El fracaso múltiple de Kevin McCarthy en la batalla por convertirse en el speaker del Congreso resuena fuera de las paredes del Capitolio. El californiano que pretende ocupar el lugar de poder que Nancy Pelosi ejerció durante años no cuenta con el respaldo de todos los republicanos y viene de ser rechazado en una seguidilla de votaciones por 20 congresistas que lo cuestionan.
Sin embargo, la debilidad de McCarthy no puede atribuirse solo a un candidato frustrado sino que expresa la división en el Partido Republicano y la falta de un liderazgo que unifique a todas las facciones. Si el resultado inesperado de las elecciones de noviembre potenció las diferencias y dejó golpeado a Donald Trump, el affaire McCarthy volvió a mostrar que el ex presidente ya no conduce como antes.
Los rebeldes que rechazan a McCarthy como speaker se quejan de las decisiones tomadas en Washington y discuten también las decisiones de Trump. McCarthy no forma parte del negacionismo extremo que Trump eligió para ir a pelear en los comicios de noviembre en los estados más importantes, pero se cuidó siempre de no enemistarse con el ex presidente.
Los trumpistas duros sostienen que McCarthy le permitió a Pelosi que armara a su antojo la comisión del 6 de enero con su gente para golpear a Trump. Pero el californiano llegó a viajar a Mar-a-Lago para tratar de evitar un malentendido.
Que el golpe a McCarthy es también un golpe a Trump quedó claro en la tarde del miércoles cuando, después de una conversación privada con el californiano, el ex presidente salió a reclamar a los rebeldes que apoyaran al candidato a speaker a través de Truth Social.
"REPUBLICANOS, NO CONVIERTAN UN GRAN TRIUNFO EN UNA DERROTA GIGANTE Y VERGONZOSA. ES HORA DE CELEBRAR, TE LO MERECES. Kevin McCarthy hará un buen trabajo, y tal vez incluso un GRAN TRABAJO, ¡SOLO MIRA!", escribió.
Sin embargo, los 20 congresistas que se niegan a votar a McCarthy no se inmutaron y siguieron firmes en su rechazo. El mensaje polÃtico que dieron fue contundente: Trump ya no los conduce.
La representante Lauren Boebert (R-Colo.) dio el paso antes impensable de burlarse de Trump, el expresidente al que hasta hace poco veneraba. "Dejemos las difamaciones y tácticas de campaña para que la gente se vuelva contra nosotros, incluso que mi presidente favorito nos llame y nos diga que terminemos con esto. Creo que en realidad debe revertirse y el [ex] presidente debe decirle a Kevin McCarthy que no tiene los votos y que es hora de retirarse", dijo Boebert. Los demócratas que escucharon su mensaje no lo podÃan creer.
"Si estas 20 personas tienen éxito en ejercer su voluntad sobre los 200 republicanos más que quieren a McCarthy y le niegan la presidencia, entonces será un gran golpe contra el presidente Trump, porque las personas que se supone que tiene la mayor influencia no lo escuchó", dijo Rodney Davis, el congresista republicano saliente de Illinois.
Aliados y financistas abandonan a Trump y no avalan su intento de volver al poder
Después de que los republicanos recuperaron la Cámara, Trump se puso en contacto con miembros del ala anti-McCarthy, expresó públicamente su apoyo a McCarthy e incluso advirtió a quienes luchaban contra McCarthy que estaban preparando un "escenario del fin del mundo" en la Cámara.
Según publicó PolÃtico, entre los intransigentes que presionan contra McCarthy hay miembros del Freedom Caucus del ala ultarMAGA del Partido Republicano, con el representante Matt Gaetz, (R-Fla.), que no es ajeno al club Mar-a-Lago de Trump, entre los lÃderes del grupo. Sin embargo, insisten en que el voto en contra de McCarthy no es un voto en contra de Trump. Las opiniones están divididas a la hora de interpretar por qué algunos republicanos de la lÃnea MAGA no acatan las opciones de Trump, pero es evidente que la derrota electoral profundizó la grieta interna.
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