El recuento definitivo de las primarias demócratas del 24 de mayo pasado en Texas provocó un nuevo episodio en la saga del enfrentamiento de Bernie Sanders con los multimillonarios que financian al establishment del partido de Joe Biden. El senador y dos veces candidato a presidente vio frustrada su apuesta por la joven Jessica Cisneros y no se quiso quedar callado. Al contrario, salió enfurecido a expresar su disgusto.
Con apenas 29 años, la abogada de inmigrantes y defensora del derecho al aborto perdió por menos de 300 votos con el representante Henry Cuellar, que tiene 66 años y ahora irá en busca de su décimo mandato en el Congreso. Durante su campaña, Cuellar habÃa hecho eje en propuestas conservadoras que poco se diferencian de la polÃtica del gobernador Greg Abbott: prometió proteger la frontera y los empleos de petróleo y gas y "reducir impuestos, apoyar a la policÃa y la Patrulla Fronteriza".
Este miércoles, Sanders castigó a sus rivales en la interna partidaria. "Los Súper PAC financiados por multimillonarios y el liderazgo demócrata están celebrando la derrota de Jessica Cisneros, una joven progresista fuerte, y la reelección de un demócrata reaccionario. Ahora sabes por qué no hay energÃa de base en el Partido y los demócratas están en problemas para noviembre", afirmó. Su definición es parte de una discusión encarnizada dentro del partido de gobierno, tanto que sus rivales piensan exactamente lo contrario: dicen que en un estado como Texas, donde los republicanos son mayorÃa y los demócratas son conservadores, Cisneros no iba a tener chances de ganar las elecciones de medio término en noviembre.
Sanders no hizo más que amplificar las declaraciones de la propia Cisneros, en la noche del martes. "Siempre supimos que esta era una batalla cuesta arriba. Nos enfrentamos a una maquinaria polÃtica corrupta, a los Súper PAC financiados por los republicanos, a los hermanos Koch, a las prisiones privadas, a las grandes petroleras, a la Cámara de Comercio, a grupos de dinero oscuro, a las grandes farmacéuticas y a casi todo el establishment del Partido Demócrata en Washington, y aún asà nos negamos a retroceder", dijo Cisneros. "Con este margen tan pequeño, está claro que sin su interferencia agresiva en las vidas de las familias del sur de Texas, habrÃamos ganado".
El último antiabortista y una joven feminista definen quién es el candidato demócrata en Texas
La disputa entre Cuellar y Cisneros se vio afectada en el tramo final de la campaña por el borrador del fallo de la Corte Suprema que pretende anular el fallo Roe vs Wade. Las primarias definÃan también en qué medida los democratas de Texas iban a seguir apoyando al representante que es considerado el último antiabortista en el partido de Biden. En septiembre del año pasado, Cuellar fue el único demócrata de la Cámara de Representantes que votó en contra de la ley destinada a proteger el derecho al aborto después de que Texas promulgara una ley que prohÃbe la interrupción voluntaria del embarazo en la mayorÃa de los casos.
En un comunicado en la noche del martes, el demócrata conservador festejó la victoria y afirmó: ""Ha llegado el momento de unirnos y ganar las elecciones generales de noviembre. Soy estadounidense, tejano, y luego demócrata, en ese orden, y continuaré luchando por los valores de Texas y no permitiré que las élites costeras traigan su agenda fallida a nuestras comunidades".
Cuellar y Cisneros ya se habÃan enfrentado en 2020, pero en aquella oportunidad la diferencia habÃa sido más abultada en favor del primero. Esta vez, ninguno de los dos obtuvo el 50% necesario para asegurar la nominación durante las primarias del 1 de marzo y se vio obligado a competir en la segunda vuelta del 24 de mayo. Pero la indefinición se prolongó hasta este martes.
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