, Venezuela, no solo hay que ofrecer soluciones en esta materia sino también definir un sistema democrático.
Si bien ustedes no se involucran en la polÃtica doméstica estadounidense, hay casos como el de Haità donde se pide el involucramiento de los Estados Unidos, ¿cuál es el rol de organizaciones de cooperación internacional?
Trabajamos en Haità y es uno de los paÃses más complicados. Complicado en el sentido de que rige el caos. No hay ni un mandatario elegido. La esperanza es que llegue el momento de poder "solucionar" el tema de la seguridad de las pandillas y creemos que el involucramiento de Kenia va a ayudar. Nosotros promovemos a la juventud para ser motores del cambio en sus comunidades. Cuando el ambiente lo permita, trabajaremos con organizaciones de sociedad civil, pero sin gobierno no se puede hacer nada. Primero se necesita un gobierno, se necesita un sistema electoral, necesitas un periodismo más fuerte. En Haità lo necesario son las elecciones. Hay que establecer el orden para que haya estructura y asà los ciudadanos puedan vivir bajo una normalidad. Se necesita una reconstrucción. Las pandillas en Haità han generado una guerra civil.
¿Cómo ve el IRI la relación de América Latina con China y Rusia?
Nos preocupa mucho esta influencia maligna en la región. China ha estado arrasando la región. Paraguay, Belice, Guatemala, reconocen a Taiwán. Quitaron a Taiwán y pusieron a China como observador en el SICA, por Nicaragua. La enorme inversión de China en la región nos preocupa. Toda la infraestructura que se invierte, hospitales, puentes, colegios ... pero todo se puede caer como ha pasado en la represa de Ecuador. Se ve en toda la región. Rusia, por otro lado, se ve muy involucrado en paÃses como Nicaragua y Venezuela. Es una influencia que busca involucrarse en ejercicios militares donde invitan a Cuba, Venezuela, Nicaragua. Además de la infraestructura, China tiene cuestiones culturales, viajes a Beijing y formación de lÃderes, lo que no tiene Estados Unidos. Tienen diplomáticos por todos lados empujando sus mensajes, su narrativa. Hay una inversión muy fuerte en toda cuestión cultural donde tienen un ejército detrás con el que es difÃcil competir. Estados Unidos se demora más en la inversión. Por ejemplo, Uruguay quiere un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos como otros, pero ante la demora se suele ver a China. Los empresarios buscan negociar con China y la agresividad de este paÃs les permite involucrarse rápidamente. Hay que informar a los ciudadanos, a las organizaciones de la sociedad civil, a partidos polÃticos para que sepan lo que viene detrás de la inversión China. Hay que preguntarse, ¿qué conlleva toda esta inversión?
Hace unos dÃas pudimos ver un contingente ruso en el desfile militar del dÃa de la independencia en México y la embajadora de Ucrania en México dijo que se trata de un regimiento ruso cuyas "botas y manos de criminales de guerra están manchadas de sangre", ¿cómo cree que afecta esto al proceso de integración de América del Norte?
Es un tema importante y fuerte. No solo estaba Rusia, también Cuba, Venezuela, Bolivia. Todos gobiernos autoritarios. La senadora Xóchitl Gálvez dijo que invitaron a estos paÃses, pero no a miembros del Senado. Nosotros nos preguntamos qué está pasando ahÃ. México para los Estados Unidos es un socio muy importante, pero que esté Rusia en la primera fila es un mensaje fatal para la integración norteamericana. La señal que da el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es una mancha para la democracia y la integración.
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