
A Donald Trump se le manchó demasiado rápido el traje de kingmaker. El ex presidente no pudo revalidar este martes en Nebraska la condición que habÃa estrenado en Ohio hace una semana y mordió el polvo con uno de sus candidatos.
Trump sufrió su primera derrota en las primarias debido a una apuesta riesgosa como pocas: respaldar a Charles Herbster, un granjero de Nebraska que cargaba sobre sus espaldas con ocho denuncias por acoso sexual, entre ellas la de una senadora republicana de ese mismo estado, Julie Slama.
Los pronósticos de las encuestas se cumplieron y confirmaron que Trump tendrá que pelear mucho para confirmarse como el lÃder indiscutido de los republicanos: primero contra el establishment partidario que lo desafÃa y después contra su propio instinto, a veces autodestructivo.
De manera unánime, Herbster era considerado un mal candidato por los especialistas pero era también un aportante millonario a la campaña de Trump y puso 11 millones de dólares de su bolsillo para financiar su propio objetivo polÃtico. La devolución de gentilezas llegó la semana pasada, cuando el ex presidente viajó a Nebraska para respaldarlo.
En la noche del martes, Herbster perdió ante Jim Pillen, productor de carne de cerdo que corrÃa con una larga serie de ventajas: miembro de la Junta de Regentes de la Universidad de Nebraska, contó con el respaldo del gobernador Pete Ricketts, que llegó a presionar a Trump sin éxito para que no participara en las primarias.
Ricketts gobierna Nebraska desde 2014 y su mandato llega a su fin pero su poder es considerable: su padre es el multimillonario Joe Ricketts, una fuente inagotable de recursos para la campaña del vencedor de Herbster. Ahora, Pillen enfrentará a la candidata demócrata Carol Blood en un distrito que los republicanos gobiernan de manera ininterrumpida desde 1994.
La derrota del candidato de Trump en Nebraska empañó la victoria de Virginia Occidental, donde el congresista Alex Mooney venció a otro miembro de la Cámara Baja del Congreso, David McKinley, denostado por Trump por haber sido uno de los 13 republicanos que votó a favor de una ley de infraestructura impulsada por el presidente Joe Biden.
Ya en Ohio, donde se convirtió en el gran hacedor de la victoria de JD Vance, Trump habÃa enfrentado la campaña del poderoso Club para el Crecimiento.
Guerra de magnates detrás de la interna republicana en Ohio
No es el único choque interno que protagoniza Trump ni tampoco el más estruendoso. Hay que prestar atención a lo que sucede en Pensilvania donde el ex presidente camina hacia una batalla que lo enfrenta nada menos que a su ex secretario de Estado, Mike Pompeo.
Fuerte choque de Trump con Mike Pompeo por las primarias en Pensilvania
La próxima estación en la que el ex presidente tendrá que medir fuerzas con su propio partido será en Georgia, donde los republicanos están haciendo todo lo posible para garantizar que el gobernador de Georgia, Brian Kemp, derrote al exsenador David Perdue en las primarias y evite la segunda vuelta.
La Asociación Nacional del Rifle comunicó su respaldó al gobernador, la Asociación de Gobernadores Republicanos invirtió por lo menos 5 millones de dólares en su campaña y el expresidente George W. Bush ya anunció que organizará una recaudación de fondos para Kemp. Aunque todas las encuestas lo muestran como favorito, el gobernador tendrá que superar el 50% para evitar la segunda vuelta.
Camino a las elecciones de medio término, Bush viene elevando su perfil de manera acelerada. La semana pasada, sin ir más lejos, compartió una video conferencia con Volodimir Zelenski y no dudó en definir al presidente de Ucrania como el "Winston Churchill de nuestro tiempo".
"I was honored to spend a few minutes talking with President Zelenskyy - the Winston Churchill of our time - this morning. I thanked the President for his leadership, his example, and his commitment to liberty, and I saluted the courage of the Ukrainian people. ... pic.twitter.com/1TNNEQzeeu— George W. Bush Presidential Center (@TheBushCenter) May 5, 2022
Sin embargo, la presencia de Bush en Georgia, como parte de la campaña del gobernador Kemp, marcará el ingreso del ex presidente en las elecciones de medio término y lo ubicará como uno más entre los actores de peso y larga trayectoria republicana que le dicen NO a las pretensiones de Trump.
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